China es uno de los países con las mayores tasas de contaminación del mundo, pero en los últimos años ha avanzado a pasos agigantados en el desarrollo de energías renovables. En 2016, las energías renovables experimentaron un crecimiento del 50%, situando al país como líder en esta área.
La mayor parte de este crecimiento ha sido impulsado por la energía solar fotovoltaica, que ha mostrado una evolución superior incluso a la del carbón, que históricamente ha sido el combustible más usado. En este contexto, surge la pregunta: ¿Continuará China expandiendo su uso de energías renovables?
Expansión mundial de las renovables
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), las energías renovables representaron casi dos tercios de la nueva capacidad energética instalada a nivel mundial en los últimos años. En 2016, esta cifra equivalió a 165 gigavatios (GW) de nueva capacidad energética.
El auge de las energías limpias continúa, y se proyecta que para 2022, la capacidad eléctrica renovable global se incrementará en un notable 43%, lo que equivale a añadir unos 1.000 GW a la red. Esta cantidad representa aproximadamente la mitad del potencial energético del carbón, que tardó ocho décadas en desarrollarse.
China juega un papel central en esta expansión, pero no está sola. Otros países emergentes como la India también están apostando fuertemente por las renovables, lo que está generando una transición energética global a un ritmo sin precedentes.
China y la India como líderes
El crecimiento de las energías renovables en China ha sido excepcional. En 2017, el país alcanzó una capacidad renovable que superaba los 360 GW, consolidando su posición como líder global en energías limpias. Este avance no ha pasado desapercibido y se espera que continúe con cifras impresionantes año tras año.
En términos comparativos, la capacidad de energías renovables de China es superior a la de cualquier otro país del mundo. La India, por su parte, ha duplicado su capacidad renovable en los últimos años, superando a la Unión Europea en términos de crecimiento. Juntos, China y la India, junto con Estados Unidos, representan más de dos tercios de la expansión mundial de las energías renovables hasta 2022.
Un punto crucial en esta expansión es el papel de la energía solar fotovoltaica y la eólica, que representan el 90% del crecimiento de las renovables. Esto significa que tanto la energía solar como la eólica están en el centro de la transición energética de estos dos gigantes asiáticos.
Subsidios y políticas de apoyo
El impresionante crecimiento de las energías limpias en China no podría entenderse sin su fuerte apoyo gubernamental. Desde las “feed-in tariffs”, que proporcionaban tarifas preferenciales a los proyectos renovables, hasta los subsidios directos, el gobierno chino ha incentivado a las empresas durante más de una década.
En 2022, China retiró las tarifas preferenciales de alimentación a medida que los costes de producción e instalación de energías renovables descendían significativamente. Sin embargo, el país compensó esta retirada con enormes inversiones en infraestructura, particularmente en redes de transmisión de larga distancia que han desbloqueado más de 100 GW de capacidad renovable en el interior del país.
Estas acciones fueron acompañadas de inversiones en almacenamiento de energía, un aspecto crucial para manejar la intermitencia de las fuentes renovables. Entre 2020 y 2023, China duplicó su capacidad de almacenamiento hasta los 67 GW, y tiene planes de aumentar esta cifra hasta alcanzar los 300 GW en 2030.
Impacto global y exportaciones
China no solo está apostando por las energías renovables a nivel nacional, sino que se ha convertido en el principal exportador de tecnología solar y eólica en el mundo. A través de iniciativas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative), China está impulsando proyectos de infraestructura en decenas de países en desarrollo, proporcionando acceso a tecnología asequible y competitiva de energías renovables.
Además, la fuerte competencia en el mercado solar ha permitido que los costos de la energía fotovoltaica hayan disminuido en más del 80% desde 2010, haciendo que esta tecnología esté al alcance de muchos países. Empresas chinas como JinkoSolar y Trina Solar son actualmente los mayores productores mundiales de paneles solares, lo que refuerza el papel de China como el líder indiscutible en este sector.
Este liderazgo también se extiende al ámbito de la innovación tecnológica, con empresas chinas desarrollando nuevos tipos de paneles solares, como los paneles bifaciales, que captan luz por ambos lados, lo que mejora sustancialmente la eficiencia.
Desafíos energéticos y dependencia del carbón
A pesar del impresionante avance en energías renovables, China sigue siendo el país que más carbón consume en el mundo. Actualmente, alrededor del 55% de su electricidad sigue dependiendo del carbón, y aunque se espera que esta cifra disminuya paulatinamente, la transición hacia una matriz completamente renovable presenta grandes desafíos.
Uno de los mayores problemas es la integración de las nuevas energías en una red eléctrica que no está adaptada para manejar grandes cantidades de energía solar y eólica de manera estable. Las fluctuaciones en la producción de estas energías intermitentes, así como las dificultades para almacenar grandes cantidades de electricidad, son retos que el gobierno está intentando resolver.
No obstante, el gobierno chino ha tomado medidas para reducir esta dependencia del carbón. Para 2025, se prevé que el consumo de carbón comience a disminuir y que las energías renovables asuman una mayor proporción del mix energético del país.
Con iniciativas como la modernización de la red eléctrica y el almacenamiento de energía en expansión, China está estableciendo las bases para una transición más rápida y eficiente.
China ha demostrado su capacidad para liderar la producción y expansión de energías renovables y, aunque persisten desafíos relacionados con su dependencia del carbón, las inversiones estratégicas en tecnologías limpias y en infraestructura sostendrán su camino hacia la neutralidad de carbono antes de 2060.