Greenwashing y cómo identificar sus características y estrategias

  • El Greenwashing busca presentar productos como sostenibles sin serlo realmente.
  • Las empresas usan términos ambiguos y símbolos verdes para confundir al consumidor.
  • Es importante identificar prácticas engañosas y priorizar la transparencia en las decisiones de compra.

greenwashing

Todas las empresas que han sustentado su política mediante la venta de productos y servicios basados en un estilo de vida artificial no siempre han llegado a jugar limpio con sus estrategias de venta. Hay que tener en cuenta que el marketing tiene diversas estrategias cuyo objetivo es únicamente vender productos. El Greenwashing significa ‘lavado verde’ en inglés y hace referencia a las malas prácticas que algunas empresas realizan cuando presentan productos supuestamente respetuosos con el medioambiente, aunque realmente no lo son.

Por ello, en este artículo vamos a explicarte en detalle cómo funciona el Greenwashing, sus características, cómo debes reconocerlo y las claves para evitar caer en esta práctica engañosa.

Cómo funciona el Greenwashing

marketing verde

No todas las empresas utilizan políticas de productos éticas desde el punto de vista medioambiental. El objetivo principal de muchas empresas es vender y obtener ganancias, por lo que algunas recurren al marketing verde, presentando productos con credenciales ecológicas que no cumplen realmente lo que prometen. Es una especie de maquillaje que da una falsa idea de sostenibilidad o respeto ambiental, cuando en realidad el producto no es tan beneficioso para el medioambiente.

Este fenómeno es comparable al blanqueo de imagen, donde se intentan asociar las empresas con valores positivos, sin un compromiso real con dichos valores. En muchos casos, las empresas utilizan el Greenwashing para atraer a consumidores conscientes del impacto ambiental, que basan sus decisiones de compra en la sostenibilidad.

A fin de cuentas, el Greenwashing se entiende como una inducción al error del público, resaltando supuestas credenciales ambientales cuando en realidad son inexistentes, irrelevantes o incluso falsas. Las empresas aprovechan la creciente preocupación ambiental en la sociedad para lavar su imagen sin tomar acciones reales.

Prevención y reconocimiento del Greenwashing

Para evitar caer en el Greenwashing, es fundamental conocer las estrategias que las empresas suelen utilizar para engañar a los consumidores. Aquí te presentamos algunas de ellas:

  • Uso de lenguaje ambiguo: Términos como ‘amigo del medioambiente’ o ‘ecológico’ no tienen una definición formal en muchos casos y pueden generar confusión. El uso vago de estas palabras se utiliza para desviar la atención de los verdaderos impactos negativos del producto.
  • Imágenes sugerentes: Muchas veces, las empresas recurren a imágenes verdes o naturales que evocan una conexión con la naturaleza, cuando en realidad el producto no tiene estas características. Por ejemplo, etiquetados con aviones dejando estelas de flores, cuando la estela representa contaminación.
  • Referencias irrelevantes: Las empresas pueden destacar aspectos mínimos de su producto que son ecológicamente insignificantes, mientras ocultan las verdaderas prácticas contaminantes. Un ejemplo clásico es promocionar como ecológicas plantas nucleares solo porque no emiten CO2 directamente, pero ignoran los residuos radiactivos.
  • Comparaciones selectivas: Las empresas se autodefinen como ‘mejores’ en su sector, minimizando el impacto de sus prácticas en comparación con otras marcas, aunque su impacto ambiental en términos absolutos siga siendo considerable.

Formas de identificar el Greenwashing

formas de vender utilizando el medioambiente

Reconocer el Greenwashing no siempre es fácil, pero hay algunas señales claras a las que puedes prestar atención para detectarlo:

  • Falta de transparencia: Las empresas que practican Greenwashing suelen ocultar información importante o no proporcionar datos verificables. Frases como ‘certificado ecológico’ sin un respaldo científico o ausencia de organismos oficiales que respalden estas afirmaciones son una alerta.
  • Imprecisión en las afirmaciones: Términos como ‘biodegradable’ o ‘natural’ pueden sonar bien pero no son claros. Un ejemplo es decir que algo es ‘100% sostenible’ cuando no hay evidencia científica detrás.
  • Falsas certificaciones: Aluden a sellos o etiquetas que no son oficiales ni reconocidos por organismos reguladores, lo que puede confundir a los consumidores.
  • Uso excesivo de simbología verde: Abusar de imágenes verdes, hojas, flores y animales en el envase o en la publicidad genera la apariencia de un producto sostenible, pero no tiene impacto real en la reducción de la contaminación o la protección del medio ambiente.

Por ejemplo, empresas como McDonald’s, que han sido criticadas por el impacto ambiental de sus actividades, intentan cambiar su imagen pintando de verde sus restaurantes y promoviendo una sostenibilidad que no es tan profunda como parece.

Ejemplos prácticos de Greenwashing

Algunos ejemplos recientes e icónicos de Greenwashing incluyen:

  • Bioplásticos: Muchas marcas promocionan bioplásticos como materiales ecológicos, lo que no es del todo cierto. Estos materiales también tienen impacto sobre el medio ambiente, e incluso su reciclaje puede ser más complejo que el de los plásticos tradicionales.
  • Yogures ‘bio’: Este tipo de productos han cambiado su nombre, pero muchas personas aún consideran falsamente que son más saludables o respetuosos con el medioambiente.

greenwashing y características

Un caso notable es el de empresas tabacaleras que intentan vender sus productos como más saludables o orgánicos utilizando colores suaves y empaques que dan una impresión errónea respecto a su impacto en la salud y el medioambiente.

Otro sector que cae frecuentemente en el Greenwashing es la moda rápida. Estas empresas ofrecen prendas fabricadas con algodón orgánico y técnicas sostenibles, pero ocultan el impacto negativo general de la sobreproducción y los residuos textiles.

Para evitar caer en el engaño del Greenwashing, es fundamental apostar por un consumo responsable y estar informados tanto de los productos que compramos como de las empresas que los fabrican. Las etiquetas oficiales, como las certificaciones ISO o el sello de Empresas B, son elementos a considerar para identificar empresas genuinamente sostenibles.

Es importante estar atentos a las estrategias engañosas y no dejarnos llevar por campañas publicitarias que buscan aprovechar el creciente interés por la sostenibilidad para lavar su imagen. Solo con información precisa y verificable, los consumidores pueden tomar decisiones más informadas y ayudar a construir un futuro más sostenible.


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