La capacidad de energía eólica en el mundo alcanzó los 487 gigavatios (GW) en 2016. De la misma manera, los costes normalizados de referencia de la electricidad de la energía eólica (LCOE), es decir, cuánto cuesta la generación eléctrica (inversión inicial, mantenimiento, coste del combustible…) están cayendo, hasta los 67 dólares por megavatio/hora (MWh), el tercer valor más bajo dentro de las energías renovables. Esto refleja la competitividad de la energía eólica respecto a otras fuentes tradicionales, y su importancia creciente en la transición global hacia un modelo energético más sostenible.
Hoy en día, la energía eólica apenas supone el 4% de la generación mundial de energía, aunque desde diversos informes especializados prevén que la mejora de la eficiencia y capacidad de las turbinas eólicas podría elevar ese porcentaje hasta un 20% en el año 2040. Estos avances incluyen la construcción de aerogeneradores más grandes y potentes, así como el desarrollo de tecnología de almacenamiento para mitigar la intermitencia del viento.
La energía eólica, clave en la transición energética
Que la energía eólica es la principal energía alternativa renovable en el mundo es conocido por todos. Prueba de esto son los avances en la potencia de los aerogeneradores por parte de las multinacionales del sector, especialmente en los aerogeneradores que operan en mar abierto. Estos desarrollos no solo permiten generar más energía, sino que también mejoran la competitividad de la energía eólica frente a los combustibles fósiles. Para alcanzar estos ambiciosos objetivos, los expertos calculan que será necesario aumentar en 2.000 GW más de capacidad en parques onshore (en tierra) y 200 GW offshore (en el mar) para el año 2040, con inversiones de alrededor de cuatro billones de dólares.
Últimos avances en la energía eólica
Recientemente, la multinacional danesa Vestas y la compañía japonesa Mitsubishi, bajo la marca MHI Vestas Offshore, presentaron un aerogenerador offshore con una potencia de 9 MW. Instalado en las costas danesas, este prototipo es capaz de generar en 24 horas una cantidad de energía equivalente a lo que consumiría una vivienda en EE.UU. durante dos décadas, lo que demuestra el gran avance tecnológico en eficiencia de estas instalaciones. Este aerogenerador está diseñado para funcionar óptimamente con vientos de entre 12 y 25 metros por segundo.
Potencia y sostenibilidad
Según Torben Hvid Larsen, CTO de Vestas, este prototipo no solo marcó récords en generación de energía, sino que además nos acerca un paso más hacia una producción eléctrica más barata y sostenible. En palabras de Larsen: «Nuestro prototipo ha marcado otro récord de generación, con 216.000 kWh en un periodo de 24 horas. Creemos que será clave en la reducción de los costes de la energía eólica offshore».
Para tener una referencia clara, el consumo medio anual de una vivienda en España ronda los 3.250 kWh. Teniendo en cuenta esta cifra, en un solo día de producción, este aerogenerador podría suministrar electricidad a un hogar medio durante más de 66 años, lo cual refleja el gran potencial de esta tecnología para satisfacer las necesidades energéticas a gran escala. Además, este aerogenerador tiene unas características impresionantes, con una altura total de 220 metros y palas de 83 metros de largo. Esto lo sitúa como uno de los aerogeneradores más grandes y poderosos del mundo.
Desafíos y beneficios
No solo se ha avanzado en la potencia de los aerogeneradores, sino que también se ha logrado hacer que la producción de electricidad sea más eficiente y económica. El desarrollo de generadores más grandes y potentes permite disminuir los costes por megavatio/hora, lo que hace que la energía eólica sea cada vez más competitiva frente a otras fuentes, incluso en mercados donde los combustibles fósiles aún tienen un peso predominante. A su vez, la energía eólica permite generar electricidad sin emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en una de las tecnologías clave para combatir el cambio climático.
Además de ser respetuosa con el medio ambiente, la energía eólica también favorece el desarrollo económico. La construcción y mantenimiento de parques eólicos generan empleo local y fomentan la independencia energética de los países. Esto es especialmente relevante en regiones como Europa, donde la energía eólica reducirá considerablemente las importaciones de combustibles fósiles.
Aplicaciones de la energía eólica
La energía eólica puede ser implementada tanto en tierra firme como en el mar. En tierra, se está priorizando la repotenciación de parques instalados anteriormente. Esto implica sustituir aerogeneradores antiguos por nuevos de mayor capacidad, sin necesidad de construir nuevas infraestructuras. Este tipo de actualización no solo mejora la eficiencia energética, sino que también minimiza el impacto ambiental en áreas donde ya están instalados estos parques.
Por otra parte, en las instalaciones marinas se están priorizando los proyectos de mayor envergadura. Los parques offshore aprovechan los vientos más constantes y fuertes en el mar, lo que incrementa notablemente su capacidad de generación. Asimismo, gracias a los avances en las plataformas flotantes y la tecnología de aerogeneradores flotantes, se están explorando nuevas formas de instalar parques en aguas más profundas, lo que abre nuevas posibilidades para regiones que antes no podían aprovechar los recursos eólicos.
Una energía para el futuro
Según informes como el del Global Wind Energy Council, la capacidad eólica instalada a nivel mundial continuará creciendo a un ritmo acelerado. Se espera añadir más de 680 GW de nueva capacidad durante los próximos cinco años, lo que demuestra el interés global en potenciar esta tecnología. Los países más avanzados en energía eólica, como China, Estados Unidos, y Alemania están liderando este crecimiento con políticas ambiciosas y planes a largo plazo.
Por otro lado, el avance en tecnologías de almacenamiento y distribución permitirá que las plantas eólicas funcionen de forma más eficiente, mitigando la variabilidad de la energía producida por los vientos. Las innovaciones en áreas como el almacenamiento de energía basada en baterías y las centrales híbridas están haciendo que la energía eólica sea más confiable a largo plazo, y la combinación con otras fuentes como la solar permitirá integrar mejor estas redes en las infraestructuras eléctricas existentes.
El futuro de la energía eólica es, sin duda, prometedor. Con los avances tecnológicos en curso y el compromiso de los gobiernos para reducir las emisiones de carbono, la energía eólica continuará desempeñando un papel clave en la transición hacia un mundo impulsado por energías renovables y sostenibles.