Las recientes interrupciones del suministro eléctrico en España han traído consigo un intenso debate sobre el papel de las energías renovables y el estado actual de la red. Las advertencias de Red Eléctrica acerca de los posibles riesgos derivados de la integración masiva de renovables no son una novedad, ya que distintos informes técnicos y financieros venían señalando la necesidad de adaptar el sistema y sus protocolos a este nuevo escenario energético.
Durante los últimos meses, tanto instituciones como operadores del sistema eléctrico han hecho públicos una serie de documentos que incidían en los efectos que una presencia elevada de renovables puede tener sobre la seguridad y estabilidad del suministro. La pérdida de tecnologías de respaldo, la atomización de la generación o la insuficiencia de información en tiempo real, figuran entre las preocupaciones que han marcado estos informes.
Advertencias reiteradas de Red Eléctrica
En su papel de operador nacional, Red Eléctrica de España (REE) ya notificó en su informe anual de febrero varios riesgos vinculados a la creciente presencia de energías verdes. Uno de los principales era la posibilidad de una desconexión severa de la generación ante perturbaciones, especialmente cuando la red opera con una marcada predominancia de renovables frente a otras fuentes convencionales.
El informe mencionaba expresamente que una alta penetración de tecnologías como la eólica o la solar, sin contar con capacidades técnicas adecuadas, podía dificultar el balance entre generación y demanda. Este escenario acarrearía el riesgo de graves afectaciones en el suministro y la percepción de fiabilidad del sistema eléctrico español.
La situación más reciente de apagón se produjo en un contexto en el que el sector funcionaba con menos de la mitad de los reactores nucleares operativos y una participación casi mínima de las centrales hidráulicas y de ciclo combinado, desplazadas por la producción renovable. El resultado fue un precio muy bajo en el mercado mayorista, pero también cierta vulnerabilidad operativa.
Necesidad de actualizar los protocolos de protección
Desde el propio Gobierno se reconoció la recepción, ya en el mes de enero, de un documento técnico que instaba a revisar los criterios generales de protección del sistema eléctrico. Dicho informe, remitido por REE, subrayaba que los protocolos vigentes (algunos datados de 1996 y 2011) requerían una actualización urgente para adaptarse al nuevo contexto marcado por la masiva entrada de renovables y el desplazamiento de las tecnologías térmicas tradicionales.
El documento alertaba de que la integración de energías renovables, especialmente las basadas en electrónica de potencia como la solar fotovoltaica y la eólica, implica cambios en la criticidad de los puntos de evacuación de energía dentro de la red. Así, antiguas subestaciones pensadas para alimentar la demanda pasaban a convertirse en nodos para evacuar grandes cantidades de generación renovable, exigiendo equipamientos de protección más sofisticados y adaptados a las nuevas necesidades.
Los expertos técnicos también advirtieron de la posibilidad de que la atomización de pequeñas instalaciones renovables pudiera dejar lagunas de información sobre la producción real, dificultando la gestión segura y en tiempo real del sistema.
El debate sobre la resiliencia del mix energético
La cuestión no se limita a cuestiones tecnológicas. A medida que el peso de las renovables en el mix energético crece -alcanzando ya cerca del 40% según datos recientes-, la reducción de participación de la energía nuclear e hidráulica y el abandono programado del carbón y el gas han suscitado preguntas sobre la resiliencia global de la red ante incidentes imprevistos.
Las autoridades regulatorias, como la CNMC, han comprobado que la tensión en la red ha alcanzado en ocasiones valores máximos o incluso los ha superado, destacando la presión que el nuevo modelo energético ejerce en el sistema. Mientras tanto, en el plano político y mediático, se discute sobre la conveniencia de acelerar o frenar la transición energética antes de garantizar que los mecanismos de respaldo estén plenamente implantados.
Por otra parte, la eficiencia de la generación solar puede verse afectada por factores como el aumento de la temperatura ambiente, lo que podría reducir la disponibilidad de generación en determinados momentos y zonas del país, profundizando los retos operativos.
¿Qué medidas se proponen?
Red Eléctrica ha planteado reforzar interconexiones internacionales, desplegar sistemas de almacenamiento y redes inteligentes, así como desarrollar tecnología capaz de proporcionar la inercia y fortaleza necesarias para la estabilidad de la red incluso en situaciones de máxima aportación renovable. Sin embargo, la implementación de estas soluciones es progresiva y requiere tiempo, mientras que los cambios en el mix energético avanzan a un ritmo elevado.
El debate sigue abierto y, aunque el Gobierno y REE recalcan que el sistema español es sólido y que no se puede establecer una relación directa y exclusiva entre la causa del apagón y el auge de las renovables, la comunidad técnica y mediática insiste en que las advertencias están sobre la mesa desde hace meses. La revisión de los protocolos y la adecuación del sistema de protección aparecen como una prioridad compartida.