Una batería gigante cubre un apagón en Australia Meridional

batería gigante en Australia

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Empezaré este año con la compañía estadounidense favorita (mi opinión personal), Tesla Inc. y es que esta empresa de coches y de servicios energéticos de Elon Musk, activó en el estado de Australia Meridional la batería de ión de litio más grande del mundo.

La instalación llamada Hornsdale Power Reserve, emplea la misma tecnología que las baterías de los coches Tesla, sin embargo, se alimenta de energía eólica y su única función es mitigar los cortes temporales producidos en la red eléctrica australiana.

Con un solo mes desde su instalación, este enorme aparato (mide unos 100 metros de largo) ha batido el récord de activarse en tan solo una séptima parte de segundo tras un apagón en la red, consiguiendo la mayor velocidad de respuesta registrada hasta el momento.

Dicha batería tiene una historia algo especial ya que Musk prometió con un tuit (si, como lees, un tuit de twitter) construir la batería en marzo y que no cobraría por terminarla si Tesla no conseguía completar el proyecto en 100 días después de firmar el contrato.

Esta “apuesta” surgió por la crisis energética que sufre el estado de Australia Meridional desde hace ya algunos años, comenzada en 2016 donde una tormenta dejó sin electricidad aproximadamente a unos 1,7 millones de habitantes.

La batería se instaló adyacente a una planta eólica de Neoen, una empresa francesa, al norte de Adelaide. Y atención, le sobraron 40 días.

Datos de la batería

Cuenta con unos 100 metros de largo como se ha comentado anteriormente y es capaz de almacenar 129 MW/h de energía, la cual puede descargarla con unos 100 MW de potencia.

En un comunicado de junio sobre el proyecto, Musk declaró a periodistas de Adelaide que el sistema es:

“Tres veces más potente que cualquier otro en la Tierra. Por esto, es capaz de suministrar electricidad a 30.000 hogares durante aproximadamente una hora antes de descargarse”.

El inconveniente de esta batería es que no está pensada para un uso prolongado, sino para recuperar puntualmente el flujo de la red cuando fallen los suministros principales.

De esta forma, se evita los bajones bruscos mientras entran en acción los sistemas de contingencia, dependiendo todavía de energías fósiles.

Otro inconveniente de las baterías de iones de litio es que comienzan a perder la carga desde el primer momento en que la fuente de energía se apaga, manteniéndola como máximo unas semanas.

A pesar de esto, aproximadamente el 40% de la energía producida en Australia es obtenida del viento, y es uno de los países más soleados del mundo, aunque sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles.

Por esto, el investigador Ian Lowe de Griffith University dijo en New Scientist;

“El almacenamiento rentable de electricidad es el único problema que nos impide depender exclusivamente de la energía solar y eólica”.

Las primeras acciones de la batería de Tesla

El Proyecto llega en buen momento puesto que la red eléctrica australiana es muy tendente a sufrir cortes durante el verano (es decir en diciembre en el hemisferio sur).

A mediados del mes pasado la batería entró en acción por vez primera, cuando la central termoeléctrica de Loy Yang tuvo un repentino bajón de 560 MW en su suministro a la red. Teniendo otro suceso similar la semana pasada.

En ambos casos, la batería de Tesla, localizada a unos 1.000 km de Loy Yang, cerca de Jamestown, respondió en una fracción de segundo evitando así la bajada en la frecuencia de la red, a pesar de no tener un contrato para intervenir en los fallos de dicha central.

Más tarde, otra central térmica que sí tiene que responder a las faltas de Loy Yang activaron los suministros de contingencia.

Estas intervenciones de la batería manifiestan que las energías renovables y más concretamente la eólica, pueden ser apuestas fiables con un buen sistema de almacenamiento para la energía a pesar de su producción intermitente.

Además, “se puede cargar la batería fácilmente cuando haya exceso de energía y donde el coste es barato, mientras que se descarga cuando el coste de producción es alto”, explicó Musk. “Esto baja el precio medio por hora para el consumidor. Es una mejora fundamental en la eficiencia de la red eléctrica”.

 


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