La eficiencia del sector eléctrico es uno de los mayores campos de batalla para empresas, instituciones públicas y ciudadanos. Aunque podríamos pensar que parte de la solución pasa por incrementar los recursos, lo cierto es que lo que más se necesita es gestionar de manera más eficiente los recursos ya existentes. Esta gestión eficiente responde a dos grandes motivos: el primero, de carácter económico, se basa en la necesidad de que el desarrollo energético no genere sobrecostes que terminen impactando en los consumidores. El segundo es el medioambiental, con el fin de minimizar el impacto de las actividades humanas sobre nuestro entorno. Sin embargo, aunque ambos objetivos son claramente prioritarios, su consecución no siempre resulta sencilla.
Canarias es un ejemplo claro de una región que históricamente ha tenido problemas para alcanzar un modelo energético eficiente. El archipiélago, debido a su alejamiento y aislamiento geográfico, dependía en exceso del resto de España y de un modelo altamente dependiente del petróleo. Sin embargo, para hacer frente a los desafíos del futuro, se ha propuesto un ambicioso plan para transformar su modelo energético. El objetivo es que Canarias se convierta en un ejemplo de sostenibilidad, autonomía financiera y eficiencia energética.
Los tres problemas del modelo energético de Canarias (y sus soluciones)
En su lucha por mejorar la eficiencia y sostenibilidad de su red energética, Canarias se enfrenta a tres grandes problemas:
- Su aislamiento geográfico, que impide la interconexión con el resto del sistema eléctrico nacional y genera sobrecostes.
- La dependencia del petróleo, ya que gran parte de la generación eléctrica se basa en combustibles fósiles.
- Los sobrecostes financieros derivados de mantener seis subsistemas eléctricos aislados, uno por cada isla.
1) Del aislamiento geográfico… a la interconexión
El principal desafío de Canarias es el aislamiento geográfico. Esta situación ha obligado a las islas a desarrollar seis subsistemas eléctricos aislados entre sí, lo que hace que cada isla deba contar con su propia infraestructura y producción energética. Los sobrecostes asociados a esta estrategia resultan sumamente perjudiciales.
A pesar de este desafío, se han comenzado a desarrollar soluciones. Desde 2011, con el proyecto MAR, Red Eléctrica de España ha avanzado en tareas de mejora y mallado de la red eléctrica para garantizar la seguridad del suministro. También se ha comenzado a trabajar en el desarrollo de conexiones entre las islas para aumentar la competencia y la integración de fuentes renovables en estas redes.
Entre 2015 y 2020, Red Eléctrica ha invertido casi 1.000 millones de euros para modernizar el transporte de electricidad en Canarias y mejorar la conexión entre islas. Esto, no solo permitirá aumentar la eficiencia del sistema, sino también su competitividad.
2) Del petróleo… a las energías renovables
Uno de los mayores retos de Canarias es reducir su dependencia del petróleo. Actualmente, gran parte de la energía generada en el archipiélago proviene de combustibles fósiles. Según Red Eléctrica, un asombroso 92% de la energía en las islas proviene del petróleo.
La transición hacia un modelo menos dependiente del petróleo es clave para la sostenibilidad. Proyectos como los de la central hidráulica reversible de Soria-Chira en Gran Canaria y la integración de tecnologías como el volante de inercia para estabilizar la frecuencia y fomentar la penetración de renovables, son parte de esta transición.
La meta más ambiciosa es convertir a Canarias en un territorio cuya energía provenga mayoritariamente de fuentes renovables. La central hidráulica reversible de Soria-Chira, con una inversión de 320 millones, es un paso en esa dirección.