Posiblemente sería toda una sorpresa que se aprendiera que, al igual que los animales, los árboles se comunican con otros y pasan su legado a la próxima generación. Sí, en un vídeo creado por Suzanne Simard, profesora de UBC (Universidad de Columbia Británica), explica como los árboles son muchos más complejos de lo que podríamos haber llegado a pensar.
Aunque Charles Darwin asumió que los árboles son organismos simplemente individuales que compiten por la supervivencia al intentar tomar más altura, mientras Simard demuestra lo equivocado que estaba. De hecho, lo opuesto es lo cierto, ya que los árboles sobreviven a través de la cooperación mutua, pasándose nutrientes esenciales depende de quién los necesite.
El nitrógeno y el carbono son compartidos a través de una red de fungi asegurando que todos los árboles en el ecosistema del bosque dan y reciben la cantidad adecuada para mantenerse todos saludables. Esta red invisible funciona de una manera similar a lo que hacen las interconexiones neuronales en nuestro cerebro, entonces por lo cual cuando el árbol es destruido tiene consecuencias para todo el entorno.
Simard también habla de los «árboles madre», usualmente como los organismos de mayor edad de los cuales otros árboles dependen. Estos mismos que desaparecen nutren a la próxima generación con importantes minerales. Cuando se talan árboles madre sin el conocimiento de su importancia como una parte vital para estructuras complejas se están reduciendo las oportunidades para que un bosque entero sobreviva.
«No nos dimos cuenta de esto«, dice Simard tristemente. «Los árboles que mueren mueven recursos a los jovenes antes de desparecer, pero nunca le dimos una oportunidad a esta forma de ver las cosas«. Si pudiéramos introducir este tipo de conocimiento crucial en la industria forestal, se podría hacer una gran avance y diferencia para los esfuerzos en conservación de este tipo de hábitats.
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