Para evitar el exceso de emisiones contaminantes a la atmósfera se emplea el transporte público. En vez de circular 50 vehículos individuales en la carretera, en un sólo vehículo emitiendo gases caben alrededor de 50 personas (en el caso de autobús) y más de 500 personas en tren. Por ello, potenciar el transporte público es un arma de cara en la lucha contra el calentamiento global.
¿Cómo se va a potenciar el transporte público?
Contaminación y transporte público
El transporte es el causante del 25% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (en general del CO2). Por ello, potenciar el transporte público para reducir el número de vehículos en circulación nos ayudará a evitar el progresivo calentamiento global.
La Asociación de operadores de Transporte urbano colectivo (ATUC) asegura que con la potenciación del crecimiento del transporte público se lograría pasar a los 7,5 millones de usuarios diarios desde los 4,5 millones actuales, lo que permitiría una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Con más de 3 millones de personas utilizando el vehículo propio en vez del transporte público aumentan más las emisiones contaminantes, problemas de salud y de contaminación atmosférica.
La afirmación de la diferencia en el aumento del transporte se basa en un estudio llamado ‘Descifrando al No Viajero’ elaborado en 2016 por ATUC en Convenio Marco con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). En este estudio se analiza y se pretende fomentar la inversión en infraestructuras para el transporte público tras algunos años de ajuste presupuestarios.
Ley de Financiación del Transporte Público en España
Para que un estudio sea vinculante y su contenido se pueda llevar a la práctica, es fundamental crear una ley que recoja todos los aspectos. En este caso, ATUC afirma que es de vital importancia el desarrollo de una Ley de Financiación del Transporte Público en España, puesto que es el único país de la Unión Europea que no cuenta con este tipo de legislación de ámbito estatal sobre dicha materia.
Con una ley que dicte las pautas por las que el Gobierno debe financiar el transporte público, se puede destinar fondos para la creación de infraestructuras urbanas que faciliten la construcción de carriles y habilitar zonas para que el transporte público aumente su flota y mejore su tecnología.
Otro aspecto a tener en cuenta en la mejora del transporte público es el aumento de los autobuses híbridos o eléctricos. Fomentar el transporte con cero emisiones es crucial para reducir aún más las emisiones contaminantes y encaminar el transporte español hacia la transición energética basada en las renovables.
Por otra parte, la Coordinadora Española por el Tren Público, Social y Sostenible, de la que forma parte Ecologistas en Acción, ha remitido una carta a la Dirección General de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea (DG MOVE) acerca de la situación del ferrocarril en España, y su relación con Portugal y el resto de la UE.
En este aspecto se denota un desequilibrio en la inversión, puesto que en el «Todo AVE» se invierte el 70% al resto de todo el ferrocarril sólo se le destina el 30%. Para paliar esta situación la Coordinadora exige que la Unión Europea desarrolle medidas para la protección y el fomento de la inversión en el ferrocarril.
Limitar la contaminación
El pasado mes de noviembre de 2017 la Comisión Europea (CE) presentó una propuesta legislativa que establece unos límites más estrictos en las emisiones contaminantes de los vehículos para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Este plan se debe negociar con el Parlamento y en el Consejo Europeo para poder cumplir estos objetivos planteados en el Acuerdo de París de la reducción de emisiones contaminantes en un 40% para el año 2030.
Sin embargo, según las “cuentas de emisiones a la atmósfera” del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados en noviembre pasado, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España crecieron un 3,5 % en 2015 respecto al año anterior.
Los datos que recoge el INE revelan que las emisiones de gases de efecto invernadero de los hogares proceden del vehículo propio, acercándose al 71% sobre el total.