Fukushima: El impacto del desastre nuclear y su legado de radiación

  • En 2011, un terremoto de 9,1 grados desencadenó un tsunami que golpeó la central nuclear de Fukushima.
  • Las explosiones nucleares en Fukushima Daiichi liberaron radiación que afectó a miles de personas y su evacuación.
  • El proceso de desmantelamiento de la planta nuclear afectada llevará al menos 30-40 años.

terremoto ocurrido en la central nuclear de fukushima

En Fukushima se encuentra una central nuclear en la que sólo los medios de comunicación hablan de desastres y problemas. Todo comenzó en 2011 cuando un terremoto en Japón desencadenó un tsunami que provocó uno de los desastres nucleares más grandes desde el incidente de Chernóbil.

Actualmente, Fukushima aún se encuentra en peligro por exceso de radiación, y un terremoto sacudió hoy la zona con posibles peligros añadidos.

Terremoto de 5,6 grados

Un terremoto de 5,6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudió hoy la prefectura nipona de Fukushima (noreste de Japón) sin que se activara la alerta de tsunami. Los tsunamis son las peores amenazas que puede tener la central nuclear, puesto que se encuentra en el mar. Una ola de gran tamaño puede azotar y golpear los reactores nucleares, haciendo que la radiación se extienda y provoque graves accidentes.

El terremoto se produjo a las 16:49 hora local (07:49 GMT) y tuvo su hipocentro a 50 kilómetros de profundidad en la prefectura de Fukushima, en la isla de Honshu y a unos 280 kilómetros al noreste de Tokio. Este seísmo ha alcanzado el nivel 5 de 7 en su escala cerrada. La escala de los japoneses en cuestión de terremotos se centra en las zonas a las que afecta el terremoto más que a la intensidad del temblor en sí. El punto álgido de este terremoto se localizó en las prefecturas de Miyagi y Fukushima.

Accidentes nucleares en Fukushima

Esta zona es una de las más afectadas por el seísmo de 9 grados en la escala de Richter y por el posterior tsunami que tuvo lugar el 11 de marzo de 2011. Este tsunami devastó la región, causando más de 18.000 muertos, además de miles de desaparecidos. Japón, al encontrarse sobre el anillo de fuego del Pacífico, está acostumbrado a padecer terremotos, pero pocos han provocado tanto daño como este.

El terremoto y el tsunami de 2011: el inicio del desastre

El terremoto de magnitud 9,1 del 11 de marzo de 2011 desencadenó un devastador tsunami con olas que superaron los 14 metros de altura. Esta catástrofe natural no solo arrasó ciudades y pueblos, sino que también causó daños irreparables a la planta nuclear de Fukushima Daiichi. Las olas superaron todas las barreras de seguridad previsibles, inundando las instalaciones y provocando la falla de los sistemas de enfriamiento de varios de sus reactores.

El personal técnico fue incapaz de controlar el sobrecalentamiento de los reactores a tiempo, lo que llevó a la fusión de tres de ellos. Se produjeron tres explosiones de hidrógeno en los días posteriores, lo que liberó grandes cantidades de radiación al medio ambiente. Este accidente fue clasificado como nivel 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES), el mismo nivel que el desastre de Chernóbil, convirtiéndose en uno de los peores desastres nucleares de la historia.

terremoto en la central nuclear de Fukushima

Evacuaciones a gran escala y riesgos a la salud

Tras la explosión y la liberación de radiación, el gobierno japonés tomó decisiones rápidas y drásticas para proteger a la población, lo que incluyó la evacuación de más de 154.000 personas que vivían en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta. Estas evacuaciones masivas evitaron una mayor exposición al material radiactivo, pero también trajeron consigo consecuencias inesperadas. Muchos residentes evacuados sufrieron ansiedad, estrés y problemas de salud mental debido a la incertidumbre y la pérdida de sus hogares.

Un número significativo de personas, especialmente ancianos y enfermos, falleció durante las evacuaciones y los primeros meses en los refugios temporales. Aunque no murieron directamente como resultado de la radiación, los efectos a largo plazo del desastre en la salud física y mental de los evacuados han sido profundos. Se estima que al menos 1.200 muertes adicionales fueron causadas por la falta de acceso adecuado a servicios médicos, el frío y las condiciones de vida temporales.

El desafío de la descontaminación y el control de residuos radiactivos

Uno de los retos más grandes que enfrenta Japón desde el accidente ha sido la gestión y descontaminación de los residuos radiactivos. Grandes cantidades de agua contaminada han sido tratadas y almacenadas, pero el espacio es limitado. La empresa operadora de la planta, TEPCO, ha propuesto la liberación controlada del agua tratada al océano, generando controversia tanto a nivel local como internacional. Aunque el agua ha sido filtrada para eliminar la mayoría de los contaminantes, el tritio —un isótopo radiactivo que no puede eliminarse por completo— sigue generando preocupación.

Las medidas a futuro y el desmantelamiento

El desmantelamiento de la planta de Fukushima Daiichi es uno de los procesos más complicados y largos de la historia. Se estima que tomarán al menos 30 a 40 años para completar la limpieza y desmantelamiento total de los reactores dañados y la gestión de los residuos. Durante este tiempo, las autoridades locales y japonesas han implementado estrictos controles para garantizar que los niveles de radiación dentro y fuera de la planta sigan siendo seguros.

Este desmantelamiento incluye la extracción y gestión de las barras de combustible remanentes en los reactores, que continúan emitiendo calor y radiación. Varias empresas de ingeniería y expertos internacionales están colaborando en la creación de nuevas tecnologías que permitan una gestión más segura y efectiva de este proceso.

Lecciones aprendidas y avances en seguridad nuclear

El desastre de Fukushima marcó un antes y un después en el enfoque de la seguridad nuclear a nivel global. Antes del incidente, muchas centrales nucleares en todo el mundo no contaban con mecanismos adecuados para gestionar emergencias tan extremas como inundaciones catastróficas o tsunamis. Hoy en día, las regulaciones internacionales en la construcción y operación de centrales nucleares se han endurecido significativamente.

En Japón, todas las plantas nucleares fueron cerradas tras el desastre y muchas de ellas han sido sometidas a rigurosas inspecciones antes de poder reabrir. Solo unas pocas han vuelto a estar operativas, y aquellas que continúan operando lo hacen bajo condiciones de seguridad más estrictas y con un enfoque especial en resistir eventos naturales de gran magnitud.

terremoto en la central nuclear de Fukushima

Desde el accidente, los organismos internacionales como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han reforzado sus iniciativas para promover la cooperación internacional en la seguridad nuclear, el intercambio de información y el uso de tecnologías avanzadas en la monitorización nuclear. El objetivo es evitar que un desastre de esta magnitud vuelva a ocurrir, mejorando las políticas y los sistemas de respuesta a nivel mundial.

A medida que seguimos observando las secuelas de Fukushima, tanto Japón como el resto del mundo permanecerán vigilantes para aprender y mejorar, asegurando un futuro energético más seguro.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.

      Josep dijo

    Muchos desastres atribuidos al cambio climático en realidad son defectos de diseño y adecuación de la construcción a las realidades de los terrenos, calles arrasadas por estar casi en cauces de ríos o en sus orillas, presas como Tous, con el generador a los pies de la presa y desconectado de las compuertas, chalets en 1ª linea de playa arrasados. Hay un gran problema con los Ayuntamientos que por afán recaudador autorizan lo que sea y donde sea.Y después resulta que las burbujas son culpa del capitalismo y no por la estructura de rapiña económica de nuestras instituciones públicas.Lo mismo pasa con el Estado y las autonomías.