Las grandes ciudades más desarrolladas poseen una calidad del aire mucho más perjudicial para la salud debido a las altas concentraciones de gases en la atmósfera urbana. La quema de combustibles fósiles por las industrias energéticas, el tránsito de vehículos desacerbado por el gran número de personas que utilizan el coche, hace de la ciudad un auténtico submarino contaminante.
En la Conferencia Hábitat III de Quito, Representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Coalición por el Clima, han pedido que se desarrolle el concepto de “ciudad verde con aire limpio” debido al mal estado de muchas ciudades en cuanto a la calidad del aire que respiran sus ciudadanos.
Se ha realizado un estudio por los investigadores de ambas organizaciones que prioriza la salud como un “pulso de la Nueva Agenda Urbana”. Esto es, se deben de desarrollar políticas y técnicas para tener un aire más limpio para aumentar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos. El informe redactado por los expertos basa el éxito de estas políticas si son dirigidas a la buena salud de los ciudadanos y sobre todo a una visión de las ciudades como fuentes de salud, más seguras, más verdes y equitativas. Todas estas pautas a seguir tienen una idea encaminada hacia un desarrollo sostenible en el futuro.
La iniciativa nombrada tiene el nombre de “Respira Vida” y se trata de una campaña de concienciación y comunicación global promovida por la OMS y la Coalición del Clima. Ambas organizaciones planean poder transmitir a la gente la importancia de tener una buena calidad del aire en las ciudades ya que la alta contaminación tiene efectos nocivos sobre la salud de las personas y son las causantes de muchas de las enfermedades cardio-respiratorias.
El director ejecutivo de la ONU Ambiente, Erik Solheim, también forma parte de la Coalición, y ha afirmado que es necesario comenzar a tomar las decisiones que hagan falta para mitigar los efectos de la contaminación del aire en las ciudades.
Como ejemplos de ciudades limpias se puso a Noruega. En Noruega existen compromisos político y una participación social que ayuda a enfrentar el problema de la contaminación y ha conseguido mejorar la calidad del aire, hasta tal punto, que se considera todo un modelo a seguir. Solheim ha indicado que las políticas públicas deben de centrarse en incentivar a la población a reducir el consumo de energía en los hogares, a usar más el transporte público, etc. Estas pautas pueden contribuir a la reducción de la contaminación del aire que respiran.
En todo el mundo, la nueva y revolucionaria idea encaminada a un desarrollo sostenible, es la de “ciudades verdes con aire limpio”. Tone Skogen, secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, ha expresado preocupación debido a que más de seis millones de personas en todo el mundo mueren cada año por causas de contaminación del aire. También destacó los esfuerzos que se han realizado en Noruega para poder tener unos estándares de calidad ambiental más saludable, sobre todo el de contribuir a la transición energética, olvidando las fuentes de energías contaminantes y dando paso a las energías renovables.
Marcelo Mena, subsecretario de Medio Ambiente de Chile y copresidente de la Coalición del Clima, ha indicado que una de las claves para poder solucionar los problemas de la contaminación del aire es poder realizar mediciones de los factores que la generan. Mientras más mediciones e información se tengan de las fuentes que provocan la contaminación antes se podrán tomar medidas y crear políticas públicas para frenar la polución.
Por último, Mena destacó que en Chile se aplicaron estrategias para contrarrestar la contaminación. Entre las aplicadas se encontraba la prohibición del uso de leña y de diésel en la calefacción de las viviendas. Asimismo, dijo que las iniciativas por un aire limpio deben tener una estrecha relación con las estrategias para encarar el cambio climático. Para Mena, el objetivo es tener “un aire limpio y un clima seguro”.