Afortunadamente, el pasado año, y por segundo año consecutivo, las energías verdes incrementaron su aportación a la economía nacional y abarataron notablemente los precios del mercado eléctrico.
Desgraciadamente, y como se comentó en esta página web, continuó la destrucción de empleo en el sector, cobrándose más de 2.700 puestos de trabajo.
Empleo en España
Por tecnologías, las que más empleo neto crearon en 2016 fueron la eólica (535), la solar fotovoltaica (182), la solar termoeléctrica (76), la geotermia de baja entalpía (19), la marina (17) y la minieólica (15). No obstante, la mayoría de los empleos del sector se concentran en la generación de energía con biomasa. Le siguen la eólica, con 17.100, y la solar fotovoltaica, con 9.900, según los datos facilitados por IRENA (Agencia Internacional de las Energías Renovables).
La tendencia en los últimos años ha sido marcada por crecimientos notables en sectores como el de la energía solar fotovoltaica, que en 2021 reportó un incremento del 59% en su empleo vinculado, impulsado por el auge de las instalaciones de autoconsumo y el crecimiento global del sector renovable. Según APPA, el empleo en renovables alcanzó esa cifra de 111.409 puestos de trabajo tan solo en España.
Además, cabe destacar que en los años siguientes, ya para 2022, el sector no dejó de crecer y superar nuevas marcas. Las renovables consolidaron el empleo en sectores clave como la energía solar y eólica, alcanzando un récord histórico en el número de empleos vinculados a la fotovoltaica y también consolidándose en la eólica. Así lo refleja el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, de APPA, que en 2022 reportaba 130.815 empleos en el sector, lo cual supone un salto considerable frente a los 52.231 empleos directos de 2018.
A nivel global, las energías limpias no han cesado de generar empleo. Según IRENA, la energía solar fotovoltaica es la que más personas emplea en todo el mundo, con más de 2,8 millones de puestos de trabajo generados por esta tecnología. De este modo se consolida como una de las tecnologías más prometedoras dentro del ámbito renovable. Por su parte, los empleos en el sector de la energía eólica también han registrado un auge significativo, superando los 1,1 millones de empleos globalmente.
El impacto en las políticas y los objetivos de 2030
El informe de IRENA sobre las energías limpias no solo sitúa a las renovables como una fuente de empleo a nivel mundial, sino que también presenta unas previsiones optimistas a futuro. Según sus estimaciones, de cara a 2030 se espera doblar la capacidad de renovables instaladas en todo el mundo, lo que se traduciría en la creación de hasta 24 millones de empleos en este sector, situando a la fotovoltaica y la eólica a la cabeza de esta transición energética.
En España, las políticas también han favorecido el crecimiento del sector, aunque, en los últimos años, enfrentaron barreras que dificultaron un crecimiento pleno. Las energías renovables empleaban a unas 150.000 personas en 2008. Sin embargo, a partir de ese año, las políticas adversas para el sector energético generaron una disminución notable en el empleo, que llegó a caer hasta los 92.000 empleos en algunos años de manera preocupante. Este descenso estuvo motivado por la desaparición de incentivos y la falta de regulaciones acordes.
No obstante, desde 2019 en adelante se han implementado subastas y políticas específicas que han impulsado el empleo, principalmente con contratos PPA (power purchase agreements), centrados en atraer inversiones a largo plazo. El auge de las renovables en 2021 y 2022 sitúa a este sector con proyecciones claras hacia el doble de empleos durante la década.
A pesar de los desafíos, las perspectivas a largo plazo para España son optimistas. Los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 estipulan ambiciosos planes de instalación de capacidad renovable, principalmente en energía solar y eólica. Esto, junto con las nuevas subastas y los avances en autoconsumo, tiene el potencial de situar a las energías limpias como motor clave del empleo de aquí a final de la década.
Impacto de las energías renovables en el PIB de España
Las energías renovables no solo han tenido un impacto relevante en el empleo, sino también en el Producto Interior Bruto (PIB) de España. Según el último estudio de APPA y Deloitte de 2021, las renovables aportaron 19.011 millones de euros al PIB español, lo cual representó aproximadamente un 1,58% del total. Este crecimiento sigue siendo impulsado por el incremento en la capacidad instalada, así como por el autoconsumo fotovoltaico, que representó en ese año el 47% de la potencia instalada en el país.
Una de las claves de este crecimiento ha sido la realización de subastas de energía, que dotaron al país de nuevos proyectos a gran escala, especialmente en el campo de la eólica y la solar. En 2021, por ejemplo, se subastaron 5.649 MW adicionales, consolidando así a estas energías como la base del futuro energético español.
El impacto de las renovables en el PIB también se reflejó en el saldo neto exportador del país. En 2021, las renovables dejaron un saldo positivo de 1.887 millones de euros. Este crecimiento se debió principalmente al incremento de las exportaciones de componentes tecnológicos clave como aerogeneradores e inversores, aunque también se registró un aumento de las importaciones, impulsado por la demanda de equipos para instalaciones de autoconsumo.
No solo el PIB ha recibido este impacto positivo. Las energías renovables también han permitido reducir de manera significativa la dependencia española de los combustibles fósiles importados. En 2021, España logró evitar la importación de 25,5 millones de toneladas de petróleo equivalentes, lo que generó un ahorro directo de 10.327 millones de euros en la economía. Este ahorro se vio complementado por otros 3.090 millones de euros que el país consiguió evitar en derechos de emisión de CO2, alineándose con los objetivos europeos de descarbonización.
Ahorro ‘verde’ en el mercado eléctrico
Uno de los efectos económicos más evidentes de la expansión de las renovables ha sido el abaratamiento de los precios de la electricidad. En España, las renovables han jugado un papel clave en la reducción del precio del MWh. Según los datos de APPA, en 2021 el precio del mercado eléctrico habría sido de 61,17 euros por MWh de no ser por la presencia de energías renovables. Gracias a ellas, el precio se situó en 39,67 euros por MWh, lo que supuso un ahorro de 5.370 millones de euros durante ese año.
Este ahorro no solo benefició directamente a los consumidores eléctricos, sino que también contribuyó a mejorar el balance comercial del país. En 2021, España evitó la compra de casi 20.000 toneladas de petróleo en los mercados internacionales, lo que proporcionó un ahorro adicional de 5.989 millones de euros. Estos ahorros reflejan el impacto económico positivo de las renovables en el largo plazo, mejorando la competitividad del país y reduciendo su déficit energético.
En términos ambientales, los datos también son claros. Las renovables en 2021 permitieron evitar la emisión de 52,2 millones de toneladas de CO2, contribuyendo de manera activa a la lucha contra el cambio climático y reforzando el papel de España en los objetivos medioambientales europeos.
Las expectativas a futuro apuntan a cifras aún más ambiciosas. Para 2023 y 2024, se esperan nuevas subastas que permitan instalar más capacidad renovable en todo el país. En este contexto, las renovables continúan posicionándose como uno de los ejes principales no solo del crecimiento económico, sino también de la sostenibilidad y el empleo en España.
De este modo, queda claro que las energías renovables han pasado a ocupar un lugar central en la economía española, con amplio impacto en el PIB, la creación de empleo y la balanza comercial del país. Estas energías también han jugado un papel crucial en la reducción de emisiones de CO2, contribuyendo a los objetivos medioambientales globales.