Decimos que una energía es renovable cuando proviene de una fuente natural y no se agota en el tiempo. Además, es limpia, no contamina y sus recursos son muy variados. Existe una gran variedad de energías renovables en nuestro planeta y, conforme la tecnología avanza, se descubren más formas de aprovechar la energía de nuestro planeta sin tener que recurrir a los combustibles fósiles y continuar con los efectos del cambio climático.
En este artículo, te vamos a enseñar todos los tipos de energías renovables que existen para que puedas ver y analizar la capacidad que tenemos para generar energía verde sin dañar nuestro planeta y fomentando el empleo de calidad. ¿Quieres saber cuáles son los tipos de energías renovables? Sigue leyendo para descubrirlo.
Biocarburantes
Comenzando por el transporte, debemos mencionar que es un sector que consume una gran cantidad de combustible y, por lo tanto, contamina la atmósfera. Para evitar el exceso de contaminación, el encarecimiento del crudo y el agotamiento del petróleo, se desarrollaron los biocarburantes.
Los biocarburantes son combustibles líquidos o gaseosos que se producen a partir de materias primas biológicas vegetales o animales. Al tratarse de una fuente de energía renovable que no se agota, pueden cubrir la demanda en el transporte y reducir la dependencia del petróleo, disminuyendo también la contaminación ambiental.
Entre los biocarburantes más importantes se encuentran el biodiésel y el bioetanol. El biodiésel se obtiene a partir de aceites vegetales frescos. Por otro lado, el bioetanol se produce a partir de materias ricas en azúcar o almidón, como la caña de azúcar. Con su uso, se puede reducir significativamente la huella de carbono generada por los vehículos.
Energía de la biomasa
Otro tipo de energía renovable es la biomasa. Se trata de toda la materia orgánica utilizada para la generación de energía. Este conjunto de materias orgánicas es heterogéneo y proviene de diferentes orígenes, como restos agrícolas, forestales, aguas residuales, lodos de depuradora y la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos.
La energía de la biomasa se puede generar a través de varios procesos, como la combustión, digestión anaerobia, gasificación y pirólisis. A través de estos métodos, se puede generar tanto calor como electricidad, lo que convierte a la biomasa en una alternativa renovable versátil para diversos sectores, incluyendo el agropecuario e industrial.
Energía eólica
La energía eólica es una de las más utilizadas en todo el mundo. Se basa en aprovechar la energía cinética que tiene una masa de aire y convertirla en electricidad.
Los primeros usos de esta energía se remontan a la antigüedad, cuando el hombre utilizaba el viento para propulsar barcos con velas, mover molinos para moler granos o bombear agua. Hoy en día, se utilizan aerogeneradores para generar electricidad en diversas instalaciones, tanto en tierra firme como en el mar.
Hay dos modalidades de energía eólica: la terrestre y la marina. La energía eólica marina se aprovecha de vientos más constantes y fuertes que los que se encuentran en tierra.
Energía geotérmica
La energía geotérmica es una energía renovable que proviene del calor almacenado bajo la superficie de la Tierra. Aprovecha la diferencia de temperatura en las capas internas del planeta para generar energía, ya sea para electricidad o para calefacción. Esta energía está disponible las 24 horas del día y los 365 días del año, lo que la convierte en una fuente inagotable.
Existen dos tipos principales de energía geotérmica: de alta y de baja entalpía. La de alta entalpía se utiliza en la generación de electricidad a gran escala, mientras que la de baja entalpía es más adecuada para el uso doméstico o industrial local, como el suministro de calefacción bajo consumo.
Energía marina
La energía marina también es una fuente renovable que aprovecha el potencial de los océanos. A diferencia de otras fuentes, no existe una forma única de extraer esta energía, ya que puede aprovecharse mediante diferentes tecnologías según el fenómeno que se utilice, como las mareas, las olas o incluso las diferencias de temperatura entre la superficie del océano y las profundidades marinas.
Una ventaja de la energía marina es que no genera impactos ambientales o visuales significativos, lo que la hace muy atractiva para su desarrollo a gran escala. Aunque esta energía todavía no tiene una participación mayoritaria en los sistemas energéticos, se espera que con los avances tecnológicos se convierta en un recurso clave en el futuro.
Energía minieólica
La energía minieólica funciona de manera similar a la energía eólica, pero se diferencia en que sus aerogeneradores tienen una potencia menor a 100 kW y un área de barrido de aspas menor a 200 metros cuadrados. Este tipo de energía está centrado en el autoconsumo y en el suministro de electricidad en zonas más remotas y aisladas de la red eléctrica convencional.
La minieólica, además, contribuye a reducir las pérdidas de energía durante el transporte y la distribución, siendo una alternativa eficiente para el consumo residencial y pequeñas empresas.
Energía hidráulica
La energía hidráulica es una de las más antiguas y también la más utilizada en el mundo. Esta energía se obtiene aprovechando la energía cinética de las masas de agua en movimiento, como en ríos o presas.
El agua, al moverse, genera un salto que mueve una turbina, la cual está conectada a un generador que convierte ese movimiento en electricidad. Las centrales hidroeléctricas fueron una de las fuentes principales para la producción de energía eléctrica hasta mediados del siglo XX. Actualmente, se siguen utilizando y se consideran una de las opciones más limpias y estables para producir electricidad sin generar una huella de carbono importante.
Energía solar
La energía solar aprovecha la radiación solar para generar electricidad o calor. Dentro de esta categoría, encontramos tres tipos principales:
Energía solar fotovoltaica
La energía solar fotovoltaica transforma directamente la radiación solar incidente en electricidad mediante el uso de paneles solares. Estos están formados por células fotovoltaicas que, al recibir la radiación solar, excitan los electrones y generan una diferencia de potencial, produciendo así electricidad. Este tipo de energía está en aumento, tanto a nivel residencial como industrial, debido a la reducción de costos y la mejora en la eficiencia de los paneles.
Energía solar térmica
La energía solar térmica aprovecha el calor del sol para cubrir necesidades térmicas en edificios, industrias y el sector agropecuario. Al igual que la fotovoltaica, es una opción respetuosa con el medio ambiente y altamente eficiente.
Energía solar termoeléctrica
Por último, tenemos la energía solar termoeléctrica, que utiliza concentradores solares para enfocar la radiación en una superficie más pequeña y elevar la temperatura. A través de esta técnica, se convierte el calor en electricidad usando fluidos de alta temperatura. Esta tecnología está disponible tanto a pequeña como a gran escala y presenta un enorme potencial de crecimiento en los próximos años.
Con el avance de la tecnología, todas estas energías renovables están destinadas a convertirse en pilares fundamentales del mix energético del futuro. El uso de fuentes naturales inagotables no solo reduce las emisiones de CO2, sino que también fomenta la independencia energética y genera empleo de calidad en sectores diversos. Aprovechar estas oportunidades transformará la manera en que obtenemos energía y contribuirá a un planeta más limpio y sostenible.