Uno de los animales más curiosos de la familia Giraffidae es el okapi, el pariente vivo más cercano de la jirafa. Aunque a primera vista parece una combinación entre una jirafa y una cebra, el okapi tiene características que lo hacen único y fascinante desde el punto de vista biológico. Su apariencia desconcertante a menudo hace que sea confundido con un ser de experimentos, pero es una especie completamente natural y salvaje.
Este artículo tiene como objetivo profundizar en todo lo que necesitas saber sobre el okapi, desde sus características y hábitat, hasta su alimentación y reproducción.
Características principales
El okapi, cuyo nombre científico es Okapia johnstoni, es un mamífero que combina lo mejor de dos mundos: tiene el cuerpo robusto de una jirafa pequeña, pero su pelaje a rayas lo asemeja a una cebra. El tamaño promedio de un okapi oscila entre los 1,5 y 2,1 metros de longitud, con una altura hasta la cruz de aproximadamente 1,5 a 1,8 metros. El peso de estos animales suele estar entre los 200 y 300 kg.
Una de las características más llamativas de este animal es su lengua. Al igual que las jirafas, los okapis poseen lenguas largas y prensiles, que llegan a medir entre 30 y 36 centímetros. Esta característica les permite no solo alcanzar las hojas más altas de los árboles, sino que también pueden usarla para limpiarse las orejas, una habilidad verdaderamente única. Su lengua es de un color oscuro, casi negro.
El pelaje del okapi es de un color castaño rojizo en la mayor parte de su cuerpo, mientras que sus patas y glúteos están recubiertos de rayas blancas y negras similares a las de una cebra. Este conjunto de patrones les sirve de camuflaje en las densas selvas tropicales donde habitan, lo que les ayuda a eludir a los depredadores.
En la cabeza, los okapis presentan dos pequeños cuernos, conocidos como osiconos, que están cubiertos de pelos. Sin embargo, estos cuernos no tienen una función clara, ya que no se usan ni en combates ni en rituales de apareamiento. En cambio, sus grandes orejas móviles son fundamentales para detectar a sus posibles depredadores, principalmente el leopardo.
Comportamiento y reproducción del Okapi
Los okapis son animales de hábitos solitarios, y rara vez forman grupos, a excepción de las hembras con sus crías. Tienen un comportamiento nocturno y crepuscular, por lo que prefieren realizar sus actividades durante la noche o al amanecer, cuando el bosque es más tranquilo. En ocasiones, se les puede ver en grupos pequeños durante la temporada de reproducción.
En cuanto a su reproducción, las hembras solo pueden dar a luz a una cría por cada gestación, la cual dura aproximadamente 14 a 15 meses. Es durante los meses de agosto y octubre cuando suelen parir. Una característica interesante de los okapis es que las crías, si pierden a sus madres, pueden ser fácilmente aceptadas por otras hembras lactantes. Este comportamiento facilita la supervivencia de las crías ante la limitada tasa de reproducción.
Las crías de okapi no son muy diferentes en apariencia a los individuos adultos, pero dependen de su madre durante los primeros meses de vida, alimentándose exclusivamente de leche materna. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los dos años, mientras que los machos deben esperar un poco más para reproducirse.
El leopardo es el principal depredador de los okapis, aunque los humanos también representan una amenaza significativa debido a la caza furtiva. Las madres okapis son especialmente protectoras con sus crías, enfrentándose incluso al riesgo de ser atacadas por un leopardo con tal de defenderlas.
Alimentación y hábitat
El hábitat natural de los okapis se encuentra exclusivamente en un área muy restringida de la República Democrática del Congo, específicamente en la selva tropical de Ituri, en África Central. Estos animales son endémicos de estas zonas y no se encuentran en libertad en ningún otro lugar del mundo.
Los okapis son animales herbívoros cuya dieta consiste principalmente en hojas, brotes y tallos de árboles y arbustos de la selva. Se estima que consumen más de 100 especies diferentes de plantas, algunas de las cuales son venenosas para otros animales, pero no para ellos. Además de hojas, también ingieren hierbas, frutas, helechos y hasta hongos.
Gracias a su lengua prensil, los okapis pueden tirar de ramas altas para acceder a las hojas más tiernas. Sus largos cuellos, aunque no tan pronunciados como los de sus parientes las jirafas, les permiten alcanzar vegetación que otros animales no logran.
El hábitat del okapi es la selva densa y húmeda, un ambiente donde su coloración particular y su comportamiento huidizo les permiten pasar desapercibidos ante los depredadores. En el pasado, el okapi habitó otras regiones como Uganda, pero la caza y la deforestación lo han restringido únicamente a unas pocas áreas de la República Democrática del Congo.
Okapi en peligro de extinción
El okapi está clasificado como una especie en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Desde el año 2013, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) incluyó al okapi en su Lista Roja de especies amenazadas. Se estima que solo quedan entre 10.000 y 20.000 ejemplares en estado salvaje.
Entre las principales amenazas para el okapi se encuentran:
- La deforestación causada por la minería y expansión de la agricultura, que destruye su hábitat natural.
- La caza furtiva, tanto para el mercado de carne como por supersticiones locales.
- El conflicto armado, que afecta especialmente a la República Democrática del Congo, hogar casi exclusivo de este mamífero.
Gracias a las iniciativas de conservación, se está intentando asegurar la supervivencia del okapi mediante programas de cría en cautiverio y la protección de sus áreas naturales. Sin embargo, aún queda un largo camino para garantizar que esta especie no desaparezca en las próximas décadas.
El okapi es un animal fascinante y una de las grandes maravillas de la biodiversidad africana. Aunque esté en peligro de extinción, su resistencia y adaptación a su entorno nos enseña la importancia de preservar los hábitats selváticos y proteger a estas especies para el futuro.