La pobreza energética es una problemática que afecta a millones de personas en España y el resto de Europa. La incapacidad de mantener una temperatura adecuada en el hogar durante los meses más fríos o más calurosos, sumada al creciente precio de los servicios energéticos, ha generado una crisis que afecta a la salud, la calidad de vida y la dignidad de las personas.
¿Qué es la pobreza energética?
La pobreza energética se define como la incapacidad de un hogar para cubrir sus necesidades energéticas básicas, como mantener una temperatura confortable en el hogar, ya sea en invierno o verano. Este fenómeno está vinculado a varios factores:
- El elevado coste de la energía.
- La baja eficiencia energética de los edificios.
- La baja renta familiar.
En España, esta situación es cada vez más preocupante, especialmente desde la crisis financiera de 2008, que ha agravado las condiciones de muchos hogares. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un 11% de las familias no pueden calentarse en los meses más fríos, afectando a unos cinco millones de personas.
Impacto de la pobreza energética en la salud
La pobreza energética tiene graves consecuencias para la salud. El vivir en una vivienda fría y mal climatizada genera enfermedades respiratorias, cardiovasculares y problemas mentales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pobreza energética es responsable del 30% de las muertes adicionales en invierno en Europa.
En 2022, se estima que 8 millones de españoles no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares, principalmente en los meses de invierno. Como consecuencia, más de 7.000 muertes prematuras estarían asociadas a esta problemática, lo que supera a las muertes por accidentes de tráfico.
El coste económico de la pobreza energética
La pobreza energética no solo afecta a la salud, sino que también tiene un impacto económico significativo. El sobreesfuerzo para pagar la energía puede reducir significativamente el presupuesto de las familias para otras necesidades básicas, como la alimentación o la educación.
Estudios recientes indican que algunos hogares dedican más del 15% de sus ingresos a pagar las facturas energéticas, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad extrema.
Medidas para combatir la pobreza energética
La eficiencia energética es una de las principales soluciones propuestas para reducir la pobreza energética. Esto incluye la rehabilitación de viviendas, la mejora del aislamiento térmico de los edificios y la sustitución de electrodomésticos y sistemas de calefacción por otros más eficientes.
Además, existen medidas políticas que pueden ayudar a paliar los efectos de la pobreza energética. El bono social eléctrico y el bono térmico son ayudas económicas destinadas a los consumidores vulnerables. En 2022, estas ayudas se incrementaron, triplicándose la partida del bono térmico y aumentando los descuentos del bono eléctrico hasta un 80% para los hogares más vulnerables.
La pobreza energética en Europa
La situación de pobreza energética en Europa es muy desigual. Mientras que en países como Finlandia o Luxemburgo solo un 2% de los hogares no pueden mantener su vivienda caliente, en otros como Grecia y Bulgaria esta cifra supera el 20%.
La Unión Europea está tomando medidas para combatir la pobreza energética. La reciente reforma del mercado eléctrico pretende proteger mejor a los hogares vulnerables frente a la desconexión del suministro y promover la eficiencia energética en los edificios.
El papel de las asociaciones y ONGs
Diversas asociaciones, como la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) y organizaciones como Cruz Roja, están trabajando para mejorar las condiciones de vida de las personas afectadas por la pobreza energética en España. Estas organizaciones ofrecen asesoramiento en eficiencia energética y realizan acciones de rehabilitación energética en viviendas vulnerables.
- En 2023, Cruz Roja atendió a más de 23.000 familias brindándoles kits de microeficiencia y rehabilitando 460 viviendas.
- La Fundación Naturgy y Endesa también están colaborando para mejorar las condiciones energéticas de los hogares más desprotegidos.
La importancia de una estrategia estatal
Para terminar con la pobreza energética es necesario más que ayudas aisladas; se requiere una estrategia coordinada entre los diferentes niveles de la administración y el sector privado. ACA propone un plan estatal que incluya:
- Mejorar la eficiencia energética de los edificios mediante su rehabilitación.
- Reformar el bono social para adaptarlo mejor a las necesidades de los consumidores vulnerables.
- Implementar una política de formación en hábitos energéticos para los colectivos más vulnerables.
El objetivo de este plan debe ser, entre otras cosas, reducir significativamente el número de hogares que no pueden calentar adecuadamente su vivienda, proteger los derechos de los consumidores vulnerables y garantizar que toda la población tenga acceso a un suministro energético asequible y eficiente.
No solo es necesario garantizar el derecho al acceso a la energía, sino también educar y ofrecer mayores oportunidades para que las personas puedan gestionar mejor sus recursos energéticos, reduciendo su consumo sin comprometer su bienestar.
En definitiva, la pobreza energética es un problema estructural que no solo afecta a los más vulnerables económicamente, sino que repercute en toda la sociedad. La creación de políticas públicas eficaces, el compromiso de las instituciones y la participación activa de la sociedad son fundamentales para erradicar este problema.
la pobreza solo se destruye con trabajo pero que tenga un salario digno