Todos hemos visto alguna vez protestas ecologistas contra algún tipo de construcción que dañe el medioambiente y seguramente has pensado si realmente sirven para algo. Año tras año, vemos como se ponen denuncias y no se sabe muy bien como acaban.
¿Quieres saber algunos ejemplos sobre el resultado de algunas protestas?
Denuncias en defensa del medioambiente
Normalmente, las denuncias que más se realizan en contra de proyectos de grandes empresas tienen que ver con la construcción de urbanizaciones, carreteras, industrias, etc. Algunas de las organizaciones ecologistas más grandes a escala mundial como Greenpeace, Ecologistas en Acción o WWF lanzan protestas y denuncias con fundamentación legal para detener este tipo de obras que atentan contra la integridad del medioambiente natural.
Estas organizaciones ecologistas solo piden que las administraciones públicas realicen su trabajo, controlando que se cumpla la ley. Esto se debería hacer por sí solo y no tener que involucrar a una organización para que haga el trabajo de las administraciones. Por ejemplo, Greenpeace destina al año 50.000 euros para tratar con denuncias de este estilo. Esto es una cantidad de dinero bastante grande, si se tiene en cuenta que es una organización que vive de las donaciones.
La directora del departamento legal de WWF, Rita Rodríguez, comenta que ellos no tiene ningún interés en perseguir infracciones. «Acudimos a la vía judicial cuando es el último recurso que queda». A veces cunde el desánimo. «Es desesperante, hay ocasiones en que te dan ganas de tirar la toalla, irte a vivir y dejarte de líos», comenta Ángeles Nieto, de Ecologistas en Acción, que piensa que el problema se debe a que la política se ha introducido en todos los ámbitos. «Se llega a situaciones absurdas, de hechos consumados, como cuando los tribunales deciden que una obra es ilegal, pero ya está en funcionamiento», opina Mario Rodríguez.
Logros conseguidos por las organizaciones ecologistas
Pese a los grandes esfuerzos que conlleva detener o paralizar determinadas obras que pueden dañar al medioambiente, estas organizaciones ecologistas llegan a conseguirlo. Estos son algunos de sus logros:
Destrozos costeros
Se trata de la construcción de un hotel en el paraje del Algarrobico, en Carboneras (Almería), situado en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Actualmente está paralizada la obra gracias a que un juez lo ordenó el 22 de febrero de 2006.
Los ecologistas están convencidos de que el hotel se acabará demoliendo, debido a que tiene 16 sentencias en contra.
Vertidos de Fertiberia
Esta situación se trata de unos vertidos de fosfoyesos (residuos industriales tóxicos y ligeramente radiactivos) en las marismas del Río Tinto. La superficie afectada por estos vertidos son unas 1.200 hectáreas de las marismas con más de 120 millones de toneladas de vertidos.
El estado actual de esta situación es la suspensión de estos por por sentencia de la Audiencia Nacional desde el 31 de diciembre 2010. La empresa debe restaurar la zona.
Obra sin declaración de impacto ambiental
Esta obra trata de realizar un desdoblamiento en la carretera M-501 y atraviesa una zona de especial protección para las aves de los ríos Cofio y Alberche.
El estado actual de esto es su funcionamiento desde 2008. Está denunciada por Ecologistas en Acción, puesto que carece de declaración de impacto ambiental.
Conseguir detenerlo antes que se inicie
Se trata de un proyecto de refinería Balboa situado en la Sierra de San Jorge, Santos de Maimona (Badajoz). Oleoducto desde Huelva de unos 200 kilómetros. Se encuentra con el estudio de impacto ambiental realizado y el Ministerio de Medio Ambiente está a la espera de recibir más información para llevar a cabo la declaración de impacto ambiental.
Esto aún es un proyecto, pero presenta una grave oposición en el lugar donde se quiere construir. El problema reside en que el oleoducto necesario atravesaría zonas protegidas a lo largo del trayecto entre Huelva y Badajoz. Además el riesgo de una marea negra por derrame de petróleo puede ser nefasto.
Como podéis ver, las organizaciones ecologistas consiguen detener algunas obras que acabarían destruyendo nuestro entorno natural.