Para detener los efectos negativos del cambio climático se deben tomar decisiones rápidas de gestión y adopción de políticas ambientales que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyan al desarrollo de la transición energética.
Para ello, en el Foro Económico de Davos, todos los representantes de empresas e instituciones del sector de la energía han admitido que no se han asumido del todo las consecuencias que puede tener el cambio climático y que es necesario que se adopten medidas mitigatorias cuanto antes. ¿En qué ha consistido la reunión de Davos?
La situación de las renovables
El objetivo original de esta reunión era la discusión sobre el futuro de la energía en sentido amplio. Sin embargo, todos los asistentes reconocieron que el cambio climático es un problema a escala global tan importante, que se ha convertido en el mayor reto para todas las empresas, autoridades y organismos internacionales.
En la sesión intervinieron el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el ministro indio de Ferrocarriles y Carbón, Piyush Goyal; la representante de las Naciones Unidas para la energía sostenible, Rachel Kyte; el presidente de la petrolera estatal brasileña Petrobras, Pedro Pullen Parente, y el consejero delegado de Schneider Electric, Jean Pascal Tricoire.
El panorama energético se presenta como una clara oportunidad hacia las renovables, puesto que el cambio climático «obliga» o «presiona» a las entidades encargadas de desarrollar la energía limpia a impulsarlas. Por ejemplo, Iberdrola se ha visto beneficiada por el cambio climático gracias a que ha aumentado sus beneficios, son más competitivos y han conseguido reducir las emisiones de gases contaminantes en un 75% en los últimos años.
La energía se ha utilizado en numerosas ocasiones como un arma política. Esto ha repercutido en los consumidores y accionistas. Sin embargo, esperan no cometer errores de nuevo, construyendo un nueva política energética más consistente.
El paradigma de las renovables está dominado por las decisiones políticas que, aparte de no ser siempre acertadas, no tienen un objetivo claro. La tecnología en materia de energía limpia ya existe, cada día está más desarrollada y es más competitiva, sin embargo, hay más política en la energía y menos política energética.
Las políticas energéticas son las causante de que el mundo esté cada vez más interconectado. Esto es algo positivo, puesto que podemos exportar e importar al energía sobrante a otros países. Cada vez hay más empresas que apuestas por las renovables; no sólo las grandes compañías sino también los inversores que las respaldan, los organismos reguladores y los consumidores.
Sánchez Galán ha recordado que 195 países han firmado el Acuerdo de París contra el cambio climático, pero muy pocos cuentan con la política energética necesaria para cumplir con los acuerdos adoptados.
Buscar soluciones
Una de las soluciones posibles ante la situación de falta de política energética que ayude con la transición energética sería la que propuso Rachel Kyte, desde las Naciones Unidas: dejar de subvencionar energías que en realidad «no se quieren«.
En la transición energética es importante que los consumidores deben poder decidir qué energía quieren, puesto que los cambios vendrán a partir de ellos. Los consumidores piden cada vez más rapidez y mejores condiciones energéticas.
La solución tal vez más necesaria es la descarbonización. Tras el año 2030 se espera que estará por debajo del 20% de la producción de energía a nivel mundial.
Sánchez Galán replicó que “tampoco se trata de plantear el futuro del sector como una lucha entre el petróleo y el gas por un lado y la electricidad por otro”, ya que tanto el petróleo como el gas tienen un “gran futuro”.
Goyal, representante del Gobierno de la India, cuyo primer ministro, Narendra Modi, pronunció hoy el discurso inaugural de la cuadragésima octava edición del Foro Económico Mundial, se refirió también a la necesaria transición a fuentes de energía alternativas, y a la búsqueda de soluciones para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
La transición energética es cada vez más necesaria frente a los efectos del cambio climático.