Según Fatih Birol, consejero delegado de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), la energía solar fotovoltaica fue por primera vez la fuente de nuevas energías que creció con mayor rapidez en 2016. Este hito se celebró como una “excelente noticia” y marcó un antes y un después en el desarrollo de las energías renovables.
En la presentación del informe anual Renovables 2017, Birol destacó que, tras analizar todas las fuentes de combustible (petróleo, gas, carbón y renovables), las renovables han demostrado un crecimiento sólido y sostenido, con especial mención al rápido ascenso de la solar fotovoltaica. Este tipo de energía no solo está transformando la industria, sino que también está llevando a cabo un cambio estructural en los mercados energéticos.
Energía solar: un crecimiento imparable
El análisis de 2016 reveló que la nueva capacidad de energía solar fotovoltaica (PV) creció en un 50%, y China fue el líder indiscutible en cuanto a expansión, representando casi la mitad del crecimiento global. Esto no es un hecho aislado, sino que es el resultado de dos pilares fundamentales: el sólido apoyo gubernamental a las políticas de energía limpia y las mejoras tecnológicas que han permitido optimizar tanto la eficiencia como los costes de instalación de las plantas solares.
Esa velocidad de crecimiento fue tal, que por primera vez la solar PV superó al aumento de capacidad de otras fuentes energéticas tradicionales como el carbón, el gas y el petróleo. Esto representa un cambio de paradigma y augura un futuro muy prometedor para la transición energética en todo el mundo.
El informe también estimó que las energías renovables representaron casi dos tercios de la nueva capacidad energética neta instalada en todo el mundo durante el año 2016, alcanzando la impresionante cifra de 165 gigavatios. Y las proyecciones indican que ese crecimiento va a continuar: antes de 2022, se espera un incremento del 43% en la capacidad de energía eléctrica mundial.
El abaratamiento de la energía solar: una clave para su expansión
Uno de los factores que están impulsando la energía solar fotovoltaica es la drástica reducción de costes que ha experimentado. De hecho, en 2016, la energía solar se abarató más de un 75%, lo que la ha convertido en la opción más barata en comparación con fuentes de energía tradicionales como el petróleo, el gas o el carbón.
Actualmente, la solar es más barata que cualquier otro tipo de energía en más de 50 países, lo que está facilitando su adopción y favoreciendo su expansión. No obstante, para que la energía solar se convierta en un verdadero pilar del sistema energético mundial, aún necesita seguir mejorando su rentabilidad a corto plazo.
La batalla por el futuro del mercado energético
Es habitual que asociemos el coste de la producción de energía con el precio del kilovatio hora (kWh), pero este no es el único indicador relevante para entender el futuro de las energías renovables. Las decisiones que impulsan a los grandes proyectos energéticos suelen estar influenciadas por la rentabilidad a largo plazo y el coste de instalación inicial.
El mercado energético global se caracteriza por proyectos con estructura a largo plazo, donde las inversiones se piensan para décadas. Esto hace que la adopción de las energías renovables siga un ritmo más lento del esperado, ya que los proyectos tradicionales, como las plantas de carbón o nucleares, no se desmantelarán hasta que finalice su vida útil. Las presiones de los lobbies energéticos tradicionales también juegan un papel clave en la prolongación de estos plazos.
Por lo tanto, para que la transición energética avance, no solo debemos mirar el coste de producción de la electricidad, sino también el coste de poner en marcha las instalaciones desde cero.
Competencia con otras fuentes de energía: Solar vs. eólica y fósiles
La energía solar no subvencionada ya está desplazando al carbón y al gas natural. Además, los nuevos proyectos solares en los mercados emergentes están resultando más económicos que los proyectos de energía eólica.
En los mercados emergentes, donde se ha registrado un aumento alarmante de las emisiones de dióxido de carbono, la energía solar ha venido a ofrecer una solución totalmente renovable al problema de crecimiento económico y energético.
Innovaciones tecnológicas: el futuro de la energía solar
Tradicionalmente, la energía solar ha tenido un importante inconveniente: la variabilidad en la cantidad de radiación solar recibida, que depende de la meteorología. En días nublados o lluviosos, la producción de energía se ve reducida considerablemente, lo que genera inestabilidad en el suministro.
Sin embargo, los avances en materiales están ayudando a superar estos obstáculos. Un ejemplo de ello es el material LPP («fósforo de larga persistencia»), que puede almacenar energía solar durante el día para liberarla durante la noche.
Nuevas tecnologías para condiciones de baja insolación
El LPP es capaz de absorber la luz en un espectro más amplio, incluido el infrarrojo cercano, lo que permite que se recolecte energía en situaciones donde la luz visible es baja. Esto es especialmente beneficioso en regiones con climas adversos o nubosos.
Además, investigadores de todo el mundo están trabajando en materiales innovadores que permitirán la integración de las células solares en superficies como ventanas, tejas y hasta ropa. Estos avances no solo mejorarán la eficiencia, sino que también reducirán los costos de instalación y mantenimiento, haciendo de la energía solar una opción aún más viable.
El futuro de la energía solar fotovoltaica es brillante. Con el continuo avance en tecnologías de almacenamiento de energía y la bajada de los precios de los paneles solares, esta fuente de energía se perfila como una solución fundamental para la reducción de emisiones y la sostenibilidad del planeta.