Biocombustibles y el impacto de sus emisiones de dióxido de carbono: ¿Una solución o un problema?

  • Estudios destacan que los biocombustibles no son neutros en CO2, debido al bajo nivel de absorción de dióxido de carbono por las plantas.
  • La deforestación para producir biocombustibles contribuye a un aumento significativo de las emisiones de CO2.
  • Aunque existen alternativas más sostenibles, como los biocombustibles de segunda generación o combustibles sintéticos, su adopción aún es limitada.

biocombustibles

Hoy en día se utilizan los biocombustibles para determinadas actividades económicas. Los más utilizados son el etanol y el biodiésel. Se tiene por entendido que el gas de dióxido de carbono emitido por el biocombustible está totalmente equilibrado por la absorción de CO2 que se produce con la fotosíntesis de las plantas.

Pero parece ser que eso no es totalmente así. Según un estudio del Instituto de Energía de la Universidad de Michigan dirigido por John DeCicco, la cantidad de calor que retiene el CO2 emitido por la quema de los biocombustibles no está en equilibrio con la cantidad de CO2 que absorben las plantas durante el proceso de la fotosíntesis mientras crecen en las cosechas.

El estudio se ha realizado basándose en los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Se analizaron periodos en los que la producción de biocombustible se intensificó, y la absorción de las emisiones de dióxido de carbono por parte de las cosechas solo compensaba el 37% de las emisiones totales de CO2 emitidas por la quema de los biocombustibles.

polémica biocombustibles

Las conclusiones de los estudios realizados en Michigan alegan claramente que el uso de biocombustible sigue aumentando la cantidad de CO2 emitida a la atmósfera y no disminuye como se pensaba. Aunque la fuente de la emisión de CO2 provenga de un biocombustible como el etanol o el biodiésel, las emisiones netas a la atmósfera son mayores que las absorbidas por las plantas en las cosechas, lo que implica que siguen contribuyendo al efecto del calentamiento global.

¿Qué son los biocombustibles?

Los biocombustibles son carburantes que se obtienen a partir de biomasa, es decir, de materia orgánica. Existen varias generaciones de biocombustibles, pero los más conocidos y utilizados actualmente son el etanol y el biodiésel, que han sido ganando relevancia en sectores como el transporte.

El etanol se produce a partir de la fermentación de cultivos como el maíz y la caña de azúcar, mientras que el biodiésel se obtiene a partir de aceites vegetales, como la palma, soja o el aceite reciclado de cocina. Su principal característica es que, en teoría, debería tener un impacto menor en las emisiones de CO2, ya que, en el ciclo de vida del biocombustible, las plantas absorben CO2 durante su crecimiento, produciendo un balance teóricamente neutral en términos de emisiones.

¿Cuáles son las preocupaciones sobre su impacto real?

Sin embargo, varios estudios recientes han desafiado esta suposición. Según el trabajo de John DeCicco, los beneficios ambientales de los biocombustibles se ven significativamente disminuidos cuando se consideran las emisiones derivadas de su producción y uso final.

«Este es el primer estudio que examina con cuidado el carbono emitido en tierras donde se cultivan los biocombustibles, en lugar de hacer suposiciones sobre ello. Cuando nos fijamos en lo que realmente está sucediendo en el terreno, observamos que no hay suficiente carbono que se elimina de la atmósfera para compensar lo que sale del tubo de escape», afirmó DeCicco.

impacto biocombustibles

En lugar de ser completamente neutros en carbono, se ha demostrado que durante la quema de biocombustibles se emiten más gases de efecto invernadero que los que las plantas pueden capturar durante su crecimiento. Además, otros factores como la deforestación, el uso de fertilizantes y la energía para procesar los biocombustibles juegan un papel importante en su impacto ambiental general.

Producción y generación de biocombustibles

Existen múltiples tipos de biocombustibles que se agrupan en varias categorías. Los biocombustibles de primera generación son los que se obtienen a partir de cultivos comestibles, como el maíz o la caña de azúcar, mientras que los biocombustibles de segunda generación utilizan materias primas no comestibles, como residuos agroindustriales o biomasa no alimentaria.

  • Los biocombustibles de primera generación, como los bioalcoholes (etanol y metanol) y el biodiésel, han sido los principales sustitutos de los combustibles fósiles.
  • No obstante, su uso ha generado controversias sobre su sostenibilidad, en parte debido al aumento en el precio de productos agrícolas y la deforestación causada por cultivos como la palma para producir biodiésel.

A una escala global, el biodiésel y otros biocombustibles también implican impactos negativos en la deforestación. Un informe de Transport and Environment ha revelado que los biocombustibles derivados de aceite de palma y soja pueden ser hasta un 80% más contaminantes que el diésel tradicional cuando se tienen en cuenta las emisiones provocadas por la deforestación.

El problema de la deforestación y el cambio de uso de suelos

Uno de los grandes problemas de los biocombustibles es que para producirlos se necesita una gran cantidad de tierras agrícolas. Esto ha llevado a un fenómeno conocido como el cambio de uso de suelos indirecto, que consiste en la expansión de tierras agrícolas en áreas que anteriormente eran bosques o selvas. Esta conversión tiene un alto coste ambiental, ya que se liberan grandes cantidades de CO2 almacenadas en la vegetación talada y los suelos.

En Brasil, por ejemplo, se ha documentado la deforestación de millones de hectáreas de selva amazónica para hacer espacio para cultivos de soja destinados a la producción de biocombustibles. Este tipo de prácticas no solo afecta el balance de CO2, sino que también pone en peligro la biodiversidad y los ecosistemas locales.

deforestación por biocombustibles

La producción intensiva de biocombustibles a partir de cultivos como la palma ha generado deforestación masiva en países como Indonesia. Según Ecologistas en Acción, la demanda creciente de biocombustibles podría provocar la deforestación de hasta 7 millones de hectáreas de bosque, liberando 11 500 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

Otras alternativas a los biocombustibles tradicionales

A pesar de los desafíos, nuevas innovaciones buscan optimizar el uso de biocombustibles sostenibles de segunda generación o incluso de tercera generación, que utilizan residuos industriales o algas, minimizando así el impacto ambiental.

Ejemplos incluyen el aceite vegetal hidrotratado (HVO), que puede obtenerse de aceites residuales de cocina y grasas animales, una opción más respetuosa con el medio ambiente. De hecho, en varios países europeos, grandes empresas energéticas están comenzando a producir HVO, ofreciendo una alternativa menos contaminante al biodiésel tradicional.

Por otro lado, existe una nueva investigación que explora el uso de bacterias como el Streptomyces para crear biocombustibles más eficientes y menos contaminantes mediante el uso de moléculas como la «Jawsamycin«. Esta innovación podría revolucionar la forma en la que se produce el biocombustible en el futuro.

Finalmente, también se están explorando combustibles sintéticos como los e-fuels, que combinan hidrógeno verde con dióxido de carbono capturado, creando un ciclo de carbono cerrado que reduciría significativamente las emisiones netas de gases de efecto invernadero en el sector del transporte.

En definitiva, los biocombustibles aún tienen un largo camino por recorrer para ser una verdadera solución ecológica. A medida que las nuevas tecnologías avanzan y se buscan alternativas más sostenibles, es crucial mantener un enfoque crítico y considerar todas las implicaciones ambientales de su producción y uso.


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