Radiación UV récord en los Andes: un fenómeno sin precedentes

  • El índice UV registrado en los Andes en 2003 fue de 43, el más alto en la Tierra.
  • La combinación de factores como tormentas solares y aerosoles debilitó el ozono.
  • La alta exposición a rayos UV afecta al ADN, la fotosíntesis y la viabilidad de organismos.

andes

El índice UV es una medida clave para evaluar el riesgo que la radiación ultravioleta (UV) implica para la salud humana y los ecosistemas. Un índice UV de 8 ya es considerado un riesgo alto, pero en 2003, los investigadores registraron un nivel sin precedentes en los Andes, en la cumbre del volcán Licancabur, superando un asombroso índice de 43. En este artículo, exploraremos las razones detrás de este fenómeno, las investigaciones que lo respaldan y las posibles implicaciones para la ciencia climática y astrobiología.

¿Dónde y cómo se registró el índice UV récord?

En diciembre de 2003, un equipo encabezado por la astrobióloga Nathalie Cabrol del Instituto SETI y el Centro de Investigación Ames de la NASA, se trasladó al volcán Licancabur, situado en la frontera entre Bolivia y Chile. Esta expedición se enmarcaba dentro de un proyecto más amplio de exploración de posibles analogías entre la Tierra y Marte, dadas las similitudes entre ciertas regiones terrestres y la superficie del planeta rojo.

El volcán Licancabur, con una altitud cercana a los 6000 metros, presenta condiciones extremas que imitan en muchos aspectos las de Marte. En su cima se encuentra un lago en el cráter, hogar de organismos extremófilos, cuya resistencia a condiciones adversas es de gran interés para la ciencia astrobiológica.

Fue aquí, en este entorno extremo, donde los científicos registraron el índice UV más alto jamás medido en la superficie de la Tierra: un valor asombroso de 43.3, casi cuatro veces el umbral considerado extremo. Este hecho fue documentado en la revista Frontiers in Environmental Science.

Factores que contribuyeron al «índice UV perfecto»

El equipo de investigadores sugirió una combinación de múltiples factores ambientales que, actuando simultáneamente, dieron lugar a este evento récord. Primero, la gran altitud de la región contribuye naturalmente a niveles altos de radiación ultravioleta, ya que a mayor altura hay menos atmósfera para filtrar los rayos solares. La capa de ozono sobre los Andes es delgada de forma natural, lo que agrava la exposición.

Sin embargo, además de estos factores, la situación en aquel diciembre se vio acentuada por otros elementos. Dos semanas antes del registro había ocurrido una tormenta solar extremadamente fuerte, elevando temporalmente las emisiones de radiación UV. Sumado a esto, los incendios forestales en la región del Amazonas liberaron partículas en aerosol a la atmósfera, debilitando aún más la ya de por sí escasa capa de ozono local.

Es importante destacar que el récord no fue registrado en zonas como la Antártida, donde los agujeros en la capa de ozono son comunes, lo que hace que el caso de los Andes sea aún más notable. Los investigadores señalan que este fenómeno podría haber sido una “tormenta perfecta” de eventos atmosféricos, que difícilmente se repetirán en esta combinación específica.

Repercusiones para la vida y la ciencia

Los niveles extremos de radiación UV detectados en este evento ofrecen valiosos datos a los científicos en diversas disciplinas. La radiación UV tan extrema tiene efectos adversos sobre la biosfera: daña el ADN, altera procesos fundamentales como la fotosíntesis y reduce la viabilidad de huevos y larvas en muchos organismos.

Además de sus implicaciones biológicas, la investigación en el volcán Licancabur es particularmente relevante para la astrobiología. Las condiciones en Marte, hace miles de millones de años, pudieron haber sido similares a las del altiplano andino. El hecho de que organismos extremófilos prosperen en estas condiciones tan hostiles sugiere que formas de vida primitivas similares podrían haber existido en el Marte antiguo.

En un artículo publicado por Cabrol, se señaló que los investigadores buscaban estudiar estos lagos de gran altitud para entender cómo los hábitats pueden adaptarse a tales condiciones extremas. Esto es crucial para avanzar en la comprensión de la posible habitabilidad de Marte y de otros planetas con condiciones extremas.

Eventos UV históricos y otras regiones afectadas

El récord de 2003 no ha sido aislado. La región de los Andes tiende a registrar constantemente niveles muy altos de radiación ultravioleta. En 2009, en una zona cercana al volcán, se midieron índices de hasta 29, aunque estos ya no alcanzan los valores récord de 43. Sin embargo, otras áreas de Sudamérica, como el altiplano peruano-boliviano, también son altamente afectadas por radiación UV extrema debido a su altitud y clima seco.

Otro ejemplo reciente es el caso de Perú en 2024, donde se registró un índice de 18 en Marcapomacocha, Junín. El cambio climático y la reducción del ozono han intensificado la exposición a la radiación en regiones andinas como Puno y Cusco, donde se han observado índices de radiación ultravioleta extremadamente altos.

Los fenómenos en los Andes ofrecen una ventana única para entender los efectos de la radiación UV en zonas con altitudes extremas, y sus consecuencias sobre los organismos vivos, tanto en la Tierra como en otros cuerpos planetarios como Marte.

A medida que avanzan los estudios, queda claro que tanto la investigación astrobiológica como la ambiental seguirán utilizando este evento récord como referencia clave.

En el futuro, es esencial mantener una estrecha vigilancia sobre los niveles de radiación UV, no solo por su impacto en la salud humana, sino también por sus repercusiones sobre los ecosistemas.


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