El uso de los términos sustentabilidad y sostenibilidad es recurrente en las discusiones sobre el medio ambiente y el desarrollo humano. A menudo se emplean como sinónimos, sin embargo, es crucial entender que tienen matices diferentes. Estas diferencias son significativas cuando se habla del uso de los recursos naturales, la economía y el desarrollo social. En este artículo, vamos a examinar en profundidad qué distingue a la sustentabilidad de la sostenibilidad y por qué es importante para el mundo contemporáneo.
Sustentabilidad y sostenibilidad: ¿son lo mismo?
Ambos términos están muy relacionados con el cuidado del medioambiente, pero, cada uno tiene su propio enfoque. Mientras que la sustentabilidad pone énfasis en el uso responsable de los recursos naturales para que las generaciones futuras no se vean afectadas, la sostenibilidad busca una visión más global, abordando no solo el aspecto ambiental, sino también las cuestiones sociales y económicas. Conocer las diferencias es fundamental para construir políticas y estrategias que realmente permitan alcanzar un equilibrio en diversas áreas de desarrollo.
Sustentabilidad
La Real Academia Española define la sustentabilidad como algo que puede sustentarse o defenderse con razones. En el contexto ambiental y del desarrollo, este término se refiere al uso adecuado de los recursos sin perjudicar las opciones de las generaciones futuras. Es un principio que se basa en evitar la sobreexplotación y, en su lugar, implementar estrategias de consumo racional que favorezcan la regeneración de los recursos.
El economista Herman Daly destaca varios principios que guían la sustentabilidad:
- Los recursos renovables no deben utilizarse más rápido de lo que el sistema natural puede regenerarlos.
- La producción de contaminantes debe mantenerse por debajo de la capacidad del entorno para neutralizarlos o absorberlos.
- Los recursos no renovables deben consumirse a un ritmo que permita su reemplazo por alternativas renovables.
Estos principios buscan equilibrar la actividad humana con la capacidad regenerativa de la Tierra, mediante prácticas que minimicen el impacto ambiental y contribuyan a un uso responsable de los recursos.
Sostenibilidad
El Informe Brundtland de 1987, titulado «Nuestro Futuro Común», fue el primero en introducir el concepto de desarrollo sostenible. Este informe, elaborado por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, define la sostenibilidad como el desarrollo que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las suyas. A partir de este concepto, la sostenibilidad se enfoca en la interrelación del progreso económico, la equidad social y la protección ambiental.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas en 2015 son un ejemplo claro de las metas de la sostenibilidad. Estos objetivos incluyen la eliminación de la pobreza, la mejora en la educación, la igualdad, la protección del medio ambiente, entre otros. El concepto de sostenibilidad en este contexto es mucho más holístico, ya que busca cambios que no solo beneficien al planeta, sino que también aseguren un avance social y económico equitativo.
En la práctica, esto puede implicar desde programas de reciclaje hasta la promoción de energías renovables y la adopción de políticas que mejoren la calidad de vida de las personas, todo mientras se protege el entorno natural.
Características del desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible implica acciones en diversos ámbitos, con el objetivo principal de no agotar los recursos naturales necesarios para las generaciones venideras. A continuación, veremos algunas de las características fundamentales:
Cuidado del agua
El agua es uno de los recursos más valiosos y, a la vez, uno de los más escasos en muchas regiones. La gestión sostenible del agua busca preservar las reservas de agua, lo que incluye el uso de sistemas de riego eficientes y la mejora en las plantas de tratamiento de agua. Además, se promueve la reducción del uso no necesario del agua, tanto en la agricultura como en las ciudades.
Aumentar el reciclaje
El reciclaje es esencial para reducir el consumo de recursos limitados y evitar la acumulación de residuos. En el marco de un desarrollo sostenible, se fomenta un enfoque de economía circular que permita la reutilización de materiales. Al reutilizar y reciclar los recursos, no solo se reduce la necesidad de extraer nuevos recursos, sino que también se mitiga el impacto ambiental generado por la producción de residuos.
