ACS ha vuelto a ser el gran protagonista en la subasta de renovables en España. A través de su filial Cobra, la compañía se ha adjudicado 1.550 MW de potencia solar fotovoltaica, lo que representa más de la mitad de los megavatios que el Gobierno lanzaba a subasta. Este éxito posiciona a ACS como uno de los actores más importantes en el sector de las energías renovables en el país, un sector que continúa su expansión conforme España se acerca a cumplir sus objetivos para 2020.
Detalles de la subasta de renovables
El miércoles se celebró en el OMIE la esperada subasta de energías renovables, donde se adjudicaron más de 5.000 MW entre diferentes tecnologías. Aunque el Gobierno había anunciado que asignaría inicialmente 2.000 MW, finalmente la puja cerró con unos 3.000 MW ampliables, y la demanda fue tan alta que finalmente se adjudicaron aproximadamente 5.000 MW. Gracias a una cláusula confidencial, se permitió ampliar la capacidad adjudicada si los participantes presentaban el máximo descuento posible, lo que fue el caso de la mayoría de los participantes.
En esta ocasión, la subasta contemplaba tanto proyectos eólicos como fotovoltaicos, destacando que un gran porcentaje de los adjudicatarios optaron por la energía solar fotovoltaica.
ACS y Cobra: Los grandes vencedores
ACS, a través de su filial Cobra, se ha adjudicado 1.550 MW de fotovoltaica, lo que equivale a más del 50% de lo que el Gobierno tenía previsto subastar inicialmente. Esto convierte a ACS en el líder indiscutible de la subasta, en línea con su trayectoria de años como una de las empresas más dominantes en el sector energético del país. Cobra, especializada en la construcción e ingeniería de infraestructuras energéticas, refuerza así su posición en el mercado, con grandes proyectos de energía solar.
Este éxito también supone un hito en la historia de ACS, ya que se trata de la mayor cantidad de megavatios adjudicados a una sola compañía en una subasta renovable en España.
Otros participantes destacados
La subasta de renovables no solo coronó a ACS como el máximo adjudicatario, también hubo otras empresas que lograron importantes adjudicaciones. Por ejemplo, el grupo Forestalia se adjudicó 316 MW de energía fotovoltaica, diversificando su cartera de proyectos en el país. Forestalia había sido el gran ganador en la subasta de 2016 y 2017, acumulando más de 1.500 MW eólicos y 108,5 MW en biomasa.
Por otra parte, Enel Green Power España (EGPE), filial de Endesa, se adjudicó 339 MW de energía fotovoltaica, lo que les permite incrementar notablemente su parque de energías renovables. EGPE, que en la subasta de mayo había conseguido más de 500 MW eólicos, ha logrado diversificar su apuesta por las renovables con esta nueva adjudicación, sumando casi un 50% más de capacidad renovable.
Una de las sorpresas de la subasta fue X-Elio, la empresa creada por Gestamp y el fondo KKR, que se adjudicó más de 450 MW de potencia solar. X-Elio está enfocada en el desarrollo de tecnologías renovables, especialmente en energía solar, y este éxito les permite consolidar su presencia en el mercado español.
Otras empresas como Gas Natural Fenosa y Solaria también destacaron. Gas Natural se adjudicó 250 MW de fotovoltaica, una cantidad similar a la obtenida por Solaria en esta subasta. Además, Prodiel logró 182 MW de nueva capacidad, mientras que Greenalia se hizo con 133 MW.
El caso de Iberdrola y EDP
Sorprendentemente, dos de los gigantes del sector renovable en España, Iberdrola y EDP Renováveis, se quedaron fuera de la adjudicación. A pesar de haberse presentado a la subasta, ninguna de estas dos compañías logró adjudicarse megavatios en esta ocasión.
Iberdrola, que había planeado pujar por 1.800 MW, decidió no optar por el máximo descuento permitido, lo que les dejó fuera de la competición. En cuanto a EDP, que había logrado 100 MW en la subasta de enero de 2016, tampoco logró adjudicarse megavatio alguno en esta ocasión. Este resultado subraya la alta competitividad del sector y la importancia de las estrategias de puja adecuadas.
Resultados finales y próximos pasos
Con la publicación de los resultados oficiales, las empresas adjudicatarias tienen hasta enero de 2020 para completar la construcción y conexión a la red de las nuevas instalaciones de energías renovables. Esta subasta es clave para que España cumpla con sus compromisos de producción de un 20% de la energía a través de fuentes renovables para el año 2020, en línea con los objetivos de la Unión Europea.
El marco regulatorio de esta subasta también ha supuesto nuevos desafíos para las empresas, que han tenido que adaptarse a la necesidad de ofrecer descuentos más agresivos (65% en esta ocasión, frente al 59% en la subasta de mayo). Uno de los aspectos clave es que todas las instalaciones cobrarán a precio de mercado, lo que añade complejidad a la financiación de los proyectos, ya que el descuento afecta directamente a los márgenes de beneficio.
En conjunto, la subasta marca un nuevo punto de inflexión en el desarrollo de las energías renovables en España, con la fotovoltaica como gran ganadora en comparación con las subastas de años anteriores, donde la eólica había dominado.
Cada subasta de energía renovable añade un capítulo más a la historia energética de España, y con los resultados de esta última, el país se coloca más cerca de cumplir sus objetivos hacia una transición energética más sostenible.