El planeta Tierra está en constante transformación a través de una serie de procesos externos que modifican su superficie. Estos procesos son impulsados por lo que se conoce como agentes geológicos externos, que son fenómenos naturales que actúan sobre la corteza terrestre, cambiando su forma y estructura. Estos agentes no crean montañas ni depresiones como lo hacen los agentes internos del planeta, pero juegan un papel crucial en la transformación de los paisajes a lo largo del tiempo.
En este artículo, profundizaremos en qué son los agentes geológicos externos, cómo actúan y qué tipos existen, describiendo sus características y el impacto que tienen sobre los ecosistemas terrestres.
Qué son los agentes geológicos externos
Los agentes geológicos externos, a diferencia de los procesos geológicos internos que forman montañas o volcanes, son fenómenos que desgastan y modelan la superficie del planeta. Su principal función es modificar el relieve a través de procesos como la erosión, el transporte y la sedimentación. Estos procesos son continuos y a menudo silenciosos, transformando poco a poco los paisajes.
Los agentes geológicos externos más importantes son:
- Meteorización: Desgaste físico y químico de las rocas.
- Erosión: Desgaste y transporte de los materiales por elementos como el viento y el agua.
- Sedimentación: Depósito de materiales transportados por la erosión.
Todos estos agentes actúan principalmente en los ecosistemas naturales, donde las variables meteorológicas y naturales afectan directamente al terreno. En las áreas urbanizadas, estos procesos pueden verse alterados o mitigados por la intervención humana, aunque no desaparecen por completo.
Tipos de agentes geológicos externos
Existen diferentes tipos de agentes geológicos externos, que se pueden clasificar en dos grandes grupos: físicos y químicos. Cada uno de ellos tiene un papel clave en la modificación del paisaje. Los procesos físicos son aquellos que cambian la forma del terreno sin alterar su composición química, mientras que los procesos químicos modifican su estructura interna mediante reacciones con elementos del ambiente.
Entre los principales agentes geológicos externos físicos se encuentran el viento, el agua y el hielo. Estos agentes erosionan, transportan y depositan sedimentos, transformando el relieve de forma significativa. Por otro lado, agentes químicos como el agua y el oxígeno juegan un rol esencial en la meteorización química, descomponiendo los minerales de las rocas y alterando su estructura.
Meteorización
La meteorización es un proceso fundamental dentro de los agentes geológicos externos. Se refiere al desgaste y la fragmentación de las rocas causados por diversos factores naturales. Este proceso se clasifica en dos tipos principales:
Meteorización física
La meteorización física implica la fragmentación de las rocas en trozos más pequeños sin alterar su composición química. Este proceso es generado por cambios de temperatura, congelamiento y deshielo del agua, la acción del viento y el crecimiento de plantas.
La termoclastia es un ejemplo de meteorización física, y ocurre cuando las variaciones extremas de temperatura entre el día y la noche generan tensiones en las rocas hasta que se fragmentan. Este fenómeno es común en climas áridos donde las diferencias de temperatura son más marcadas. Otro mecanismo es la gelifracción, por el cual el agua que se congela en las grietas de las rocas aumenta su volumen y provoca la ruptura de estas.
Además, está la meteorización biológica, que involucra la acción de organismos vivos como líquenes, musgos y raíces de plantas, que al crecer ejercen presión sobre las rocas, facilitando su fragmentación.
Meteorización química
La meteorización química es el proceso mediante el cual las rocas sufren cambios en su composición química debido a la interacción con elementos como el agua, el oxígeno y otros gases presentes en la atmósfera. Estos agentes provocan reacciones que alteran los minerales de las rocas, debilitándolas y facilitando su descomposición.
Uno de los ejemplos más comunes de meteorización química es la oxidación, donde el oxígeno disuelto en el agua reacciona con minerales como el hierro, formando óxidos que otorgan a las rocas un color rojizo o anaranjado. Este fenómeno es visible en numerosos paisajes donde la química del hierro ha transformado las rocas, dándoles un aspecto erosionado.
Además, la carbonatación es un proceso de meteorización química que afecta principalmente a rocas que contienen carbonatos, como la caliza, que se disuelven en agua rica en dióxido de carbono.
Erosión, transporte y sedimentación
La erosión es otro de los principales agentes geológicos externos y uno de los más visibles en muchos paisajes. Es un proceso en el cual el viento, el agua, el hielo y otros factores arrastran partículas de tierra y roca al romper la superficie terrestre. Este proceso de desgaste es continuo y puede ocurrir tanto de manera gradual como de forma rápida, dependiendo de la intensidad de los factores que intervienen.
El transporte es el siguiente paso después de la erosión. A medida que las partículas son erosionadas, son llevadas a diferentes lugares por el agua, el viento o el hielo, hasta que finalmente se depositan. Este movimiento de partículas puede variar en distancia, desde unos pocos centímetros hasta cientos de kilómetros. Por ejemplo, los ríos y torrentes transportan constantemente sedimentos que erosionan en las áreas montañosas y los depositan en las zonas bajas.
La sedimentación se refiere a la deposición de los materiales que fueron erosionados y transportados. Los sedimentos se acumulan principalmente en las desembocaduras de los ríos, mares y océanos, o en los lechos de los lagos y lagunas. A lo largo del tiempo, la acumulación de estos sedimentos puede formar nuevas formaciones geológicas como deltas, estuarios y llanuras aluviales.
Comprender cómo actúan estos agentes geológicos externos es clave para estudiar el modelado del relieve. Aunque en muchas ocasiones estos procesos pasan desapercibidos por su lentitud, son imprescindibles para la transformación de los paisajes a lo largo de millones de años.