Las focas ayudan a los oceanógrafos a recoger datos del fondo submarino

Focas

Con temperaturas que se encuentran bajo los 20 grados centígrados y con un mar de hielo de más de un metro de grosor, el invierno ártico es totalmente un desafío para los investigadores que recogen los datos oceanográficos más básicos, tales como puede ser la conductividad del agua, temperatura y densidad.

Para investigadores como Guy Williams, que lleva desde 1999 surcando esos lares, y sus compañeros, los datos llegaron desde una fuente no esperada. Las focas son capaces de rastrear el fondo submarino y proveer de datos que de otra forma serían muy difíciles de obtener. Las focas llevando dispositivos micro-CTD que les permite explorar de forma vertical los océanos, lo que significa que pueden saber todo sobre la estructura del mismo.

Diseñado por los científicos de la Universidad de St Andrews´s, esos dispositivos son capaces ahora de rastrear los movimientos de las focas tal como atraviesan los diversos entornos marinos. Con un peso de cientos de gramos, los dispositivos se sujetan a las cabezas de las focas con un tipo de resina y se mantiene así hasta que se despega, lo que suele ocurrir al año. Los sensores son capaces de medir datos CTD y de localización cada cuatro segundos y enviar una porción de los mismos vía satélite.

Se puede ver cómo van atravesando el Océano del Sur y esos perfiles verticales tomados cuando se sumergen en todo tipo de colores. Williams y un equipo internacional fueron capaces de examinar los datos recogidos desde 2011 hasta 2013 por los elefantes marinos. Lo que les permitió conocer que la región al este de la Antártida estaba envuelta en una especie de masas de agua fría que ayuda a conducir la circulación de nutrientes y gases disueltos alrededor de los océanos del planeta.

No solamente quedó aquí los datos revelados, sino que descubrieron que las plataformas de hielos son claves para mantener el sistema. El agua limpia surge del hielo que se derrite, obstaculiza la producción de esas masas de agua densa en el tiempo, lo que podría liderar a la ralentización de las corrientes oceánicas globales al mismo tiempo que el planeta sigue calentándose. Es una pieza clave en el puzle, según citan los mismos oceanógrafos.

Por supuesto, que las focas no pueden resolver todo, ya que no pueden nadar bajo las plataformas de hielo, pero sí que están siendo capaces de proveer de unos datos vitales para entender las corrientes oceánicas.


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