El mejillón cebra en España: impacto, invasión y daños

  • El mejillón cebra es originario de los mares Caspio, Negro y Aral, y se ha expandido rápidamente por Europa y América del Norte.
  • Las colonias de mejillón cebra causan severos problemas en ecosistemas acuáticos y infraestructuras humanas, bloqueando tuberías y alterando la biodiversidad.
  • En España, esta especie fue detectada en 2001, y desde entonces se ha invertido en medidas de contención, aunque su erradicación es complicada.

daños causados por el mejillón cebra

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) es uno de los bivalvos más conocidos en el ámbito de las especies invasoras, tanto en ecosistemas de agua dulce como en ambientes salinos. Esta especie debe su nombre a las rayas en zigzag que presenta su concha, de tonalidades marrón claro y oscuro.

El mejillón cebra es responsable de numerosos daños ecológicos y económicos en los lugares donde ha logrado establecerse. Sin ser introducido de manera intencionada, ha colonizado ríos y lagos, afectando gravemente a las especies autóctonas y las infraestructuras humanas.

En este artículo, vamos a detallar todas las características del mejillón cebra, su impacto como especie invasora y la situación en regiones como España.

Historia como especie invasora

colonias de mejillón cebra

Originario de los mares Negro, Caspio y Aral, el mejillón cebra comenzó su expansión a lo largo del siglo XIX. A través de las vías de navegación fluvial de Europa, llegó a regiones como los Grandes Lagos de Estados Unidos en 1985, y rápidamente se expandió hacia otras zonas de América del Norte.

Una de las características más notables de este molusco es su capacidad reproductiva. Cada ejemplar adulto puede liberar entre un millón y un millón y medio de larvas al año. Esta tremenda capacidad reproductiva, junto con su habilidad para formar colonias densas de miles de individuos por metro cuadrado, ha facilitado su rápida expansión.

Además, el mejillón cebra es un excelente colonizador por su capacidad de adherirse a superficies duras como rocas, infraestructuras humanas e incluso embarcaciones. Esto ha permitido que el mejillón se disperse fácilmente, viajando adherido a los cascos de barcos o transportado en el agua de lastre de estos.

Otro factor que ha contribuido a su éxito como invasora es su robustez. Este bivalvo ha demostrado una gran tolerancia a diversas condiciones ambientales, lo que le permite sobrevivir en una variedad de ecosistemas, incluyendo aquellos con variaciones en la temperatura y la salinidad.

Mejillón cebra como especie problemática

mejillón cebra

La proliferación del mejillón cebra plantea desafíos ecológicos y económicos importantes. Una de sus principales estrategias de supervivencia es la creación de piñas compactas de individuos que se adhieren a diversas superficies. Esto puede obstruir infraestructuras esenciales como tuberías de agua o sistemas de refrigueración en embalses o centrales hidroeléctricas.

Una de las mayores preocupaciones ecológicas es su capacidad para alterar la cadena trófica. El mejillón cebra filtra grandes cantidades de agua a diario (hasta 8,5 litros por individuo), reduciendo drásticamente la cantidad de fitoplancton disponible, lo que afecta a otras especies acuáticas que dependen de él para alimentarse. Aunque esta capacidad de filtración puede generar aguas más claras, el daño al ecosistema es significativo.

Además, por su capacidad de formar grandes colonias, el mejillón cebra desplaza a otras especies autóctonas de bivalvos, muchas de ellas protegidas. Su presencia altera la biodiversidad local, empobreciendo los ecosistemas donde se establece.

En el ámbito económico, la invasión del mejillón cebra implica costos millonarios para infraestructuras. La especie puede obstruir tuberías de centrales eléctricas, causar daños en sistemas de riego y afectar a instalaciones industriales al bloquear conductos de agua. En Estados Unidos, los costos derivados del control del mejillón cebra superaron los 1.600 millones de euros en un periodo de 10 años.

La situación del mejillón cebra en España

invasión de mejillones cebra

En julio de 2001, el mejillón cebra fue detectado en el bajo Ebro, lo que marcó el inicio de una invasión en España. Desde esa fecha, la especie se ha extendido a otras cuencas, como las del río Júcar y el Segura.

El Ministerio de Medio Ambiente en España ha invertido más de 300 millones de euros entre 2003 y 2006 para contener la especie, con acciones que van desde la colocación de filtros hasta la eliminación física de los ejemplares que bloquean infraestructuras.

Entre las medidas implementadas en España se encuentran la instalación de filtros en las conducciones de agua y las centrales hidroeléctricas para impedir el paso de larvas, así como la prohibición de embarcaciones no desinfectadas en zonas afectadas por la plaga.

A través de la Estrategia Nacional para el Control del Mejillón Cebra, el país ha establecido una serie de protocolos de desinfección para evitar su propagación por las cuencas hidrográficas. Sin embargo, la erradicación completa de la especie es extremadamente difícil, y los esfuerzos se centran más en su control.

Impactos ecológicos y económicos

impactos del mejillón cebra en la biodiversidad

Los impactos del mejillón cebra son notables tanto a nivel ecológico como económico. Entre los daños ecológicos más graves, se destaca la competencia directa por el fitoplancton, que afecta no solo a peces, sino también a otras especies de moluscos nativos.

Además, este mejillón modifica significativamente los hábitats donde se instala. Al clarificar las aguas, altera la estructura del ecosistema acuático, lo que puede favorecer el crecimiento de algas no deseadas y cambiar la dinámica de los ecosistemas que dependen de partículas en suspensión.

En términos económicos, las obstrucciones causadas por las colonias densas de mejillón cebra en infraestructuras industriales requieren mantenimiento constante para prevenir daños mayores. Las centrales hidroeléctricas, por ejemplo, sufren bloqueos en sus sistemas de conducción de agua, lo que puede generar pérdidas económicas directas en la producción de energía.

En España, las pérdidas económicas derivadas de la expansión del mejillón cebra han afectado especialmente el sector agrícola, al interferir en los sistemas de riego. Los costos de limpieza y mantenimiento de las infraestructuras continúan aumentando incluso hoy día.

Este molusco no solo amenaza la biodiversidad, sino que también representa un enorme problema económico. La combinación de su capacidad de adaptación, su resistencia y su tasa de reproducción hace que el mejillón cebra sea una de las especies invasoras más problemáticas tanto en Europa como en otras partes del mundo.

El mejillón cebra es un claro ejemplo de los riesgos que representan las especies invasoras. Aunque existen medidas de control y mantenimiento, su erradicación parece una tarea complicada. Las acciones actuales se centran en contener su expansión y minimizar su impacto, aunque las soluciones deben seguir evolucionando para proteger tanto el medioambiente como las infraestructuras humanas.


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