El mar es una de las fuentes de energía renovable más poderosas y desaprovechadas. Entre todas las energías renovables, aquellas que derivan de los recursos marinos destacan por su potencial. El motivo de su eficiencia es que al ser vastas áreas abiertas, como los océanos, no enfrentan barreras ni sombras que bloqueen el viento o las corrientes, lo que permite un aprovechamiento máximo de estos recursos. A continuación, detallamos las principales fuentes de energía marina y el estado actual de su desarrollo.
Eólica marina
La energía eólica marina es una de las tecnologías más desarrolladas y competitivas dentro de las energías marinas. A finales de 2009, la capacidad instalada de energía eólica marina alcanzaba los 2.063 MW. Dinamarca y el Reino Unido lideran el sector, pero países como China están avanzando rápidamente, invirtiendo en tecnología de vanguardia para aumentar la eficiencia de los aerogeneradores offshore.
El potencial de la energía eólica marina es enorme, especialmente en océanos profundos, donde los aerogeneradores flotantes están ganando terreno. La ventaja de estas ubicaciones es que los vientos son más estables y de mayor calidad debido a la ausencia de obstáculos como montañas o edificios, lo que permite una mayor generación de energía constante.
Se estima que el 80% de los recursos eólicos del planeta se encuentran en el mar, haciendo que esta tecnología sea clave para el futuro de las energías renovables. Además, las plataformas flotantes son una solución para aprovechar los vientos en zonas oceánicas profundas, impulsando aún más el crecimiento de esta industria.
Un ejemplo de este desarrollo es el parque offshore Hywind, ubicado en el Mar del Norte a 25 km de la costa de Escocia, que emplea aerogeneradores flotantes. Se espera que este tipo de soluciones se expanda ampliamente en el futuro próximo.
Energía de las olas
La energía undimotriz o energía de las olas utiliza el movimiento ondulatorio de la superficie del agua para generar electricidad. Aunque aún se encuentra en fases experimentales, esta tecnología tiene un gran potencial, sobre todo en zonas con fuerte oleaje como la costa atlántica de Europa.
Existen distintos tipos de tecnologías en desarrollo para capturar esta energía:
- Columna de Agua Oscilante (OWC): En el País Vasco se está desarrollando un innovador proyecto que utiliza esta tecnología. Consiste en una columna semisumergida donde el movimiento de las olas comprime el aire contenido en la columna, lo que mueve una turbina que genera electricidad.
- Atenuadores y absorbedores: Estos dispositivos capturan el movimiento de las olas y lo convierten en energía mecánica, que posteriormente se transforma en electricidad.
- Sistemas de rebosamiento y terminadores: Estos sistemas aprovechan el impacto de las olas sobre una estructura para generar electricidad.
En Motrico (España), ya se han instalado varias turbinas undimotrices que generan hasta 296 kW, lo que demuestra que la energía de las olas es una realidad creciente en el ámbito de las renovables.
Energía de las mareas
La energía mareomotriz se genera aprovechando la subida y bajada de las mareas. La mayor parte de los sistemas mareomotrices actuales se basan en la construcción de un dique que crea un embalse natural. Durante la pleamar, el agua llena este embalse y, posteriormente, al bajar la marea, el agua se libera a través de turbinas que generan electricidad.
Uno de los ejemplos más antiguos y grandes de esta tecnología es la planta mareomotriz de La Rance en Francia, que ha estado operativa desde 1966. Aunque estos sistemas tienen limitaciones, como la necesidad de que las olas sean de al menos 5 metros y la posible alteración de ecosistemas costeros, siguen constituyendo una opción viable en lugares con intensas mareas. Corea del Sur también cuenta con instalaciones similares.
Energía de las corrientes marinas
Otra opción para obtener energía del mar es a través de las corrientes marinas. Al igual que la energía eólica, esta fuente utiliza la fuerza del movimiento continuo del agua para mover turbinas sumergidas que generan electricidad. El ejemplo más representativo es el sistema SeaGen, una turbina marina ubicada en el Estrecho de Strangford. Este sistema puede generar hasta 1,2 MW al día, lo que lo convierte en uno de los proyectos más eficaces de energía de corrientes marinas.
Aunque España no cuenta con zonas con las corrientes marinas ideales para este tipo de proyectos, algunas zonas, como el estrecho de Gibraltar y las costas gallegas, podrían albergar este tipo de instalaciones en el futuro.
Gradiente térmico oceánico
Esta fuente de energía se basa en la diferencia de temperatura entre la superficie del mar y las aguas profundas. En regiones tropicales y ecuatoriales, donde la diferencia puede superar los 20ºC, se puede aprovechar para generar electricidad. El sistema utiliza un ciclo termodinámico, como el Ciclo de Rankine, para mover una turbina generadora.
Aunque esta tecnología está en sus primeras etapas de desarrollo, países como India, Japón y Hawai están invirtiendo en la investigación de estas plantas maremotérmicas.
Gradiente salino y presión osmótica
El aprovechamiento del gradiente salino, también conocido como energía azul, se basa en la diferencia de concentración de sal entre el agua del mar y los ríos. Mediante el proceso de ósmosis, esta diferencia genera energía que puede ser convertida en electricidad. En Noruega, se está desarrollando una de las primeras plantas de energía osmótica en el fiordo de Oslo.
El uso de estas tecnologías tiene un enorme potencial, ya que las desembocaduras de ríos y deltas fluviales de todo el planeta ofrecen numerosas oportunidades para su implementación.
A pesar de que el mar ofrece múltiples recursos energéticos con un potencial inmenso, la mayoría de las tecnologías que los aprovechan están todavía en fase de investigación o desarrollo. Una excepción es la energía eólica marina, que ya cuenta con una madurez tecnológica y competitividad en el mercado.
Los principales obstáculos para el desarrollo masivo de las energías marinas son los elevados costos de implementación y la necesidad de seguir avanzando tecnológicamente para garantizar una producción eficiente y sostenible. Sin embargo, el futuro de la energía renovable dependerá en gran parte de los avances que se realicen en este sector.
Gracias por la informacion