Durante muchos años el objetivo ha sido reducir el peligro a la extinción de esta especie emblemática de España. El Lince Ibérico ha estado en la categoría de amenaza de “en peligro crítico” según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Tras todos los esfuerzos de cría en cautividad, estudios de los ecosistemas, restauración de hábitats, concienciación y señalización de los lugares con más tránsito de linces, la población de linces está aumentando considerablemente y la UICN ha reducido el grado de amenaza a “en peligro”.
“Tras 15 años de trabajo duro en el proyecto europeo Life+Iberlince esto produce todo un orgullo” afirma Miguel Ángel Simón, el director del proyecto. Al principio sólo se pensaba que se iba a poder mantener al Lince Ibérico en cautividad y no se podría volver a introducir en los ecosistemas naturales.
Simón comenta que fue todo una sorpresa cuando año tras año, la especie iba dando signos de recuperación en sus hábitats. Gracias a ello, el proyecto se fue encabezando hacia la mejora de las condiciones de reintroducción del lince a su hábitat de todos los ejemplares nacidos en cautividad.
En 2010 se hizo la primera suelta de linces en Córdoba y un año después en Jaén. Ambas reintroducciones tuvieron éxito, por lo que se pudieron conectar las poblaciones. Mientras haya intercambio de ejemplares, el lince se podrá mantener más o menos estable. Aunque no hay que olvidar, que la especie aún sigue en peligro de extinción. Aún queda mucho por hacer para que deje de estarlo.
Por último, Miguel Simón recuerda que, si queremos que el Lince salga del peligro de extinción, tenemos que contarla como prioritaria y ser respaldada por la Junta de Andalucía y por el programa Life de la Unión Europea, en temas de inversión económica para su recuperación.