Aun no hace ni medio año que hay un nuevo inquilino en la Casa Blanca: un nuevo presidente de tupé rubio llamado Donald Trump. Este señor se sienta en el Despacho Oval de la Casa Blanca y, a juzgar por las cosas que ha puesto patas arriba, se diría que hace ya una eternidad.
En unos 130 días de mandato al frente del ejecutivo de Estados Unidos, ha puesto fin a la reforma sanitaria de Estados Unidos, ha desmontado gran parte de las alianzas comerciales de su país a través del Pacífico y el Atlántico y ha roto las relaciones diplomáticas con países como México, entre otros.
Pero donde el presidente Trump parece haber enfocado mayor esfuerzo es en todo lo relacionado con temas medioambientales.
Uno de sus primeros movimientos fue eliminar de las webs oficiales cualquier referencia al mayor problema ambiental al que se enfrenta hoy en día la humanidad: el cambio climático. Incluso, ha nombrado al mando de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) a un conocido negacionista, Scott Pruitt, quien ha cuestionado públicamente la gravedad del cambio climático.
Pruitt llegó a decir en sus primeras declaraciones como administrador de la EPA que su prioridad era “volver a lo básico y dotar a los estados de herramientas para poder crear empleo”. Esta postura resulta problemática si consideramos que su principal cargo debería ser la protección del medio ambiente, y no el fomento del empleo.
La pregunta aquí es: si la Agencia para la Protección Ambiental (EPA) no está priorizando la lucha contra el cambio climático, ¿quién lo hará? Entre la eliminación de datos críticos y la falta de acción concreta por parte del gobierno, la situación podría empeorar.
La EPA bajo el mandato de Trump
Bajo el mandato de Trump, la EPA ha sido objeto de fuertes críticas. Al navegar por su página principal, no se encuentra ninguna referencia a la lucha contra el cambio climático. Esto contrasta drásticamente con la administración anterior, durante la cual la EPA tenía un enfoque claro en la lucha contra el cambio climático.
Al ingresar en la sección de Ciencia y Tecnología de la web de la EPA, aún se podía encontrar un epígrafe nombrado “La Ciencia del cambio climático”. Sin embargo, al hacer clic en el enlace correspondiente, aparecía un mensaje de error con el texto: “En la actualidad, estamos actualizando nuestro sitio web para reflejar las prioridades de la EPA bajo el liderazgo del presidente Trump y el administrador Pruitt”.
La lucha contra el cambio climático: bajo mínimos
Comparando estas acciones con las de administraciones anteriores, se observa un marcado descenso en el compromiso por luchar contra el cambio climático. Mientras que la EPA bajo el gobierno de Obama desarrolló estrategias para preparar a Estados Unidos contra los efectos del cambio climático, la nueva administración ha optado por desmantelar esas acciones.
El cambio climático no solo es un problema ambiental, también es una amenaza para nuestra salud pública. Numerosos estudios han demostrado que el aumento de temperaturas, la mayor intensidad de huracanes y otros eventos climáticos extremos no solo dañan el medio ambiente, sino también la seguridad de las personas.
Una de las decisiones más polémicas del gobierno de Trump fue retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París. Este pacto internacional, firmado por casi 200 países, era un compromiso global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir la crisis climática.
El recorte de las regulaciones medioambientales
Otra de las estrategias de la administración Trump fue la eliminación de regulaciones medioambientales. Según la administración, estas regulaciones eran “innecesarias” y perjudicaban el crecimiento económico. Entre las medidas más destacadas se encuentra el dismantelamiento del Plan de Energía Limpia, una normativa emblemática de la era Obama que tenía como objetivo reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas.
El desmantelamiento de estas políticas ha generado preocupación en la comunidad científica y ambientalista, quienes argumentan que el cambio climático sigue avanzando y las medidas actuales son insuficientes para frenar su impacto.
El Acuerdo de París: un paso atrás
El Acuerdo de París, firmado en diciembre de 2015, fue un compromiso sin precedentes a nivel internacional para luchar contra el cambio climático. En junio de 2017, Trump anunció que Estados Unidos se retiraba del acuerdo, afirmando que le daba una “ventaja injusta a otros países”. Esta decisión fue ampliamente criticada tanto a nivel nacional como internacional.
A pesar de la retirada de Estados Unidos, muchos países continúan comprometidos con el acuerdo. Además, varios estados dentro de EE.UU. han continuado implementando políticas a favor del medio ambiente, demostrando que el compromiso con la lucha climática no es exclusivo del gobierno federal.
La retirada de Estados Unidos del acuerdo internacional fue uno de los movimientos más simbólicos del negacionismo de la administración Trump hacia la ciencia climática, lo que ha dejado un vacío significativo en términos de liderazgo global.
Los impactos económicos del cambio climático
A menudo, los escépticos del cambio climático defienden que las regulaciones climáticas hacen daño a la economía. No obstante, los impactos económicos del cambio climático ya son palpables. La pérdida de cultivos, el aumento de desastres naturales y la creciente necesidad de asistencia humanitaria suponen un coste significativo para las economías globales.
Además, diversas investigaciones han demostrado que adoptar una economía basada en energías limpias podría generar millones de empleos y reducir los costes energéticos a largo plazo.
El futuro de la lucha contra el cambio climático
En los últimos años, administraciones como la de Joe Biden han prometido revertir muchas de las decisiones de la era Trump. Biden reingresó a Estados Unidos al Acuerdo de París desde su primer día en el cargo e instauró medidas para acelerar la transición hacia una economía verde.
A pesar del retroceso bajo la administración Trump, es crucial que Estados Unidos continúe avanzando en la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. El liderazgo de Estados Unidos en este ámbito es esencial no solo para proteger el planeta, sino también para influir en otras naciones a seguir el mismo camino.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) tiene una responsabilidad enorme en guiar las políticas medioambientales de este país. A medida que nuevas administraciones asumen el poder, las decisiones clave sobre el cambio climático serán fundamentales en la configuración del futuro.