Es posible observar el comportamiento del aire y del agua a diferentes escalas: desde la manifestación más pequeña, como un copo de nieve, a un enorme ciclón. Entre los dos extremos, existe el fenómeno de la presión atmosférica, las nubes, la lluvia, las mareas y las olas.
Un simple paseo o las noticias pueden plantear muchas preguntas. ¿Por qué es el cielo azul? ¿Por qué hay sal en el mar? ¿Qué mecanismo puede provocar una tormenta, tornado o un tsunami devastador? El próximo verano será abrasador o, por el contrario, muy suave?
Así, los fenómenos observables en el aire y en el agua pueden, en algunos casos, asombrarnos o aterrorizarnos, como el tifón de las Filipinas, que provocó más de 5.000 muertos el otoño del año pasado. Sin embargo, estos fenómenos también pueden ayudarnos a comprenderlos mejor.
Una fuente de contaminación marina es la del aire, que se deposita en la superficie del mar. Este es uno de los muchos aspectos de los intercambios océano-atmósfera. La naturaleza físico química de la contaminación marina es en parte idéntica a la de los contaminantes del aire. Su larga lista incluye todas las sustancias liberadas desde el suelo o en los océanos y, a menudo vinculadas a las actividades humanas.
Los ríos añaden más contaminación, a través de las aguas de los cultivos que contienen fertilizantes y pesticidas, y las aguas residuales de zonas urbanas, agrícolas o industriales. Además, los vehículos de motor que transitan por los mares contribuyen en una parte significativa a la contaminación del aire del mar.
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me sirvio demaciado con mi tarea