El autoconsumo está reconocido por la Unión Europea como uno de los elementos más importantes, junto con el almacenamiento de energía, para una transición hacia energías más limpias. Permite a los ciudadanos generar su propia energía, reducir el impacto ambiental y disminuir su dependencia de fuentes fósiles.
La propia UE reconoce el autoconsumo y la autogeneración como un derecho de todos los ciudadanos. La pregunta es: ¿Cómo están gestionando su desarrollo los países miembros? Cada país tiene diferentes enfoques y regulaciones sobre el autoconsumo, lo que genera notables diferencias entre los países europeos. En la jornada de la Fundación Alternativas “El papel del autoconsumo en la transición energética en España y lecciones aprendidas de otros países” se destacó cómo países como Portugal, Francia y Alemania han manejado esta transición.
El avance del autoconsumo es dispar entre países. Cada país ha adaptado su legislación de manera diferente, lo que determina en gran medida el crecimiento del autoconsumo. Según expertos de Fronius España, señalan que aunque el mercado eléctrico de Portugal y España comparte muchas similitudes, la regulación de autoconsumo en Portugal es mucho más flexible y promueve de forma directa el crecimiento del sector.
Autoconsumo en Europa: Diferencias legislativas
Portugal
Portugal ha sido uno de los países pioneros en facilitar el autoconsumo. En 2015, aprobó una ley que regula las instalaciones de autoconsumo, permitiendo realizar trámites en línea para instalaciones de hasta 200 kW. Solo se necesita obtener una licencia si la instalación supera 1 MW. Además, Portugal incentiva el uso de balance neto, permitiendo a los propietarios de los sistemas fotovoltaicos vender excedentes a la red eléctrica. Esta venta se retribuye a un 90% del precio de mercado, y no hay tope en la cantidad de energía que un individuo puede autoconsumir.
A pesar de su tamaño, Portugal ha impulsado enormemente este sector, con más de 1.000 pymes dedicadas actualmente a la instalación de placas solares. No hay tasa de respaldo hasta que el autoconsumo represente el 1% de la capacidad instalada.
Francia
Francia, por otro lado, ha tardado en implementar de forma efectiva el autoconsumo. Aunque en 2015 se aprobó la Ley para la Transición Energética, la regulación concreta del autoconsumo no llegó hasta 2017. A día de hoy, más de 15,000 familias en Francia generan su propia electricidad. La ley establece un sistema de contratos de compra de excedentes a 20 años para instalaciones de hasta 100 kW, lo que brinda estabilidad y previsibilidad a los inversores.
Alemania
Alemania ha sido una de las grandes referencias en cuanto a autoconsumo en Europa. Desde los años 90, ha favorecido enormemente el desarrollo de las energías renovables, con una apuesta clara por la descentralización y la autogestión por parte de municipios y particulares. No solo no existen límites para el tamaño de las instalaciones de autoconsumo, sino que ya hay más de 700 municipios que se autogestionan sin depender de grandes operadores eléctricos.
En 2023, Alemania revisó su legislación sobre autoconsumo, eliminando impuestos para instalaciones menores a 10 kW y simplificando enormemente los trámites. Los sistemas de autoconsumo conectados a redes públicas son prioridad, y el operador de la red no puede imponer cargos adicionales a los autoconsumidores. Esto ha permitido que las energías renovables desplacen a las fuentes fósiles de electricidad, ahorrando a los consumidores miles de millones de euros en el proceso.
Autoconsumo en España
En España, el autoconsumo ha experimentado un crecimiento exponencial desde la eliminación del «impuesto al sol» en 2019 mediante el Real Decreto 244/2019 que introdujo el sistema de compensación de excedentes. Este cambio permitió a comunidades de vecinos y pequeñas empresas empezar a compartir la producción de energía solar, impulsando su adopción.
Además, existen subvenciones que cubren hasta el 40% del coste de las instalaciones, lo que ha motivado a muchas familias y pymes a dar el salto al autoconsumo. Sin embargo, uno de los retos que sigue enfrentando España es la burocracia asociada a los procesos de instalación que puede llevar meses. A pesar de estos retos, España sigue siendo uno de los líderes en el crecimiento de energías fotovoltaicas en Europa.
Perspectivas del autoconsumo en Europa
La Unión Europea ha establecido ambiciosos objetivos para potenciar el autoconsumo en los próximos años. La creación del plan REPowerEU busca instalar 400 GW de energía solar para el 2030, aprovechando el enorme potencial de los tejados solares. Este paquete incluye políticas de simplificación administrativa para reducir los tiempos de espera a menos de un mes para instalaciones pequeñas y establece la obligatoriedad de instalar sistemas solares en todos los edificios nuevos de más de 500 m2 a partir de 2027.
El mercado residencial ha mostrado un crecimiento espectacular, y con incentivos como el autoconsumo compartido y una mayor accesibilidad a sistemas de almacenamiento, el autoconsumo seguirá aumentando en toda Europa.
El autoconsumo no solo permite a las familias y empresas reducir su factura eléctrica, sino que también juega un papel crucial en la reducción de emisiones de CO2 y en la transición hacia un futuro más limpio y sostenible.