La purpurina ha sido durante mucho tiempo la favorita en proyectos de manualidades, cosmética y decoración. Sin embargo, este brillo tiene un lado oscuro: el impacto ambiental de la purpurina tradicional, que se convierte en microplásticos dañinos tanto para el medio ambiente como para la salud. Por ello, la Unión Europea ha decidido poner fin a su uso antes de 2030. Vamos a explorar este tema en profundidad y descubrir alternativas más ecológicas.
Impactos de la purpurina
Aunque la purpurina añade un toque especial a muchos proyectos, también presenta serios problemas ambientales. La mayoría de la purpurina está compuesta por microplásticos, partículas de plástico o aluminio cubiertas de tintes y productos químicos. Estos microplásticos son conocidos por no descomponerse fácilmente y representan un peligro significativo para el ecosistema marino. Una vez que las pequeñas partículas llegan a los océanos, los animales marinos pueden ingerirlas accidentalmente, lo que afecta directamente a la cadena alimentaria.
Además, la purpurina convencional no es biodegradable, lo que significa que las pequeñas partículas pueden persistir durante décadas en el medioambiente. Además del impacto ambiental, hay que tener en cuenta los riesgos para la salud humana. El uso de purpurina en cosméticos, especialmente alrededor de los ojos, puede ser peligroso ya que las partículas pequeñas pueden inhalarse o irritar la piel y los ojos, lo que podría conllevar riesgos a largo plazo, como problemas respiratorios o infecciones cutáneas.
La prohibición del uso de purpurina en diversas industrias
Varios países y regiones ya han tomado medidas para limitar el uso de microplásticos en muchas industrias, incluida la cosmética. A partir del 17 de octubre de 2023, la Unión Europea ha implementado una prohibición que cubre no solo la purpurina, sino también los productos que contengan microplásticos inferiores a cinco milímetros. Esta medida busca reducir la contaminación por microplásticos un 30 % para 2030 y forma parte del Plan de Acción «Contaminación Cero».
Esta nueva normativa también afecta a la industria de la belleza, donde la purpurina ha sido un ingrediente clave en productos como sombras de ojos, iluminadores y mascarillas. Aunque la ley entrará en vigor a finales de 2023, Bruselas ha establecido un período de adaptación para que las empresas busquen alternativas más respetuosas con el medio ambiente.
Alternativas de la purpurina más ecológicas
Ante la prohibición de la purpurina tradicional, la demanda de alternativas sostenibles ha crecido rápidamente. Afortunadamente, existen varias opciones biodegradables que no solo reducen el impacto ambiental, sino que también son seguras para la piel y la salud. Vamos a explorar las opciones principales:
- Purpurina biodegradable: Fabricada a partir de materiales naturales como almidón de maíz o celulosa de madera (generalmente de eucalipto). Estas partículas se descomponen de manera mucho más rápida en el medio ambiente y no liberan sustancias nocivas durante el proceso. Marcas como Hemway ya han lanzado productos basados en polvo de celulosa.
- Lentejuelas ecológicas: Estas lentejuelas biodegradables se están abriendo camino como una gran alternativa, aunque aún es difícil encontrarlas en el mercado. Están hechas de conchas marinas o madera, y su brillo es igual de atractivo sin el impacto dañino.
- Mica natural o polvo mineral: La mica es una opción excelente para aplicaciones cosméticas. Se trata de un mineral natural que ofrece un acabado brillante y es biodegradable. Se utiliza en iluminadores y otros productos de maquillaje. Es 100% seguro y suele obtenerse de fuentes responsables.
- Tizas y lápices metálicos: Si buscas una alternativa segura para niños, las tizas o lápices de colores brillantes pueden ser una opción muy económica y amigable con el medio ambiente. Son perfectas para proyectos de papelería sin causar la contaminación de los microplásticos.
Además de estas alternativas, algunas empresas han optado por reutilizar materiales que originalmente no tienen un propósito decorativo. Un ejemplo de ello es el uso de fragmentos de papel de regalo brillante o recortes de revistas para conseguir un efecto brillante similar al de la purpurina. Por otro lado, existe investigación en curso que busca desarrollar alternativas a partir de celulosa que no necesiten pigmentos adicionales para brillar, lo cual representa una innovación muy esperada en los próximos años.
Microplásticos y otras amenazas: Perspectiva futura
Los microplásticos, especialmente aquellos más pequeños que cinco milímetros, han sido identificados como una de las principales amenazas ambientales de los océanos. Un reciente estudio publicado por la ONU estimó que actualmente 51 millones de partículas microplásticas habitan en el mar. Estos microplásticos son ingeridos por la vida marina, lo cual afecta la biodiversidad y podría acabar afectando la cadena alimentaria humana.
El reglamento de la Unión Europea que se publicó en el Diario Oficial (DOUE) el 25 de septiembre prohíbe la venta y comercialización de polímeros sintéticos intencionalmente fabricados para ser microplásticos, abarcando no solo la purpurina, sino también productos como los exfoliantes con microperlas plásticas. Según las estimaciones de la UE, esta medida reducirá la liberación de 500 000 toneladas de microplásticos al entorno. La previsión es que, para el año 2030, se reduzca la cantidad de microplásticos en un 30% en comparación con los niveles actuales.
Los expertos sugieren que, además de las regulaciones, es clave fomentar la educación ambiental y la investigación para desarrollar alternativas sostenibles. La innovación no solo debe centrarse en la cosmética y las manualidades, sino también en industrias como la moda, donde los microplásticos se han utilizado ampliamente en lentejuelas y otras decoraciones.
Con iniciativas como estas, es posible que logremos manifestar nuestra creatividad sin poner en peligro el medio ambiente. El brillo no tiene por qué desaparecer, simplemente debe transformarse en algo sostenible y amigable con nuestro planeta.