Más que nunca antes en la historia de la humanidad, tenemos en nuestras manos el futuro del planeta tal y como lo conocemos y nos enfrentamos a una serie de retos ambientales.
A continuación vamos a ver cuales son estos retos y las problemáticas que pueden traer.
Principales retos ambientales
En la última década estamos siendo testigos de varios retos que amenazan nuestro futuro como sociedad:
- El crecimiento acelerado de la población.
- El agotamiento de los recursos minerales.
- La sobreexplotación de los recursos pesqueros y la asfixia de los océanos.
- El aumento de la contaminación de suelos y aguas.
- La extinción de varias especies.
- La emisión masiva de gases de efecto invernadero provocando un calentamiento global generalizado.
El crecimiento de la población
El pasado 30 de octubre de 2011 superamos en el planeta los 7000 millones de habitantes.
En 2016 se superaron ya los 7400 y actualmente ya estamos por encima de los 7500 millones (7.504.796.488 exactamente a la hora de redactar este post según Worldometers).
Según las previsiones oficiales, en 2050 y si nada cambia es muy posible que se alcancen los 10.000 millones.
10.000 millones de personas que querrán comer, beber, vestir, viajar, cultivar, etc.
Eso supone una presión para los ecosistemas y los recursos como nunca antes se ha experimentado. Un ejemplo de los efectos que este aumento de población tiene en los ecosistemas lo tenemos en la pesca.
La sobreexplotación pesquera
A medida que los gustos culinarios se han hecho cada vez más sibaritas y globalizados, la pasión por el sushi y por el marisco y los pescados en general se han globalizado.
Países como España en el que el pescado ya formaba parte esencial de nuestra dieta, no ha hecho sino incrementar ese consumo y hacerlo aun más amplio.
La mejora de las infraestructuras ha hecho que se pueda comer pescado fresco en cualquier punto del país. Pero esta tónica se ha multiplicado por todo el planeta, haciendo que las flotas pesqueras hayan tenido que ir a faenar a caladeros cada vez más lejanos.
El problema es que esta depredación a afectado a la capacidad reproductora de los océanos, de forma que se ha ido alcanzando poco a poco su nivel máximo de capturas en todos los caladeros del planeta.
Este es un efecto que siempre se da de la misma forma; a medida que se incrementa la captura en una determinada zona la producción de pescado en la misma aumenta hasta que se llega a un máximo a partir del cual las capturas decrecen y no vuelven a alcanzar el máximo de nuevo.
Pues bien, en 2003 había alcanzado ya el máximo de capturas en todos los mares del mundo. Es por esta razón que las piscifactorías se han mutliplicado como una alternativa a las capturas decrecientes en los mares.
Esa también es una explicación de qué podemos encontrar muchas más especies en las pescaderías que hasta hace pocos años no se comían.
Agotamiento de los Recursos Minerales
Nuestro planeta, tiene unas dimensiones y una cantidad de recursos determinados y finitos. El planteamiento de uso de recursos aparentando ignorar que los mismos se van a agotar, además de irresponsable, es directamente injusto para con las generaciones venideras.
Una vez que un mineral es extraído de la tierra ya no puede volver a extraerse. De ahí que el uso responsable que se haga del mismo sea tan importante y que la única posición lógica de cara al futuro sea el establecimiento de un sistema de economía circular real de tal forma que estos recursos no se consuman sino que se usen.
Ello implica no solo que las cosas se reciclen, sino que cuando se diseñan y fabrican ya se tenga en cuenta que tras el uso dichos recursos no renovables han de poder volverse a usar.
El futuro del mundo en nuestras manos
Lo cierto es que pese a todos estos retos ambientales, aparentemente imposibles y pese a todas estas amenazas apocalípticas, hoy en día tenemos más herramientas que nunca para superar todos estos retos.
El conocimiento que hoy hay de lo que nos pasa, de por qué nos pasa y de cómo poner soluciones es mayor que nunca.
Tenemos en nuestra mano las herramientas para plantear un modelo alternativo de desarrollo. Tal vez por esta razón y por algún tipo de ironía divina, somos nosotros los que tenemos que enfrentarnos al mayor reto al que nunca antes se enfrentó la Humanidad:
El Cambio Climático provocado por el calentamiento global causado por nuestro empeño en emitir dióxido de carbono fósil de forma desaforada en los últimos 150 años.
La buena noticia, es que somos la primera generación en tener a nuestra disposición las herramientas para frenar esta amenaza y enderezar nuestra forma de habitar este planeta hacia una que evite los efectos más adversos.
La mala, es que probablemente seamos la última en poder aplicarlo con garantías de éxito.
