Tras varios años de desarrollo, el captador solar Rawlemon inicia su carrera comercial. Creado por el arquitecto alemán André Broessel, se trata de una bola transparente llena de agua capaz de convertir hasta un 70% más de energía que un panel solar clásico. Este dispositivo ingenioso funciona tanto de día como de noche y puede alimentar desde pequeños aparatos hasta edificios completos e incluso vehículos eléctricos.
La tecnología detrás del Rawlemon es una apuesta revolucionaria en el campo de la captación de energía solar. Hasta el momento, la gran mayoría de los paneles fotovoltaicos, basados en silicio, suelen tener un rendimiento medio del 15%. La búsqueda de mejoras en este campo ha conducido a resultados prometedores con materiales como el grafeno o la perovskita, sin embargo, ninguno ha alcanzado aún una aplicación comercial masiva. Además, una innovación como Rawlemon demuestra que la auténtica revolución no tiene que ver tanto con las células fotovoltaicas en sí mismas, sino con la manera en la que reciben los rayos luminosos.
¿Cómo funciona exactamente la esfera solar Rawlemon?
Rawlemon utiliza las prometedoras propiedades ópticas que posee una esfera transparente llena de agua. Actúa como una lupa gigante que concentra la luz hasta en 10 mil veces más, dirigiendo estos intensos rayos hacia un punto focal. En ese punto se encuentran paneles fotovoltaicos de alto rendimiento, los cuales convierten la luz solar en electricidad de manera más eficiente gracias a la tecnología multicapa, que permite captar diferentes partes del espectro solar.
Estos paneles, generalmente usados en el sector aeroespacial, son más avanzados que los tradicionales, y permiten optimizar el espacio necesario para la captación de energía. De hecho, con esta tecnología se ha logrado reducir la superficie del captador hasta en un 90% manteniendo la misma potencia energética.
Ventajas de la esfera solar frente a los paneles tradicionales
El Rawlemon tiene varios puntos a favor que lo distinguen de los paneles solares tradicionales. Una de sus principales ventajas es que no depende exclusivamente de un cielo despejado. Esta tecnología puede aprovechar la luz difusa en condiciones nubladas, generando hasta cuatro veces más energía solar en comparación con los paneles convencionales en días nublados. Esto lo hace especialmente indicado para regiones con menos exposición solar o con climas más variables.
Otro aspecto clave es que la esfera solar Rawlemon también puede captar la luz de la luna, funcionando en condiciones de menor luminosidad. Esta capacidad es especialmente importante en zonas donde las horas de luz solar directa son escasas, como en los polos durante el invierno, donde las noches pueden llegar a durar 20 horas.
Asimismo, su diseño estético y compacto lo hace perfecto para instalaciones en edificaciones urbanas, tanto en azoteas como fusionado con la estructura de los propios edificios. Esto último permite que la esfera solar no solo se integre como un elemento funcional, sino también arquitectónico, generando electricidad sin perder la transparencia y luminosidad de una ventana.
Rawlemon en el contexto de la energía renovable
La esfera solar Rawlemon es una de las propuestas más innovadoras dentro del sector de las energías renovables, marcando un antes y un después para la tecnología solar. Su impacto no radica únicamente en la eficiencia que aporta, sino también en su potencial para reducir la huella de carbono. El objetivo del proyecto desde su concepción ha sido proporcionar una fuente de energía más limpia y más accesible, tanto a nivel individual como colectivo.
Este sistema tiene la capacidad de revolucionar mercados donde las fuentes de energía solar tradicionales presentaban dificultades. Esto es posible no solo por su alta eficiencia, sino también porque el Rawlemon aprovecha los rayos de luz en cualquier momento del día, incluso cuando la radiación solar es baja o cuando hay nubes.
Desarrollo y comercialización de productos basados en Rawlemon
El proyecto Rawlemon no se ha quedado solo en la creación de una esfera solar eficiente. En la actualidad, los creadores han lanzado varios productos al mercado con diferentes aplicaciones. Entre ellos, destacan esferas solares pequeñas diseñadas para cargar dispositivos móviles o patinetes eléctricos, y una versión más grande, conocida como Beta-Ray, para una generación eléctrica de mayor escala.
Además, la Rawlemon Beta-Ray está pensada para su uso en módulos de esferas, lo que permitiría la creación de instalaciones de mayor tamaño para el autoconsumo energético.
Usos arquitectónicos y autónomos del sistema Rawlemon
Una de las características más atractivas de esta tecnología es la posibilidad de integrarla estéticamente en arquitecturas modernas. Las esferas solares pueden instalarse tanto en exteriores como en interiores, funcionando como ventanas que generan energía. Esta integración arquitectónica permite a los edificios aprovechar su diseño para contribuir a la producción de energía limpia, otorgando una mayor independencia energética a los usuarios sin sacrificar la estética.
Su instalación no solo está pensada para las grandes ciudades, sino también para áreas remotas donde el acceso a otras fuentes de energía es limitado o costoso.
El objetivo final de André Broessel y su equipo es que el Rawlemon sea una tecnología decisiva en la transición hacia un planeta más sostenible. Ya sea en grandes edificios o en pequeñas viviendas, las esferas solares están listas para cambiar el mundo de la energía renovable.
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