La metanización es un proceso natural de degradación de materias orgánicas en ausencia de oxígeno. Este proceso genera biogás, compuesto principalmente de metano, que puede utilizarse como fuente de energía renovable al igual que ocurre con otras fuentes aún poco exploradas. Actualmente, este tipo de energías desconocidas está ganando terreno en diversos sectores, ya que permiten aprovechar recursos que de otro modo serían desperdiciados. Muchas empresas están recurriendo a estas tecnologías para transformarlas en energía limpia y eficiente.
Vamos a explorar algunas de estas novedosas técnicas comenzando por algunos ejemplos interesantes.
Melones podridos: generadores de energía
En una región de Francia, una frutera se enfrenta anualmente a la pérdida de aproximadamente 2000 toneladas de melones que no cumplen con los estándares de venta. El tratamiento y transporte de estos residuos le costaba 150.000 € al año. En 2011, la empresa decidió dar un giro y adoptó una unidad de metanización creada por la compañía belga GreenWatt.
El modelo de esta nueva tecnología es muy sencillo: las frutas en mal estado son almacenadas y degradadas por bacterias que producen biogás. Este biogás es reutilizado para generar energía y calor, los cuales alimentan la planta. El calor se aprovecha en la propia industria, lo que reduce enormemente los costes energéticos. Además, el biogás sobrante es vendido a compañías eléctricas, lo que genera una fuente de ingresos adicional.
Zanahorias podridas: otra fuente de biogás
Del mismo modo que sucede con los melones, las zanahorias también pueden ser utilizadas como recurso energético. En este caso, un grupo agroalimentario francés se encuentra entre los líderes europeos en la producción de zanahorias. En 2014, colaboraron con GreenWatt para desarrollar una unidad de biometanización que pudiera convertir las zanahorias dañadas en energía.
El impacto ha sido importante. Este grupo es capaz de generar energía equivalente al consumo energético de unos 420 hogares. Las zanahorias, que de otro modo habrían sido desechadas, ahora se convierten en una fuente renovable de energía.
La energía del queso: más allá del producto lácteo
El queso, más allá de su consumo alimentario, genera un subproducto que puede transformarse en energía. La unión de productores de queso de Saboya, en Francia, ha incorporado una planta de metanización que aprovecha el suero de leche, también conocido como lactoserum, para generar biogás. Este subproducto es un líquido amarillento que surge durante el proceso de fabricación de queso.
Con esta planta, la región de Saboya produce alrededor de 3 millones de kWh de energía anualmente. Esta cantidad es suficiente para cubrir el consumo de 1500 habitantes, lo que demuestra la importancia de aprovechar subproductos de la industria alimentaria para generar energía.
Excrementos humanos: un biobús en Bristol
En Reino Unido, específicamente en Bristol, se ha puesto en marcha un proyecto pionero que consiste en un autobús cuyo combustible proviene de los excrementos humanos. Este biobús puede recorrer hasta 300 km utilizando los residuos de solo cinco personas al año.
El biogás generado mediante la metanización de los excrementos humanos permite reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 30% en comparación con un vehículo diésel tradicional. La compañía encargada del proyecto, GENeco, ha propuesto extender la red de autobuses mediante este sistema de energía limpia, solicitando financiación al Gobierno británico. Con ello, se espera reducir aún más la huella de carbono del transporte urbano.
Nuevas fuentes de energía: innovación constante
Aparte de los métodos mencionados, existen otras fuentes innovadoras de energía renovable con un potencial extraordinario:
- Bioluminiscencia: Desarrollada principalmente por bacterias y organismos marinos como medusas, esta peculiar tecnología aprovecha la luz que producen algunos seres vivos para iluminar espacios sin necesidad de electricidad.
- Energía de la lluvia: Un generador, desarrollado por científicos de China, es capaz de captar la energía cinética generada por la caída de gotas de lluvia y convertirla en electricidad. Un solo chaparrón podría encender 100 bombillas gracias a la acumulación de esta energía.
- Energía cinética: En diversas partes del mundo ya se están utilizando suelos que, al caminar sobre ellos, generan electricidad suficiente para alimentar sistemas de iluminación. Desde pistas de baile hasta pasos de peatones, esta tecnología está en creciente expansión.
- Reciclaje energético: Aprovechar residuos urbanos y agrícolas para convertirlos en energía es una tendencia en auge. Países como Suecia ya han implementado esta tecnología a gran escala, llegando incluso a importar basura para generar electricidad.
Proyectos en desarrollo: del laboratorio a la práctica
Entre las fuentes de energía más avanzadas tecnológicamente se encuentran aquellas en las que la ciencia está constantemente innovando. La energía osmótica o energía azul promete revolucionar el campo de las energías renovables. Este tipo de energía se basa en la diferencia de concentración salina entre el agua de los ríos y el agua del mar. Países como Noruega ya están investigando a fondo esta tecnología con el objetivo de aprovechar los recursos naturales de manera más eficiente.
Otro ejemplo de innovación es el proyecto de Geobacter sulfurreducens realizado por la Universidad de Massachusetts. Consiste en generar electricidad a partir de la humedad del aire utilizando proteínas naturales cultivadas. Esta tecnología, llamada Air-gen, podría permitir generar electricidad en cualquier lugar del mundo sin depender de condiciones meteorológicas específicas, lo cual abre un campo de posibilidades para su uso a nivel mundial.
Por último, experimentos como la bioluminiscencia y las plantas eléctricas también están en etapas avanzadas de desarrollo. Aunque su implementación masiva aún se ve lejana, los avances constantes nos acercan cada vez más a un futuro en el que las energías renovables y las fuentes de energía desconocidas jueguen un rol clave en la sostenibilidad del planeta.
La incorporación de estas nuevas fuentes de energía al panorama actual no solo tiene un impacto ambiental positivo, sino que además permite reducir costos y aprovechar al máximo los recursos disponibles. El futuro de la energía se encuentra sin duda alguna en una combinación de métodos tradicionales y enfoques innovadores como los aquí mencionados.
Son muchas las ventajas del biogas. Se podria utilizar como aporte de energía en horas valle, pués no necesita sol ni viento para producirla y tampoco necesita baterías para acumularla.