Si se cumplen los objetivos marcados en la reducción de emisiones de CO2 podremos ver una considerable rebaja del recibo de la luz en nuestros hogares de hasta el 55%.
Esto es debido al fuerte crecimiento de la demanda eléctrica, que, derivado del ya necesario proceso de electrificación para conseguir las metas de descarbonización, podrá conceder la tan ansiada rebaja en la tarifa eléctrica de un 35% para 2030 y hasta el 55% en el 2050, según el informe de Monitor Deloitte.
Igualmente, aunque el principal enfoque para la reducción de emisiones de CO2 es el sector del transporte, los usos térmicos que se emplean en el hogar también son clave en el proceso.
Alberto Amores, socio de Monitor Deloitte, señaló durante la presentación de dicho estudio:
“No es una obligación sólo de las empresas o de la administración, los hogares también tienen que contribuir, dado que la edificación (residencial y de servicios) supone una parte muy importante del consumo energético y de las emisiones del país”.
Para que se entienda mejor, una forma sencilla de explicarlo es que una vivienda media estándar podría reducir el consumo de energía en un 40%.
Los medios para lograrlo podrían incluir una rehabilitación integral o, de forma alternativa, el uso de bombas de calor eléctricas, que resultarían cuatro veces más económicas que la rehabilitación.
Escenarios futuros: ¿Cómo disminuir las emisiones de CO2?
El informe citado anteriormente establece hasta cuatro escenarios distintos para los próximos años:
- Continuista
- Electrificar la economía
- Reducción convencional
- Alta eficiencia eléctrica
El escenario más ambicioso y efectivo es el llamado “Alta eficiencia eléctrica” que, gracias a una electrificación muy alta de la economía y acciones intensas en eficiencia energética, es el único capaz de cumplir con las metas de descarbonización establecidas en Europa.
Una de las grandes ventajas del escenario «Alta eficiencia eléctrica» es que, aunque requiere de unas inversiones iniciales muy superiores al escenario “Continuista”, a largo plazo conlleva un ahorro significativo en las importaciones de combustibles fósiles, estimado en aproximadamente 380.000 millones de euros.
El informe Monitor Deloitte destaca que, a pesar de las inversiones más elevadas en el escenario sostenible, este podría ser más barato en costes totales que seguir con el modelo actual.
En concreto, se estima que el escenario de “Alta eficiencia eléctrica” supone un total de 510.000 millones de euros de inversión entre 2017 y 2050, frente a los 200.000 millones del escenario continuista.
El impacto del precio del CO2 en la factura de la luz
Las emisiones de CO2 no solo tienen un impacto ambiental, sino que también influyen directamente en el precio que pagamos por la electricidad. Este vínculo se debe a las penalizaciones establecidas por la Unión Europea en función de las emisiones generadas por el uso de fuentes energéticas como el carbón, el petróleo o el gas natural.
El uso de fuentes tradicionales conlleva un coste adicional para los países que siguen recurriendo a ellas, ya que generan importantes cantidades de emisiones de CO2. Este proceso implica un costo adicional que se refleja en la factura de los consumidores.
En los últimos años, el precio por tonelada de CO2 sobrepasada ha fluctuado, alcanzando 45 euros por tonelada, lo que puede incrementar el costo de la factura en 15-17 euros en un mes.
Cuanta más energía renovable se utilice, menor será el costo de la factura eléctrica, ya que estas fuentes no generan las mismas emisiones y no están sometidas a las mismas penalizaciones.
Fuentes de energía para reducir las emisiones de CO2
En la lucha contra las emisiones de CO2, la elección de fuentes de energía desempeña un papel clave. Las fuentes renovables como la energía solar, eólica e hidroeléctrica tienen una huella de carbono considerablemente menor en comparación con los combustibles fósiles, lo que las convierte en opciones mucho más sostenibles.
- Energía solar: La generación de electricidad a través de paneles solares no emite CO2 durante su operación, siendo una de las opciones más respetuosas con el medio ambiente.
- Energía eólica: Al igual que la solar, la energía eólica transforma la energía cinética del viento en electricidad sin generar emisiones significativas.
- Energía hidroeléctrica: Las centrales hidroeléctricas generan electricidad aprovechando la energía del agua, con un impacto ambiental y de emisiones muy bajo.
- Biomasa: La combustión controlada de biomasa puede ser neutra en carbono, ya que los materiales utilizados absorben CO2 durante su crecimiento.
En el ámbito de la energía nuclear, si bien no emite CO2 durante la generación de electricidad, plantea importantes desafíos en términos de seguridad y gestión de residuos.
Medidas para reducir las emisiones en el hogar
No solo las empresas y administraciones tienen responsabilidad en la reducción de las emisiones de CO2. Los hogares también juegan un papel fundamental en este proceso y cada uno de nosotros puede tomar medidas para mejorar la eficiencia energética y reducir la huella de carbono.
Algunas de las medidas más efectivas incluyen:
- Electrodomésticos eficientes: Reemplazar electrodomésticos antiguos por modelos más nuevos y eficientes puede reducir considerablemente el consumo energético.
- Aislamiento térmico: Mejorar el aislamiento de viviendas ayuda a mantener la temperatura interior con menos necesidad de calefacción o aire acondicionado, lo que reduce tanto el consumo como las emisiones.
- Uso de luces LED: Este tipo de iluminación consume hasta un 80% menos de energía que las bombillas tradicionales y tiene una vida útil mucho más larga.
- Paneles solares: Instalar paneles solares para autoconsumo permite generar electricidad limpia, libre de emisiones y con un impacto positivo en la factura eléctrica.
El uso de bombas de calor eléctricas y otras tecnologías térmicas avanzadas también puede reducir significativamente el impacto ambiental de una vivienda, permitiendo reducir el consumo en más de un 40% en muchos casos.
Además, la movilidad sostenible también juega un papel importante. Siempre que sea posible, es preferible optar por el transporte público o compartir coche, lo que no solo reduce las emisiones, sino que también tiene un impacto positivo en el costo energético total.
La suma de pequeñas acciones puede hacer una gran diferencia, permitiendo tanto ahorrar en la factura de la luz como contribuir a la reducción de las emisiones de CO2.
Teniendo en cuenta la importancia de la reducción de las emisiones a nivel global, los esfuerzos en los hogares se combinan con los cambios en las políticas energéticas internacionales para avanzar en el cumplimiento de los objetivos de descarbonización.
El cambio hacia la energía limpia y renovable no es solo una tendencia, sino una necesidad para garantizar un futuro más sostenible.