Son muchas las personas que tienen calefacción eléctrica en su hogar y notan a finales del mes cómo aumenta su factura de la luz. El consumo de electricidad relacionado con este tipo de actividades se dispara rápidamente en las épocas de frío. La electricidad como método de calefacción es muy cómoda y eficaz, pero es considerada como una de las más caras del mercado. Sin embargo, para evitar estos problemas existen los acumuladores de calor.
¿De qué se trata esto de los acumuladores de calor? Si quieres conocer cómo ahorrar al máximo en calefacción, aquí te explicamos todo lo relacionado con los acumuladores. Solo tienes que seguir leyendo 🙂
¿Qué son los acumuladores de calor?
Son aparatos que se encargan de trasformar la energía eléctrica en energía térmica a un coste muy reducido. Es decir, mediante la electricidad podemos dar calor a nuestras habitaciones pero a un costo menor que con la calefacción convencional. Se han diseñado para consumir la energía eléctrica durante los periodos de tarifa reducida. Todas las tarifas vienen con un horario donde la luz vale más barata. Estos aparatos se encargan de transformar la energía eléctrica en el momento más barato del día y acumularlo en forma de calor. Este calor estará disponible para cuando lo necesitemos.
Estos aparatos traen enormes ventajas de utilización, dado que podemos emplear su calor cuando queramos y reduciremos los costes. Además de ello, los acumuladores de calor tienen otras ventajas como son:
- No hay pérdidas de calor durante su uso. Esto sucede porque sólo están preparados para cargar la energía óptima necesaria. Al no almacenarse energía en exceso no se producen pérdidas.
- Ahorra más energía y proporciona un máximo confort. Disponer de la energía cuando se precisa es muy cómodo. Dispone de un sistema de programación de la carga en los horarios de tarifa reducida para asegurar un ahorro entre el 50 y el 60%.
- No necesita ajustes posteriores a su instalación.
- Tiene una opción de integración en un sistema de gestión remota.
- El diseño es compacto, por lo que no es difícil integrarlo en la decoración de la casa. Además, su manejo y mantenimiento son fáciles.
Sistemas de calefacción eléctrica
Son muchas las personas que se han instalado calefacción en el hogar. Todas aquellas personas que han apostado por la calefacción, pueden disfrutar de aparatos como:
- Radiadores de aceite o termoeléctrico. Se trata de uno de los acumuladores más antiguos que existen. Funcionan a través del calentamiento de un aceite térmico. Cuando esto ocurre, la temperatura va aumentando conforme se libera el calor retenido en el aceite.
- Suelo radiante. El suelo radiante se trata de una instalación en la que se colocan una red de tuberías o cables que van transportando el agua caliente bajo el suelo de la vivienda. Esto ayuda a que el suelo vaya radiando calor y aumente la temperatura de los días más fríos de invierno. Se ha convertido en uno de los sistemas más modernos y eficientes, aunque su coste inicial es elevado y necesita de obras.
- Bomba de calor. La ventaja de este tipo de acumuladores es que no consume mucha energía. El inconveniente es que solo calienta la habitación donde está situada. El calor se suele dispersar muy rápido, por lo que no merece mucho la pena.
- Placas radiantes. Son ondas calientes que van aumentando el calor de la habitación donde está instalada de manera homogénea.
- Acumuladores de calor. Como se ha mencionado, son resistencias eléctricas que almacenan calor cuando la tarifa de la luz es menor y lo almacena.
- Convectores. Son aparatos que se encargan de ingresar el aire frío y expulsar el aire caliente gracias a unas resistencias y termostatos que poseen.
Tipos de acumuladores de calor
Hay dos tipos de acumuladores de calor que los consumidores pueden instalar en sus hogares:
- Estáticos. Este modelo es capaz de liberar la energía calorífica de manera natural. Se recomienda que los lugares habitados permanentemente ya que su temperatura de confort es constante.
- Dinámicos. Tienen un ventilador que ayuda a la transmisión de energía. Su aislamiento es más eficaz que los estáticos. El control de la descarga de energía les permite gestionar mejor las temperaturas de distintas zonas de la casa.
Para optimizar el gasto económico, lo que se suele hacer es combinar ambos tipos de acumuladores en la casa. En las zonas de más estancia se colocan los estáticos y en las intermitentes se utilizan los dinámicos.
A la hora de elegir cuál acumulador viene mejor por cuestiones económicas, se puede decir que el dinámico. Esto es porque permite llevar un mejor control del gasto y del reparto de calor por las habitaciones en función de la necesidad.
Características principales
El sistema de calefacción de los acumuladores tienen un espacio de almacenamiento limitado. Son capaces de acumular la energía y mantenerla disponible para cuando se requiera. Se puede ajustar para que trabaje en las horas en las que la tarifa de la luz es más baja.
Es importante mencionar que estos acumuladores deben venir acompañados de un buen aislamiento en el hogar. Si no disponemos de ventanas que nos permitan controlar el calor o frío que dejamos entrar y salir de las habitaciones o revestimientos suficientes, de poco nos servirá.
La instalación de estos aparatos es muy sencilla y no necesita de ninguna obra. Su mantenimiento es bastante bajo. Sólo necesita una limpieza anual y un cambio de pilas de los cronotermostatos.
Como no todo son ventajas en cualquier tipo de aparatos eléctricos que utilicemos, en este caso vamos a mencionar los inconvenientes que tiene. La carga de calor acumulada se debe realizar con suficiente antelación. Esto hace que los consumidores se vean obligados a programar sus propias necesidades. Si no sabemos si hará frío o no en un determinado momento, no podemos utilizarlo si la necesitamos de inmediato. Puede suceder que tengamos una visita inesperada y no podamos ofrecer calefacción por no tenerla acumulada previamente.
Antes de adquirir un acumulador se debe contemplar algunos otros aspectos como pueden ser:
- El precio elevado de cada aparato. Esto supone una inversión inicial, aunque se amortiza con el tiempo.
- Si el consumidor dispone de una tarifa con discriminación horaria, la recarga de energía se deberá hacer por la noche.
- Hay menos control sobre la descarga de calor.
Con el análisis de estos aspectos espero que podáis elegir bien vuestro sistema de calefacción 🙂