La futura planta de hidrógeno verde que RIC Energy planea ubicar en los antiguos terrenos de Sniace, en Torrelavega, avanza en su tramitación con un calendario definido. Según expuso el consejero de Industria, Eduardo Arasti, el proyecto afronta ahora su etapa preparatoria con vistas a iniciar obras en 2027 y a entrar en operación comercial en marzo de 2030.
Durante una interpelación parlamentaria, se detalló que la iniciativa aspira a garantizar su viabilidad técnica, financiera y ambiental antes de pasar a la construcción. Aunque han surgido dudas desde la oposición, el Gobierno regional subrayó la solvencia de los promotores y que la compañía ya ha destinado alrededor de 10 millones de euros a la compra del suelo y trámites iniciales.
Calendario y fases del proyecto
- Fase de desarrollo y planificación: hasta abril de 2027, con estudios, permisos y diseño detallado.
- Construcción: entre mayo de 2027 y febrero de 2030, incluyendo montaje de equipos e integración de infraestructuras.
- Inicio de operación: previsto para marzo de 2030, una vez completadas las pruebas y verificaciones.
De acuerdo con Industria, los indicadores recopilados apuntan a que los trabajos previos avanzan en la dirección adecuada, si bien el calendario queda supeditado a los resultados de las autorizaciones y a la disponibilidad de las infraestructuras necesarias.
Inversión y capacidad asociada
La iniciativa prevé una inversión global superior a 700 millones de euros. En paralelo, las previsiones de la empresa vinculan el proyecto a la fabricación de combustibles sostenibles para aviación (e-SAF), con una meta de producción anual de unas 60.000 toneladas, en línea con los objetivos de descarbonización del sector.
Hasta la fecha, RIC Energy ha desembolsado ya cerca de 10 millones de euros entre la adquisición de los terrenos y gestiones preliminares. Estos recursos se orientan a asegurar la madurez técnica del proyecto, reforzar su estructura financiera y mantener el ritmo de los procedimientos administrativos.
Tramitación y declaración de proyecto estratégico
El pasado 4 de septiembre, los promotores solicitaron la declaración de proyecto estratégico al amparo de la Ley de Simplificación Administrativa. La solicitud se encuentra en fase de consultas, con un plazo orientativo de tres meses para su resolución, lo que podría agilizar los trámites si se otorga dicha condición.
En paralelo, el Gobierno autonómico ha remarcado la complejidad técnica del proyecto, ligada tanto a la conexión con infraestructuras como a las exigencias medioambientales del emplazamiento. Este punto resulta decisivo para cumplir los requisitos previos a cualquier autorización sustantiva y a la futura implantación industrial.
Restauración ambiental del antiguo recinto de Sniace
Uno de los condicionantes clave es culminar la restauración ambiental del área industrial de Sniace. Hasta que ese proceso no finalice, no se podrán impulsar nuevas licencias ni iniciar actividad sobre el terreno, por lo que los tiempos administrativos y de obra dependen de alcanzar ese hito con todas las garantías.
La restauración es un paso previo que encaja con las obligaciones legales vigentes y con las pautas de protección ambiental exigidas para proyectos de esta envergadura, que deben aportar certidumbre tanto a la administración como a los promotores y a la ciudadanía.
Posiciones institucionales y debate político
Durante el debate parlamentario, el consejero Arasti defendió que “no es conveniente sembrar dudas”, destacando la solvencia de los impulsores y el cumplimiento progresivo de las etapas. Desde el Grupo Socialista, la diputada Ana Belén Álvarez trasladó preguntas y cautelas sobre el alcance de la inversión y los plazos, alimentando un intercambio centrado en la transparencia y el rigor en la ejecución.
El Ejecutivo autonómico insiste en que el único criterio será el cumplimiento escrupuloso de la normativa, especialmente en materia ambiental y de autorizaciones, y recalca que los avances se comunicarán conforme se obtengan hitos administrativos y técnicos contrastables.
Próximos pasos
Las tareas inmediatas pasan por seguir coordinando a la empresa con los organismos implicados, completar estudios y permisos, y cerrar la ingeniería de detalle. También se prevé trabajar en el acceso a infraestructuras y en los requisitos para la construcción una vez superadas las etapas preparatorias.
Si se confirman los plazos, el proyecto encararía el inicio de obras en 2027 y la puesta en marcha en marzo de 2030. La Administración y la empresa sostienen que, con la restauración del recinto y las autorizaciones en regla, se dan pasos consistentes para que la planta llegue a la fase de explotación comercial en la fecha prevista.
El desarrollo, la inversión comprometida y la tramitación en curso dibujan un proyecto de gran calado para Torrelavega, sujeto a hitos legales y ambientales exigentes. Con la solicitud de proyecto estratégico en marcha, el énfasis se sitúa en cerrar la fase técnica y administrativa, asegurar la restauración del suelo y encarrilar un calendario que apunta a obras en 2027 y operación en 2030.
