Subastas de Energías Renovables en España: Todo lo que Debes Saber

  • Las subastas asignan proyectos renovables basados en la oferta más competitiva.
  • Existen garantías financieras para asegurar el cumplimiento de los proyectos.
  • Las modificaciones recientes incluyen criterios sostenibles y precios máximos.

Importancia de las subastas renovables

En España, la promoción de las energías renovables ha tomado un papel esencial de cara a la transición energética. Uno de los mecanismos más destacados para impulsar estas tecnologías son las subastas de energías renovables. Las subastas permiten que las empresas que desarrollen proyectos de energía renovable accedan a los recursos necesarios para financiar sus instalaciones. De esta forma, estas empresas ofrecen energía verde en el mercado a precios muy competitivos, ayudando a cumplir con los compromisos de España respecto a los objetivos climáticos de la Unión Europea.

En este artículo vamos a profundizar en cómo funcionan las subastas de renovables, su importancia y los recientes cambios que se han realizado para garantizar su efectividad.

Qué son las subastas renovables

Subastas de energía renovable en España

Las subastas renovables son eventos organizados por el gobierno para adjudicar un régimen retributivo específico a nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica renovable. Este régimen se otorga a través de un sistema competitivo donde los licitantes ofrecen la cantidad mínima que están dispuestos a recibir por generar energía verde.

Históricamente, las subastas en España han tenido altibajos. A principios de la década pasada, la legislación presentaba ciertas barreras, como el conocido “impuesto al sol”. Este impuesto, establecido durante el mandato del gobierno del PP, gravaba instalaciones de autoconsumo solar, limitando el avance de las energías renovables. Sin embargo, en la actualidad, las subastas han sido reformadas para fomentar el uso de fuentes limpias en el país.

Funcionamiento de las subastas renovables

Instalaciones de energía renovable

Las subastas normalmente adjudican un número determinado de megavatios (MW) de potencia. Por ejemplo, en las últimas subastas, se ofrecieron hasta 3.000 MW, distribuidos entre varias tecnologías como energía solar fotovoltaica y eólica, aunque también pueden incluir otras como la termosolar y biomasa. Las empresas interesadas deben realizar una oferta de precio por el cual estarían dispuestas a generar energía renovable durante un periodo determinado.

Existen varios requisitos que estas empresas deben cumplir para participar en las subastas. Uno de los más importantes es la necesidad de depositar un aval de 60.000 euros por MW que se vaya a subastar. Este aval es una garantía de que las empresas van a cumplir con los hitos y plazos que imponga el Ministerio. Además, una vez adjudicada la capacidad, si la empresa no cumple con las condiciones establecidas, puede perder parte o la totalidad de ese aval.

Una característica esencial de las subastas es que no solo premian la tecnología más barata, sino también la que ofrezca mayor fiabilidad. En casos de empate en las ofertas, las tecnologías que tienen mayor capacidad de generación, como la energía eólica, suelen ser adjudicadas.

Cambios recientes en las subastas

En respuesta a las dificultades encontradas en subastas anteriores, el gobierno ha implementado importantes cambios para garantizar que las subastas sean más efectivas y atraigan a una mayor cantidad de participantes.

Uno de los cambios más significativos en las subastas de 2022 fue la inclusión de un límite máximo llamado “precio de reserva”, un precio tope al cual se pueden adjudicar las ofertas. Si una oferta supera este precio, queda automáticamente fuera de la subasta. Este cambio fue necesario para evitar que los costos de generación de energía renovable fueran excesivos para los consumidores.

Subasta renovables

Además, el Real Decreto 960/2020 introdujo la figura del Régimen Económico de Energías Renovables (REER). Bajo este régimen, los adjudicatarios recibirán un precio fijo por la energía generada en un plazo máximo de 12 años. Este esquema garantiza la estabilidad y rentabilidad para los promotores de proyectos de energía limpia.

Otro aspecto que se ha modificado es la inclusión de criterios no económicos para adjudicar la capacidad en las subastas. Ahora, hasta un 30% de la valoración de las ofertas puede depender de criterios como la sostenibilidad ambiental o localización geográfica. Esto fomenta un desarrollo más equilibrado y sostenible de las renovables en España.

Subastas marginalistas

Subasta marginalista energía renovable

El sistema de subastas en España se basa en un esquema llamado subasta marginalista. En este sistema, las ofertas de las empresas se ordenan de la más barata a la más cara, y se adjudican tantos megavatios como sean necesarios para cubrir la demanda de la subasta. El precio que todas las empresas ganadoras recibirán por la energía generada será el que se proponga en la última oferta adjudicada.

Aunque en teoría este sistema debería beneficiar a las empresas que ofrecen precios bajos, algunas críticas indican que ha llegado a adjudicarse incluso a precio cero en subastas recientes, lo que desincentiva la participación de las empresas. Si se adjudican megavatios a precios ‘a coste de mercado’, es poco probable que los promotores se aventuren a construir las instalaciones a menos que el mercado ofrezca condiciones óptimas.

¿Qué ocurre después de las subastas renovables?

Una vez finalizadas las subastas y adjudicadas las capacidades, las empresas que han ganado deben comenzar a desarrollar sus proyectos de energía renovable lo antes posible. Los plazos para construir las instalaciones son bastante ajustados, y el gobierno realiza un seguimiento activo para asegurar que se cumplan.

Muchas de estas instalaciones tienen plazos de construcción que oscilan entre los 12 y 36 meses desde la fecha de adjudicación, dependiendo del tipo de energía. Pasado este tiempo, las empresas deben estar operando y generando la cantidad de energía prometida.

En casos donde una empresa no puede completar el proyecto a tiempo, se arriesga a perder el aval depositado inicialmente. Esto asegura que solo las empresas que estén seriamente comprometidas con el desarrollo de energías renovables participen en las subastas.

Por otro lado, algunos proyectos incluyen almacenamiento energético, como las baterías, que permiten una mayor flexibilidad en la entrega de energía al mercado. Estas instalaciones a menudo reciben incentivos adicionales por parte del gobierno, ya que ayudan a estabilizar la red en momentos en que las energías renovables tradicionales, como la solar o el viento, no son viables.

En definitiva, las subastas de energías renovables han demostrado ser un mecanismo crucial para el desarrollo de tecnologías verdes en España. Con los ajustes recientes en la normativa, se espera que las próximas subastas continúen promoviendo un crecimiento sostenido en la capacidad de generación de energía limpia.


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