
A lo que utilizamos a diario y con lo que no podríamos vivir es la electricidad. No podríamos concebir un mundo con el actual ritmo de vida sin la utilización de la electricidad. Sin embargo, son muchas las personas que no saben qué es la electricidad ni cómo se produce. Dado que tiene gran importancia para el desarrollo del ser humano y de la tecnología, vamos a dedicar este artículo a contar qué es la electricidad y todas sus características.
Si quieres saber qué es la electricidad, qué importancia tiene, cómo se genera y cómo se distribuye, este es tu post.
Qué es la electricidad
Antes de entender qué es la electricidad debemos conocer la definición de energía. Definimos energía como la capacidad de un cuerpo o una sustancia de realizar un trabajo. En el ámbito tecnológico y económico actual, la energía es un recurso natural imprescindible que se manipula y transforma según nuestras necesidades para realizar diferentes tipos de trabajo.
Aunque la electricidad como energía tiene diferentes usos, tanto industriales como domésticos, debemos recordar una ley fundamental: la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Cada transformación degrada una parte de la energía, lo que significa que no es eterna ni infinita. Las diferentes formas de generar electricidad también tienen impactos ambientales de diversa magnitud, lo que es crucial al seleccionar fuentes de producción de energía.
La electricidad es una forma de energía basada principalmente en el hecho de que la materia está compuesta de partículas con cargas eléctricas, tanto positivas como negativas. Cuando estas cargas están en reposo, se generan fuerzas electrostáticas entre ellas; cuando están en movimiento, se genera una corriente eléctrica y se forman campos magnéticos. En esencia, la electricidad es el resultado del movimiento de estas cargas a través de un circuito conductor.
Parámetros básicos de la electricidad

Los parámetros básicos de la electricidad son los que nos permiten cuantificar esta fuerza y comprender mejor su funcionamiento. Entre los más importantes encontramos:
- Tensión o voltaje: medida en voltios (V), es la diferencia de potencial que impulsa los electrones a través de un conductor.
- Corriente eléctrica o intensidad: medida en amperios (A), es la cantidad de electrones que fluyen por un conductor en un momento dado.
- Potencia eléctrica: medida en vatios (W), es la tasa a la que la energía se transfiere o convierte.
- Energía eléctrica consumida o producida: medida en vatios hora (Wh), cuantifica la cantidad total de energía utilizada o generada.
Estos parámetros son esenciales para comprender cómo se mide y utiliza la electricidad, dentro de distintas escalas, como kilovatios (kW), megavatios (MW) y gigavatios (GW). La necesidad de una correcta medición es crucial tanto para los consumidores como para la industria, ya que regula el consumo y la eficiente transmisión de energía.
Una característica clave de la electricidad es que en el lugar de consumo es una energía limpia y no contaminante. No produce olor, no se detecta a simple vista y no se oye. La electricidad puede derivarse de múltiples fuentes de energía primaria, que pueden dividirse en renovables (como el sol, el viento o el agua) y no renovables (como los combustibles fósiles o la energía nuclear).
Dependiendo del método de generación de electricidad, las consecuencias ambientales van a variar considerablemente. Un proceso más limpio implica menos daños al medio ambiente, por lo que hoy en día las energías renovables están en el centro de los esfuerzos para una producción más sostenible.
Es importante destacar que, tras su generación, la electricidad pasa por un proceso de distribución y transporte, usando líneas eléctricas y cables subterráneos para llegar desde plantas generadoras hasta centros de consumo. Todo este proceso también está condicionado por su efecto en el medioambiente.
Cómo se genera la electricidad

La electricidad puede generarse de múltiples formas, pero en todas ellas se necesita de un proceso de transformación de una fuente de energía primaria en energía eléctrica. Las centrales eléctricas son los lugares donde se lleva a cabo esta transformación, y según la materia prima utilizada, existen varios tipos de generación eléctrica:
- Energía termoeléctrica: utiliza la combustión de combustibles fósiles (carbón, gas natural o petróleo) para calentar agua y generar vapor que, al pasar por turbinas, genera electricidad.
- Energía hidroeléctrica: se aprovecha el potencial de una caída de agua para hacer girar una turbina, que a su vez genera electricidad. Es una de las formas más limpias y sostenibles de generación, aunque depende de la geografía y el clima.
- Energía nuclear: utiliza la fisión del átomo de uranio o plutonio para generar calor, que se transforma en electricidad. Aunque eficiente, presenta grandes desafíos en términos de residuos radiactivos y seguridad.
- Energía eólica: los aerogeneradores transforman la energía cinética del viento en electricidad. Este método es una de las fuentes renovables más utilizadas en el mundo por su bajo impacto ambiental.
- Energía solar fotovoltaica: mediante paneles solares, la radiación del sol se convierte directamente en electricidad. Es ideal para zonas con alta exposición solar y es una de las energías con más crecimiento en los últimos años.
Cada tipo de generación tiene sus particularidades. Por ejemplo, las plantas nucleares y termoeléctricas tienden a ser más dependientes de recursos no renovables, mientras que las plantas eólicas, solares e hidroeléctricas utilizan energía limpia y renovable, lo que las convierte en una opción más atractiva de cara al futuro.
Distribución y consumo de electricidad

Una vez generada, la electricidad debe transportarse desde las centrales hasta los consumidores. El sistema que permite esto consta de una red de distribución que garantiza que la electricidad llegue de manera eficiente y segura a los hogares y las industrias. Esto se hace a través de subestaciones eléctricas que ajustan la tensión de la electricidad para hacerla más transportable y consumible.
El proceso de distribución incluye:
- Transformación: la electricidad generada se transforma en alta tensión para un transporte eficiente y luego en baja tensión para el consumo directo en hogares e industrias.
- Transporte: las líneas eléctricas de alta tensión son las encargadas de mover grandes cantidades de electricidad a largas distancias. Una vez cerca de los centros de consumo, se utilizan cables de baja tensión.
- Comercialización: las empresas comercializadoras compran electricidad a las productoras y la venden a los consumidores, gestionando también las tarifas y las facturas.

El acceso a la electricidad es un pilar del desarrollo moderno. En las últimas décadas, la electricidad no ha sido solo un producto técnico, sino que ha significado un cambio social y económico a nivel global. Las consecuencias de sufrir cortes de electricidad masivos reflejan la dependencia de nuestra sociedad hacia esta energía. Sin electricidad, nuestras infraestructuras, fábricas, hospitales y hogares se paralizan completamente.
Un tema de preocupación es la dependencia de la sociedad moderna de la electricidad y la incapacidad actual de almacenar grandes cantidades de energía de manera económica. Este es un desafío importante para los sistemas eléctricos, ya que la generación debe sincronizarse en tiempo real con el consumo.
La electricidad es, sin duda, el corazón de nuestras sociedades modernas, y su origen, transporte y consumo son esenciales para el funcionamiento de prácticamente todas nuestras actividades diarias.