Protección del medio ambiente
Una sociedad que busca avanzar de manera sostenible debe proteger sus ecosistemas y biodiversidad, minimizando cualquier forma de degradación ambiental. El desarrollo sostenible incluye políticas que prevengan la deforestación, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. También implica la recuperación de áreas degradadas y la restauración de ecosistemas que han sido dañados.
Restauración de ecosistemas
En relación con la protección del medio ambiente, la restauración de ecosistemas es una tarea indispensable en la actualidad. Lugares que han sido afectados por la explotación de recursos deben ser restituidos para preservar la biodiversidad. Los planes de restauración pueden incluir la reforestación, la recuperación de suelos y la restauración de sistemas acuáticos.
Usar tecnología limpia
El uso de tecnologías no contaminantes es clave en cualquier modelo de desarrollo sostenible. Esto abarca desde la generación de energía a partir de fuentes renovables como la solar o la eólica, hasta la implementación de procesos industriales que minimicen la contaminación del aire y el agua. Invertir en tecnologías limpias significa reducir a largo plazo los costes económicos y ecológicos asociados a la energía y la producción.
Mejorar la calidad de vida
El desarrollo sostenible pone el bienestar humano como un objetivo central. La sostenibilidad no solo se preocupa por los aspectos ambientales, sino también por la calidad de vida de las personas. Esto implica combatir la pobreza, mejorar el acceso a la educación y la salud, y garantizar que todas las personas pueden disfrutar de un entorno seguro y saludable. A diferencia de modelos de desarrollo que buscan solo el crecimiento económico, el desarrollo sostenible busca un progreso equitativo y duradero.
Autosuficiencia regional
Una comunidad o región que basa su economía y su desarrollo en los recursos locales, sin depender de manera excesiva de importaciones de otras regiones, está mejor posicionada para mantenerse de forma autosuficiente en el largo plazo. La autosuficiencia regional implica la protección de los recursos naturales locales y la creación de sistemas económicos que no agoten esos recursos.
La autosuficiencia es parte fundamental de la sostenibilidad porque asegura que las comunidades no estarán debilitadas por la escasez de recursos externos y podrán continuar funcionando adecuadamente sin deteriorar el medio ambiente.
Ejemplos de sustentabilidad y sostenibilidad
Para entender mejor cómo funcionan estos conceptos en la práctica, vamos a mencionar algunos ejemplos concretos.
Ejemplos de sustentabilidad
Un buen ejemplo de sustentabilidad es el uso de energías renovables, especialmente la energía solar y eólica. Estas fuentes de energía no se agotan y no contribuyen al calentamiento global, lo que garantiza que las futuras generaciones también puedan disfrutar de ellas.
Otro ejemplo es la arquitectura sustentable, que da prioridad al uso de materiales reciclados y sistemas que reduzcan el consumo de energía y agua, como los paneles solares y los sistemas de captación de agua de lluvia. Ejemplos de construcciones sustentables incluyen el edificio “The Edge”, en Ámsterdam, y el edificio “El 17” en Madrid, que están diseñados para minimizar su huella ecológica.
Ejemplos de sostenibilidad
La sostenibilidad tiene un enfoque más amplio. Un ejemplo claro son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que buscan erradicar la pobreza, reducir el hambre, promover la igualdad de género, entre otros objetivos que buscan mejorar la calidad de vida de todas las personas, sin comprometer la capacidad del planeta para sostener estos avances.
Las iniciativas empresariales también pueden ser sostenibles cuando buscan reducir su huella de carbono, reutilizar materiales y promover el bienestar de sus empleados y sus comunidades. Estas prácticas no solo ayudan a proteger el medio ambiente, sino que también promueven un desarrollo más justo y equitativo.
La diferencia entre sustentabilidad y sostenibilidad radica en que la primera se centra más en el uso responsable de los recursos naturales, mientras que la segunda abarca una visión integral que también incluye aspectos sociales, políticos y económicos. Sin embargo, ambas son sumamente importantes para garantizar un desarrollo armónico y equilibrado.
Adoptar un enfoque que integre ambas perspectivas será clave para asegurar que tanto nuestras necesidades como las de las generaciones futuras puedan ser satisfechas sin degradar el planeta que habitamos.