Las actividades del ser humano por la explotación de los recursos naturales provocan graves daños en los hábitats de muchas especies, llegando a provocar una reducción del número de individuos totales de la población e, incluso en ocasiones, llegando a poner a la especie en peligro de extinción.
Esto es lo que está pasando con las poblaciones de caballitos de mar y de los peces aguja en el mar Mediterráneo. ¿Qué es lo que está ocurriendo con estas especies?
Poblaciones de caballitos de mar en reducción
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha alertado sobre las primeras señales de reducción de poblaciones de caballitos de mar y peces aguja en el mar mediterráneo. Lo que más parece indicar que provoca esta reducción de individuos es que se encuentra en un grave estado de amenaza por actividades del ser humano. El arte de la pesca destructiva provoca destrozos y degradación de los hábitats de estas especies y conlleva a una reducción en las poblaciones.
Además, no solo están afectados por la degradación de sus hábitats, sino porque muchos de ellos quedan atrapados y capturados por las pesquerías de arrastre. Una vez que son capturados, no se devuelven al mar, sino que son destinados a la venta en acuarios, para medicinas tradicionales, y como amuletos curiosos y religiosos.
Según la Lista Roja de Especies Amenazadas, casi el 15% de las especies de caballitos de mar se encuentran en la categoría de «Casi amenazada» en el Mediterráneo. Esto significa que si la especie continúa con este tipo de amenazas y de reducción de población, pronto estarán en peligro de extinción.
Información y protección de los caballitos de mar
Normalmente, más de la mitad de estas especies son difíciles de censar por motivos de acceso y demás, y carecen de información suficiente como para estimar su riesgo de desaparición. Es por ello que se requiere una mayor investigación sobre esta especie para poder conocer bien su área de distribución, las tendencias de población, las posibles amenazas y su vulnerabilidad y, de esta forma, poder tomar decisiones respecto a su conservación.
Estas dos especies categorizadas como «Casi Amenazadas» se encuentran en un declive de entre el 20 y el 30% en las dos últimas décadas, a pesar de que se encuentran protegidas a través de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
También están protegidas en el Anexo II del Protocolo sobre las Áreas Especialmente Protegidas y de Diversidad Biológica del Convenio de Barcelona y, además, algunos países mediterráneos como Eslovenia las protegen específicamente en su legislación.
Sin embargo, estas normativas no son suficientes como para abordar situaciones de capturas incidentales o daños en el hábitat causado por la pesque de arrastre y los dragados.