Batería más grande del mundo de Tesla en Australia: El caso de Hornsdale Power Reserve

  • La batería Hornsdale Power Reserve en Australia, operada por Tesla, es de 129 MWh de capacidad y 100 MW de potencia.
  • Elon Musk prometió construir la batería en menos de 100 días, y la completó en 60 días.
  • La batería estabiliza la red eléctrica durante apagones, suministrando energía a 30,000 hogares durante una hora.
  • Australia depende en un 40% de la energía eólica, y esta batería permite un uso más eficiente de las fuentes renovables.

batería gigante en Australia

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Este año voy a comenzar hablando de una empresa que se ha ganado la atención mundial en diversos ámbitos: Tesla Inc., liderada por el visionario Elon Musk. Más allá de sus avances en la industria automotriz, Tesla también ha destacado por sus innovaciones en energía. Y es en este sector donde la empresa ha dejado una huella significativa, construyendo la batería de ion de litio más grande del mundo, ubicada en el estado de Australia Meridional.

Este gigantesco proyecto, conocido como la Hornsdale Power Reserve, se gestó como solución a una crisis energética que afligía al estado de Australia Meridional, cuyo sistema eléctrico es vulnerable a apagones frecuentes. Alimentada principalmente por la energía eólica, esta enorme batería tiene como propósito principal estabilizar la red eléctrica y evitar los bajones en el suministro cuando las fuentes principales de energía fallan.

Detalles técnicos de la batería

El sistema de almacenamiento de energía tiene unas dimensiones imponentes. Se extiende a lo largo de 100 metros y es capaz de almacenar hasta 129 megavatios-hora (MWh) de energía. Su potencia máxima de descarga es de 100 megavatios (MW), lo que la convierte en una de las soluciones energéticas más poderosas en el mundo.

Esta batería es clave para suministrar electricidad a cerca de 30.000 hogares durante aproximadamente una hora en caso de una interrupción en el suministro. Su capacidad de respuesta es asombrosa: en solo una séptima parte de un segundo puede activarse tras un apagón, asegurando la estabilidad de la red eléctrica. Gracias a esta capacidad, Tesla ha establecido un récord de velocidad de respuesta.

Es importante señalar que esta batería no está diseñada para un uso prolongado, sino más bien para respaldar la red en momentos críticos. Permite recuperar el flujo de electricidad mientras los sistemas de contingencia, que todavía dependen en gran medida de combustibles fósiles, se activan.

“El almacenamiento rentable de electricidad es el único problema que nos impide depender exclusivamente de la energía solar y eólica” – Ian Lowe, Griffith University

Además, las baterías de ion de litio tienen la limitación de que comienzan a perder su carga inmediatamente después de apagarse la fuente de energía, lo que significa que la energía puede mantenerse solo durante un periodo corto de tiempo, generalmente unas semanas.

Un proyecto impulsado por crisis energética

El origen de este proyecto se remonta a una crisis energética que afectó al estado de Australia Meridional en 2016, cuando una tormenta dejó sin electricidad a 1,7 millones de personas. En respuesta a esto, Elon Musk respondió al desafío de mejorar la situación energética de la región a través de un simple tuit, comprometiéndose a construir la batería en menos de 100 días o, de lo contrario, no cobrar por ella.

Partiendo de este desafío, Musk se asoció con la empresa francesa Neoen, que gestiona la planta eólica adyacente al norte de Adelaide. Contra todo pronóstico, el equipo de Tesla completó el proyecto en apenas 60 días, 40 días antes de lo prometido, asegurando así una solución energética más estable y confiable para la región.

La Hornsdale Power Reserve, gracias a su capacidad de almacenamiento, permite a Australia hacer un uso más eficiente de sus fuentes renovables, principalmente la energía eólica, que representa cerca del 40% del total de la producción energética del país.

Contribuciones a la red eléctrica australiana

Desde su instalación, la batería de Tesla ha demostrado su valía de manera impresionante. A mediados de diciembre, sufrió una de sus primeras pruebas reales cuando la central de carbón de Loy Yang tuvo una caída repentina de 560 MW. La Hornsdale Power Reserve, situada a más de 1.000 kilómetros de la planta, se activó en milisegundos, estabilizando la red y evitando una molesta caída de frecuencia.

Lo interesante es que la batería ni siquiera estaba contratada para intervenir en este tipo de fallos, lo que subraya su increíble capacidad de respuesta y su utilidad más allá de lo previsto inicialmente. Gracias a estas intervenciones, ha quedado claro que las energías renovables, cuando están respaldadas por una infraestructura de almacenamiento adecuada, son una opción confiable a pesar de su intermitencia natural.

Además de los fallos contingentes, la batería también ha demostrado ser rentable. Según informes de Renew Economy, la Hornsdale Power Reserve generó más de 1 millón de dólares australianos en sus primeros 14 días de operación, lo que reafirma su papel fundamental no solo en la estabilización, sino también en la rentabilidad de la red.

Impacto en la economía energética australiana

La construcción de esta batería no solo ha garantizado mayor estabilidad energética para Australia Meridional, sino que también ha servido de ejemplo para otros estados y países. Tal es así que actualmente ya se están construyendo baterías adicionales en otras regiones, como la Victorian Big Battery, cuya capacidad será incluso mayor, con 300 MW y 450 MWh.

El modelo de Tesla, apoyado por empresas como Neoen, está cambiando el paradigma de las energías renovables en Australia y otros países del mundo. En un país donde el carbón todavía representa una parte significativa de la producción energética, las soluciones de almacenamiento, como las que ofrece Tesla, están ayudando a reducir la dependencia de combustibles fósiles y a adoptar una red más sustentable de energía renovable.

El fundador de Tesla, Elon Musk, siempre ha sido un defensor de la integración de energía solar y eólica con almacenamiento eficiente y, en este caso, sus predicciones de éxito están siendo más que acertadas.

Este tipo de baterías no solo permiten almacenar energía sobrante en momentos de baja demanda y liberarla cuando es necesario, sino que también pueden ayudar a reducir el promedio del precio por hora para el consumidor, algo esencial en un país como Australia, que ha visto precios de la energía dispararse en los últimos años.

A medida que la demanda de tecnologías de almacenamiento de energía continúa creciendo, es probable que veamos más innovaciones de Tesla y otras empresas en este sector, lo que acercará cada vez más la independencia energética basada en fuentes renovables.

La integración de energías como la solar y eólica, junto con sistemas de almacenamiento masivos, es clave para garantizar que el planeta avance hacia un futuro más verde y sostenible.