La biomasa es una de las fuentes de energía renovables con mayor proyección en España, dado que contamos con abundantes recursos agrícolas y forestales para su generación. No obstante, a pesar de su potencial, aún estamos lejos de aprovechar esta fuente de energía de manera óptima. Esto se debe, en parte, a una falta de infraestructuras y una mayor concienciación, aunque la tendencia está mejorando año tras año.
España posee un recurso notable en biomasa, y su evolución ha sido notable desde hace dos décadas. Por suerte, la biomasa está cada vez más integrada en nuestras fuentes de energía y tiene un futuro muy prometedor. De hecho, estudios como los llevados a cabo por el Observatorio Biomasa de AVEBIOM recalcan esta tendencia al alza. A continuación, analizaremos la situación actual y la evolución de este sector.
¿Qué es la biomasa y cómo se utiliza?
La biomasa es la materia orgánica que se utiliza para generar energía renovable a partir de la combustión. Es un método sostenible, ya que se basa en restos de seres vivos o residuos industriales, como hojas, madera o desechos. Estos pueden ser aprovechados para producir electricidad o calor tanto a nivel doméstico como industrial.
Los productos derivados de la biomasa, conocidos como biocombustibles, pueden ser:
- Sólidos: Utilizados en procesos térmicos y eléctricos, como los pellets de madera.
- Líquidos: Biocombustibles usados en el transporte, como el biodiésel.
Gracias a estos, podemos generar electricidad en plantas de generación de calor o utilizar la biomasa como combustible en vehículos. Además, puede ser utilizada en aplicaciones industriales, mejorando la eficiencia energética y reduciendo la huella de carbono.
Evolución de la biomasa en España
Durante los últimos 20 años, la biomasa ha incrementado su presencia en la red energética de España. Según los datos de AVEBIOM, el aumento de instalaciones, potencia y energía generada ha sido considerable. Parte de esta expansión se debe a programas de incentivos para energías renovables y el esfuerzo del sector industrial por adaptarse a fuentes limpias de energía. A continuación, analizamos la evolución de los tres factores clave del sector.
Evolución del número de instalaciones
Desde 2008, el número de instalaciones de biomasa ha crecido vertiginosamente, pasando de menos de 10,000 instalaciones a más de 160,000 en 2015. Este incremento del 25% anual, según el Observatorio Biomasa, refleja el interés por este tipo de tecnología renovable como una alternativa viable a los combustibles fósiles. En 2015, España contaba con 160,036 instalaciones de biomasa, lo que implica un crecimiento del 25% con respecto al año anterior. Esta tendencia positiva muestra cómo la biomasa se está posicionando como una opción sólida dentro del mix energético español.
Evolución de la potencia instalada (kW)
En 2015, la potencia total instalada de biomasa se situaba en 7,276,992 kW, lo que supuso un incremento del 21.7% respecto a 2014, que fue de aproximadamente 6 millones de kW. La biomasa ha demostrado ser una energía con gran potencial de crecimiento en términos de capacidad instalada. Desde 2008 hasta 2015, la potencia instalada creció en un impresionante 381%, lo que se traduce en un aumento exponencial de la capacidad de generación de energía a través de este medio.
Evolución de la energía generada (GWh)
En términos de energía generada, España alcanzó los 12,570 GWh en 2015, un 20.24% más que en 2014. Este aumento está directamente relacionado con el incremento en el número de instalaciones y la potencia instalada. De igual forma, representa un crecimiento del 318% en solo 8 años, lo que resalta la relevancia de la biomasa en la producción de energía en nuestro país. Estos avances permiten prever un futuro en el que la biomasa siga consolidándose como una fuente clave dentro del sistema energético nacional.
Calderas de biomasa
Las calderas de biomasa son uno de los dispositivos clave en este tipo de energía. Utilizan combustibles naturales como pellets de madera, huesos de aceituna, cáscaras de frutos secos, entre otros. Son especialmente útiles para la generación de calor en hogares y edificios y también pueden calentar agua. De acuerdo con expertos en energía, las calderas de biomasa están reemplazando paulatinamente sistemas tradicionales de calefacción que dependen de combustibles fósiles por ser una alternativa limpia y más económica a largo plazo.
Cada año, más personas y empresas se suman a este tipo de infraestructuras, renovando sus sistemas de calefacción y contribuyendo a la reducción de emisiones contaminantes.
El futuro de la energía en España, y en particular el de la biomasa, parece cada vez más favorable. Con la tendencia de las energías renovables en alza, la biomasa sigue ganando terreno y se prevé que su participación en el mix energético nacional continúe creciendo a un ritmo sostenido. Si se mantienen las políticas de incentivos y se refuerza la inversión en infraestructuras, España podría convertirse en uno de los referentes europeos en la producción de energía a partir de biomasa.