Hoy vamos a hablar de un grupo de animales que pertenece al filo de los artrópodos, clase Quilópodos, y al género de los miriápodos. La protagonista de este artículo es la escolopendra. Estos organismos se caracterizan por tener un cuerpo deprimido en la parte dorso ventral, con un par de antenas y múltiples patas. Además, son conocidos por sus colmillos venenosos, que les permiten cazar y defenderse. En este artículo, conocerás a fondo las características, hábitat, alimentación y reproducción de la escolopendra, uno de los ciempiés más fascinantes del reino animal.
Características principales
La escolopendra, un miriápodo perteneciente al filo de los artrópodos, tiene un cuerpo alargado y segmentado que varía según la especie, alcanzando en algunos casos hasta los 30 cm. Normalmente, su anatomía básica incluye entre 21 y 23 segmentos, cada uno dotado de un par de patas multiarticuladas que le permiten moverse rápidamente y adaptarse a diferentes superficies. Una característica notable de las escolopendras es la presencia de forcípulas, colmillos venenosos formados por el primer par de patas, modificados para inyectar veneno en sus presas. Este veneno contiene toxinas que pueden paralizar a sus víctimas, facilitando su captura.
Las antenas multiarticuladas son otro rasgo esencial. Suelen estar compuestas de entre 17 y 30 artejos, lo que les permite detectar vibraciones y cambios en su entorno, siendo una herramienta vital para cazar en la oscuridad. Además, el último par de patas es más largo y cumple funciones defensivas y sensoriales.
Color y tamaño: Mientras que en Europa las especies más comunes, como la Scolopendra cingulata, alcanzan hasta 17 cm, las especies tropicales, como Scolopendra gigantea, pueden superar los 30 cm. La coloración también varía, desde tonos marrones y verdosos hasta brillantes rojos o amarillos, ayudándolas a camuflarse en su entorno.
Sistema respiratorio y digestivo: Las escolopendras respiran a través de un sistema traqueal, con estigmas repartidos a lo largo de su cuerpo, que permiten la absorción de oxígeno del aire. El aparato digestivo está compuesto por el intestino anterior, medio y posterior, formando un sistema completo que va desde la boca hasta el ano, como es común en los miriápodos.
Hábitat de la escolopendra
Las escolopendras son extremadamente adaptativas y habitan en una amplia variedad de ecosistemas terrestres. Se les encuentra desde zonas desérticas hasta bosques tropicales densos. Prefieren áreas con altos niveles de humedad relativa, lo que les permite evitar la desecación de su cuerpo, ya que dependen de la humedad para mantener su actividad fisiológica. Su actividad es mayoritariamente nocturna.
Durante el día, suelen refugiarse bajo piedras, troncos, hojas o grietas de rocas, donde encuentran la oscuridad y la humedad necesarias para sobrevivir. En zonas urbanas también se pueden encontrar en sótanos y lugares oscuros, donde se esconden durante el día. En cuanto a su distribución, las especies de escolopendras se encuentran en todo el mundo. Las más grandes, como la Scolopendra gigantea, habitan principalmente en las regiones tropicales, como las selvas de América del Sur y el Caribe. En Europa, la Scolopendra cingulata es la especie más frecuente, y suele habitar en áreas mediterráneas.
De qué se alimenta la escolopendra
Las escolopendras son depredadoras carnívoras, cuya dieta se basa en una amplia variedad de invertebrados. Su principal fuente de alimento incluye insectos como mariposas, cucarachas, saltamontes, escarabajos y otros artrópodos. Aunque la mayoría de sus presas son pequeñas, las especies más grandes pueden capturar animales de mayor tamaño.
Especies de gran tamaño, como Scolopendra gigantea, pueden cazar ranas, lagartijas, pequeños roedores e incluso algunas aves. Utilizan su velocidad y veneno para paralizar o matar a sus presas. Una vez que la escolopendra atrapa a su víctima, no la suelta; la sujeta con las forcípulas hasta que el veneno hace efecto por completo y luego la devora. Las escolopendras también son conocidas por practicar canibalismo, lo que significa que pueden alimentarse de otros individuos de su misma especie, especialmente durante épocas de escasez.
Reproducción
Las escolopendras tienen una reproducción sexual y son ovíparas. El ciclo reproductivo comienza cuando el macho deposita un espermatóforo en hilos de seda similares a los que tejen algunos arácnidos. La hembra recoge este paquete de esperma e inicia el proceso de fecundación. Una característica interesante es que las crías pasan por un desarrollo directo. Eso significa que salen del huevo como réplicas jóvenes de los adultos, aunque inmaduras sexualmente.
La hembra deposita entre 15 y 60 huevos, normalmente en cavidades subterráneas o en lugares protegidos, y protege los huevos envolviéndose alrededor de ellos para evitar infecciones o depredadores. En algunas especies, el comportamiento parental es muy común, lo que significa que las hembras cuidan de las crías hasta que son autosuficientes. Sin embargo, si las condiciones no son adecuadas, las hembras llegan incluso a devorar sus propios huevos para preservar su energía. Espero que con esta información puedas conocer más sobre la fascinante escolopendra, un depredador eficiente que juega un rol clave en el equilibrio de los ecosistemas donde habita.
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