A partir de 2018, Alemania no va a operar más ninguna mina de carbón antracita. Sin embargo, estas minas abandonadas recibirán una nueva vida para contribuir además al desarrollo de las energías renovables en el país. Así, una mina de carbón de 50 años situada las cuencas mineras de Renania del Norte se convertirá ahora en una central hidroeléctrica de bombeo de 200 MW que almacenará el exceso de energía de la solar y de la eólica, y generará electricidad cuando no haya ni viento ni sol.
La nueva central será capaz de producir 200MW de energía, capaces de sustentar hasta 400.000 hogares y lo hará gracias a la mezcla de diferentes tecnologías para asegurarse que no haya cortes en el suministro de luz. Para ello, se instalarán paneles solares y molinos de viento para aprovechar la fuerza del viento y del Sol aunque la planta tendrá un plan B para cuando fallen estas dos fuentes de energía: utilizar los pasadizos de la mina para lanzar agua, hacerla pasar por unas turbinas y generar electricidad. Además, la planta también almacenará el exceso de energía.
Cuando sea necesario, los operarios podrán lanzar agua desde una altura de 1.200 metros que pondrán en marcha las turbinas encargadas de tomar la alternativa si las otras fuentes de energía no están disponibles. El complejo minero tiene hasta 26 kilómetros de galerías.
Según Bloomberg, la medida permitirá revitalizar una región que ha vivido de los combustibles fósiles durante las últimas décadas y no se descarta que otras minas de la región corran la misma suerte ya que la zona necesita aumentar su cuota de energías renovables para que estas lleguen a suponer un 30% en 2025.
La región en la que se va a instalar esta central eléctrica genera un tercio de la demanda de todo el país y la gran mayoría proviene de centrales térmicas que utilizan carbón para producir energía. Por ello, y para continuar con su transición hacia un modelo energético sostenible y respetuoso con el medio ambiente, el país ha adoptado medidas como la de convertir una mina en una central renovable.
Difícilmente en Europa llegaremos a un modelo 100% renovable, pero hay algún país en el Mundo donde ya disfrutan de él.
Costa Rica produce casi el 100% de energía renovable que consume
Por segundo año seguido, el 98% de la energía que consumió Costa Rica provino de fuentes renovables. Según los datos del estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) indican que en el 2016 alcanzó el 98.2% de energía renovable, proveniente de cinco tipos de energías limpias: central hidroeléctrica (74.39%), la geotermia (12.43%), las plantas eólicas (10.65%), la biomasa (0.73%) y los paneles solares (0.01%).
A través de un comunicado del ICE, se informo que el Sistema Eléctrico Nacional sumó 271 días de producción eléctrica 100% renovable en el 2016 y por segundo año consecutivo sobrepasó el 98% de generación con cinco fuentes limpias en el acumulado del año. En total, la generación eléctrica del país fue 10778 gigavatios hora (GWh).
Siendo el 17 de junio fue el último día del 2016 en el que fue necesario recurrir a la generación térmica a través de combustibles fósiles y ese día representó el 0.27% de la producción eléctrica nacional.
Fenómeno de El Niño
El ICE destacó que pese a que el 2015 fue un año en el que estuvo presente el fenómeno de El Niño, que causa escasez de lluvia, y que en buena parte del 2016 hubo bajas precipitaciones, la capacidad de almacenamiento de agua de los embalses permitió la generación limpia.
Sin embargo, Costa Rica se vio beneficiado por la entrada en operaciones este año de la central hidroeléctrica sobre el río Reventazón, ubicada en la provincia de Limón (Caribe), y considerada la más grande de Centroamérica, capaz de generar 305.5 megavatios, lo que equivale al consumo eléctrico de 525 mil hogares. Así como por una optimización de embalses y el uso de otras fuentes renovables, como la geotermia proveniente de los volcanes, el sol, el viento y la biomasa.
Para 2017 , país proyecta que la generación renovable se mantendrá estable. Contaremos con cuatro plantas eólicas nuevas además de que esperamos condiciones hidrometeorológicas favorables en las cuencas (fluviales) que alimentan nuestras plantas», dijo el presidente del ICE, Carlos Obregón.