Revisión de rentabilidad de energías renovables: Normativa en España hasta 2020

  • El bono soberano español y su impacto en la rentabilidad de las plantas renovables.
  • La incertidumbre de los inversores sobre el recorte regulatorio en 2020.
  • La dependencia de las plantas más antiguas respecto a la normativa actual.

El sector de las energías renovables en España se encuentra en un proceso de constante evolución, impulsado no solo por la necesidad de hacer frente al cambio climático, sino también por presiones regulatorias y económicas. En los últimos años, las normativas y políticas han jugado un papel esencial para definir los márgenes de rentabilidad de las plantas de energías renovables. Estas políticas, si bien han fomentado en gran medida la inversión, también han generado incertidumbre en algunos momentos, especialmente de cara a la revisión de la rentabilidad de las energías renovables para 2020.

Renovables

Introducción a las normativas de rentabilidad de las energías renovables

Desde la implementación de la reforma eléctrica por parte del ex-ministro José Manuel Soria durante el periodo regulatorio 2014-2019, el gobierno ha sido firme en su decisión de ajustar la denominada ‘rentabilidad razonable’ de las plantas de energías renovables. Con la llegada de 2020, una revisión de los parámetros fijados durante este periodo se tornó inevitable, llevando consigo diversas especulaciones y preocupaciones por parte de las asociaciones y empresas del sector.  Los aspectos más críticos de este marco normativo son los que vinculan la rentabilidad al bono soberano a 10 años más 300 puntos básicos, lo que originalmente resultaba en un 7,38% de rentabilidad en 2014.

En este sentido, al término de 2019, el nudo de la retribución de las plantas renovables giró en torno a la revisión del valor del bono soberano durante los 24 meses anteriores a mayo de 2019. Sin embargo, el gobierno ya había dejado claro que no tenía intención de modificar los tres puntos básicos adicionales que se habían tomado como base para asegurar esa rentabilidad, lo que abrió a una previsible reducción de la misma. Esta decisión pone en una situación comprometida a un sector que ya había sufrido recortes significativos en años anteriores, lo que había generado gran incertidumbre entre los inversores.

Evolución de la normativa regulatoria

La normativa, desde 2013, relacionó directamente la retribución de las plantas de energías renovables con el bono soberano español más 300 puntos básicos. Este modelo estuvo diseñado para ofrecer una estabilidad relativa en la rentabilidad a largo plazo, pero la notable bajada del interés del bono español a partir de 2014 (que pasó del 2% en 2014 a un 1,3% en años recientes) ha desmoronado las esperanzas de muchos inversores que, a día de hoy, se encuentran ante la expectativa de un futuro con rentabilidades más bajas.

A pesar de la oposición de diversos actores del sector, todo indicaba que el Ejecutivo haría esta revisión. Con un bono soberano por debajo del 2%, la rentabilidad de las renovables podría caer más de dos puntos porcentuales respecto a la que se concedió en 2014, colocando en una delicada situación a las empresas e inversores que habían basado su planificación financiera en parámetros más favorables.

A pesar de las peticiones de las patronales para modificar este contexto regulatorio, el ministerio de energía se ha mantenido firme en su postura, lo que vaticina una nueva reducción que inevitablemente reducirá los márgenes de rentabilidad de las plantas renovables a partir de 2020.

eólica aerogenerador

Impacto en el sector: escasez de rentabilidad y sus consecuencias financieras

Uno de los grandes problemas que enfrentan las empresas de energías renovables en España es la dependencia de los recortes regulatorios que, al no estar acompañados de una estrategia de transición clara, afectan de manera desigual a los inversores. Para numerosas empresas, la expectativa de rentabilidad razonable se ha convertido en una posibilidad inalcanzable, lo que podría generar graves problemas financieros. Según estimaciones de expertos financieros, si se confirma la reducción de la rentabilidad del bono soberano, el sector fotovoltaico, eólico y termosolar, entre otros, podría enfrentarse a una espiral de incertidumbre financiera, arriesgando la financiación de proyectos a largo plazo.

Esta situación se ve agravada por el hecho de que muchas de las plantas que fueron construidas antes de 2010 dependen, casi exclusivamente, de esta rentabilidad vinculada a los bonos soberanos. En consecuencia, si no hay un ajuste en la normativa, estas plantas podrían ver seriamente comprometida su viabilidad. Las asociaciones de renovables destacan que, si la rentabilidad cae por debajo de ciertos umbrales, algunas de estas instalaciones no podrían continuar operando sin incurrir en pérdidas económicas considerables.

