Hoy, 19 de abril, es el Día Internacional de la Bicicleta (Bicycle Day). Aunque esta no es una fecha oficial fijada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es mundialmente importante para defender los derechos de los ciclistas y promover un transporte sostenible. Según www.ciudadesporlabicicleta.org, la jornada se utiliza para instar a las instituciones a ofrecer alternativas ecoamigables frente a la red de transporte basada en combustibles no renovables.
La campaña Muévete #PorElClima, apoyada estratégicamente por BH, Ziklo Team y Transport&Environment, persigue el mismo objetivo: promocionar este medio de transporte ecológico, económico y saludable. La iniciativa permite acceder a una compra colectiva de bicicletas eléctricas y convencionales con un descuento significativo, todo ello a través de la web www.porelclima.es/muevete-en-bici, manteniéndose activa durante unos meses.
La bicicleta y la movilidad sostenible
El impacto ambiental del transporte es evidente en cualquier ciudad del mundo. Un desplazamiento de 5 km en bicicleta, comparado con el mismo recorrido en coche, puede evitar la emisión de hasta 38 kilogramos de CO2 mensuales. Este simple acto de cambiar el coche por la bicicleta no solo reduce la huella de carbono y mejora la calidad del aire, sino que también disminuye la congestión vehicular y el ruido ambiental. Esto es especialmente crucial en ciudades contaminadas, como es el caso de Barcelona, una de las más afectadas por las emisiones diarias de dióxido de carbono.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la bicicleta tiene una enorme importancia no solo en términos medioambientales, sino también para la salud. Montar en bicicleta regularmente contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. Además, el ciclismo mejora la salud mental al reducir el estrés y la ansiedad, factores que repercuten directamente en la calidad de vida de las personas.
Iniciativas urbanas para promover el uso de la bicicleta
Una de las ciudades pioneras en España que se ha adaptado para el uso de bicicletas es Sevilla, que cuenta con más de 180 kilómetros de carril bici. Durante la presentación de la campaña Muévete #PorElClima, Juan Espadas, alcalde de Sevilla y Presidente de la Red Española de Ciudades Por el Clima, destacó el papel crucial que juega la bicicleta en la reducción de emisiones y en la mejora de la movilidad urbana sostenible. Espadas también se comprometió a difundir iniciativas similares entre más de 300 municipios de la red.
Otra ciudad destacada es Copenhague, conocida mundialmente por su infraestructura ciclista. Con más del 60% de la población usando la bicicleta como medio de transporte diario, ha conseguido reducir drásticamente tanto la congestión como las emisiones contaminantes. Este éxito se debe principalmente a la inversión en carriles exclusivos para ciclistas y estacionamientos seguros. Iniciativas como la ‘Ciclovía’ de Bogotá, en la que se cierran calles al tráfico automotriz para fomentar el uso de las bicicletas cada semana, están inspiradas en casos como el de Copenhague.
Bicicleta y desarrollo sostenible
El uso de la bicicleta está directamente relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente aquellos vinculados a la mejora de la salud, la reducción de desigualdades y la lucha contra el cambio climático. Adoptada en algunas zonas rurales como único medio de transporte accesible y económico, la bicicleta permite a las personas llegar a su lugar de trabajo o estudio de forma rápida, fiable y sin contaminación.
Ante la crisis climática global, la Asamblea General de la ONU adoptó en 2022 una resolución que promueve el uso generalizado de la bicicleta en los sistemas de transporte público. Este tipo de políticas, al integrar la bicicleta como un instrumento para el desarrollo sostenible, no solo afectan positivamente al medio ambiente, sino que también refuerzan el crecimiento económico y la inclusión social.
Fomentar el ciclismo en las empresas
Además de las iniciativas gubernamentales, el sector privado también está contribuyendo al fomento del ciclismo. Empresas como Ingeteam, BH y Liberty Seguros han creado programas para fomentar el uso de la bicicleta entre sus empleados. Ingeteam, por ejemplo, se convirtió en la primera empresa española en incentivar económicamente a sus trabajadores que se desplazan en bicicleta. En su sede central en Albacete, los empleados reciben un euro diario por acudir en bici. A lo largo de 2016, los trabajadores de Ingeteam lograron evitar la emisión de más de 11.500 kg de CO2 a la atmósfera, recorriendo más de 70.000 km en bicicleta.
Por otro lado, Liberty Seguros ofrece préstamos de bicicletas, cursos de formación y rutas seguras para sus empleados, incentivando el uso de este medio de transporte como una forma de mejorar la salud física y mental de su personal.
El movimiento Stop de Kindermoord: origen de la revolución ciclista urbana
El movimiento ciclista también tiene su historia. En la década de 1970, el movimiento Stop de Kindermoord en los Países Bajos logró cambiar la infraestructura vial para dar mayor prioridad a las bicicletas, en respuesta al número creciente de niños víctimas de accidentes de tráfico. Este movimiento fue crucial para que ciudades como Ámsterdam y Rotterdam se convirtieran en referentes mundiales de movilidad sostenible. Este enfoque en la seguridad ciclista ha inspirado a otros países y ciudades, como Bogotá, que hoy en día cuenta con 630 kilómetros de carriles destinados exclusivamente a bicicletas, lo que facilita una movilidad más segura y ecológica.
La bicicleta como símbolo de transporte responsable
El Día Internacional de la Bicicleta nos recuerda que la sostenibilidad no es únicamente una cuestión de grandes decisiones gubernamentales. Cada pequeño gesto cuenta, y el uso de la bicicleta en nuestras actividades diarias puede tener un impacto significativo. Ya sea para evitar la congestión en las ciudades o para reducir las emisiones individuales de CO2, la bicicleta simboliza un transporte limpio, económico y saludable. Más personas usando bicicletas se traduce en menos coches, menos contaminación y una mayor consciencia sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta.
En este contexto, la educación vial y la seguridad son esenciales para garantizar que más personas se sientan cómodas y seguras usando la bicicleta. Programas de educación vial, como los implementados en varias ciudades europeas, y la construcción de infraestructuras seguras son imprescindibles para lograr un futuro donde la bicicleta sea una opción viable para todos.
El Día Internacional de la Bicicleta no solo es una fecha para celebrar este medio de transporte, sino también una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos contribuir con pequeñas acciones a un futuro más sostenible. Al adoptar la bicicleta en nuestra vida diaria, estamos tomando un paso firme hacia la mejora de nuestro bienestar personal y global.