Rentabilidad de las renovables: pasado, presente y futuro

Hasta ahora, la rentabilidad de las renovables en España ha sido variable, sobre todo dependiente de las políticas y decisiones gubernamentales. En 2013, el gobierno español definió un modelo específico de rentabilidad que, según algunos análisis, podría no haber sido del todo acorde a las expectativas. A medida que los años avanzan y las condiciones del mercado cambian, las empresas de energía renovable en España han tenido que lidiar con numerosos desafíos, adaptándose de manera continua a las políticas del gobierno y a las fluctuaciones del mercado.

California

Entre 2014 y 2019, el interés del bono soberano español sufrió una disminución considerable debido, en gran medida, a las políticas económicas de estímulo y compra de deuda por parte del BCE. Como resultado de estas políticas, la tasa de interés se desplomó desde un 4% a niveles cercanos a 1,3%, afectando directamente la rentabilidad futura de las plantas de energía renovable que se financian a través de este tipo de incentivos.

Además, la reforma implementada por Soria ha sido otro factor clave en la transformación del sector energético de España. Aunque el objetivo de esta política era eliminar las primas a los proyectos renovables y atraer nuevas inversiones a través de otros mecanismos, el resultado ha sido muy desigual, especialmente para las plantas más antiguas, que no cuentan con los medios necesarios para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.

El futuro de la rentabilidad en España tras la reforma regulatoria

A partir de 2020, se espera que el recorte en la rentabilidad de las energías renovables tenga un impacto sustancial en el sector, afectando alrededor de 20.000 megavatios de capacidad instalada. Además, la falta de modificaciones en las normativas hace que inversiones previas, como las realizadas antes de 2010, pierdan su viabilidad económica si continúan estando vinculadas a las condiciones del bono soberano anterior a 2020. En consecuencia, es posible prever una oleada de juicios y denuncias por parte de inversores internacionales que verán sus intereses comprometidos por estos recortes.

Además, sectores como el fotovoltaico o la energía eólica podrían no ser capaces de soportar un recorte tan drástico en su retribución sin que se resientan sus modelos de negocio. Algunas plantas, según cálculos bancarios, podrían terminar en “situación de quiebra”, ya que se estima que hay más de 40.000 millones de euros comprometidos en este tipo de inversiones. Los expertos del sector subrayan que la incertidumbre creada por estos recortes puede llevar a problemas financieros importantes que afecten directamente a los inversores y a los planes de crecimiento del sector renovable en España.

¿Qué significa realmente la lluvia de demandas contra el gobierno español?

Este nuevo escenario plantea no solo desafíos económicos, sino también de naturaleza política. Ya en los últimos años diversas asociaciones, inversores y corporaciones internacionales han denunciado al gobierno español por el recorte de las primas vinculadas a la energía verde. El más reciente de estos casos fue el litigio del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Disputas Relativas a Inversiones), que condenó a España por estos continuos y reiterados recortes. Esta situación deja al país en una posición delicada, ya que los inversores podrían volver a acudir a los tribunales si no se ajustan las expectativas en cuanto a la rentabilidad futura de las renovables.

Ante esta situación, algunos abogados del Estado han recomendado no imponer más recortes en la rentabilidad, mientras que otros sectores del gobierno, especialmente el ministerio de energía, defienden esta medida como esencial para mantener el presupuesto anual. Sin embargo, si el gobierno decide proseguir con esta política, se prevé una nueva ola de litigios por parte de las empresas afectadas, lo que podría comprometer aún más la estabilidad del sector.

En definitiva, el recorte de rentabilidad para el 2020 pone de relieve las dificultades existentes en la implementación de políticas energéticas sostenibles y financieramente viables. Mientras que en otras regiones del mundo los avances en energías limpias y su retribución han logrado despegar, en España persisten los obstáculos regulatorios. Si no se encuentra un equilibrio adecuado entre sostenibilidad financiera y desarrollo energético, podríamos estar ante un escenario de repetición de los problemas de 2013 en el sector renovable.

Con la vista puesta en los próximos años, la búsqueda de soluciones a los problemas de rentabilidad en energías renovables será crucial para garantizar la sostenibilidad del desarrollo de fuentes limpias de energía en España.


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