Cuál es la precisión de los termómetros de laboratorio

Termómetro para laboratorio

Los termómetros son dispositivos que nos permiten medir la temperatura de un objeto, persona, animal, material, alimento, ambiente… Para cualquier tipo de medición que tengamos que realizar, tenemos un tipo de termómetro diferente. Dentro de los termómetros, también podemos encontrar diferentes formatos: analógicos y digitales principalmente.

A la hora de medir la temperatura de un alimento cuando lo estamos cocinando, de un ensayo en un laboratorio o en cualquier otra situación donde sea necesario conocer con precisión la temperatura, no podemos hacer uso de los termómetros tradicionales, sino que nos vemos obligados a recurrir a termómetros de laboratorio.

Qué es un termómetro de laboratorio

Medición con termómetro de laboratorio

Como he comentando en el párrafo anterior, los termómetros de laboratorio, que en su mayoría suelen ser digitales nos permite medir la temperatura con exactitud, ya que esta es una parte muy relevante, en especial cuando es necesario mantenerla para poder llevar a cabo el proyecto que estamos haciendo.

Este tipo de termómetros nos ofrece una escala de medición que puede variar según el fabricante y el modelo, por lo que debemos tenerlo en cuenta a la hora de buscar el termómetro de laboratorio que cubra nuestras necesidades, tanto presentes como futuras si queremos ampliar su uso a futuros proyectos.

Los mejores termómetros de laboratorio

Si quieres adquirir un buen termómetro de laboratorio, puedes echar un vistazo a estos modelos que te recomendamos:

King Scientific

King Scientific tiene varios termómetros analógicos de laboratorio como este, un termómetro de cristal que es capaz de medir con fiabilidad desde los -50ºF a los 122ºF de temperatura. No es nada caro, y mide unos 30 cm de longitud, algo ideal si es peligroso el experimento, para no tener que acercar demasiado la mano.

Thermometer World

Por un precio bastante económico tienes este conjunto de dos piezas. Dos termómetros de vidrio con bola de acero inoxidable para usar como mango. Tienen 30 cm de longitud y puede medir de -10 a 50ºC. Ideal si vas a realizar dos experimentos simultáneamente para no tener que perder el tiempo en lavarlo para usarlo en el otro experimento…

GEAL ZH Lt. L0130/10

Es otra alternativa de cristal de esta marca. Graduado con escala de grados Centígrados, una buena calidad y precisión. En este caso, puede tener variaciones de solo 0.5 grados. Tiene una longitud de 305 mm y viene en una funda de protección.

Este modelo, llega desde los -10ºC hasta los +50ºC. Un rango bastante pequeño, pero dado que es de gran longitud, podrás detectar incluso variaciones muy pequeñas.

Thermometer World

Este otro modelo de termómetro de cristal es una buena opción tanto para medir temperaturas para hacer vino o cerveza casera, o para los laboratorios científicos. Un modelo fabricado en Reino Unido, y con una longitud de 155 mm.

El rango de temperaturas de entre -10ºC y 110ºC. Tiene una gran calidad, precisión y se ha creado para cumplir con los más altos estándares para satisfacer a los clientes.

Testo 108

Es un termómetro de laboratorio más avanzado. Testo aporta un modelo digital que puede medir la temperatura gracias a su sonda de acero y mostrar el resultado rápidamente en su pantalla. En este caso es más sensible que en los anteriores casos.

Es ideal para la industria alimentaria, para controlar la temperatura, con sondas conectables tipo K y T. Además, tiene protección contra la suciedad y salpicaduras de tipo IP67, y está certificado por APPCC y EN 13485.

Cómo son los termómetros de laboratorio

Partes de un termómetro de laboratorio

Los termómetros de laboratorio, a pesar de que su nombre pueda indicar que son objetos especiales, nada más alejado de la realidad. Este tipo de termómetros nos ofrecen el mismo diseño que podemos encontrar en los termómetros tradicionales de mercurio / galio si hablamos de termómetros analógicos.

Los termómetros analógicos tienen forma de tubo largo de vidrio con un bulbo en uno de sus extremos donde se encuentra la sustancia que nos permitirá medir la temperatura y que cambiará de forma dependiendo de la temperatura del objeto que estamos midiendo.

Aunque la mayoría de termómetros de laboratorio que podemos encontrar en Europa nos ofrece la medición en grados Celsius, algunos también incorporan las escalas en grados Fahrenheit y Kelvin.

Los termómetros digitales, a diferencia de los utilizados para medir la temperatura corporal, tienen un tamaño más compacto, en forma de cuadrado y al que debemos conectar el sensor de medición. Estos termómetros incorporan una pantalla donde se muestran la temperatura en la escala que hemos establecido previamente: Celsius, Fahrenheit o Kelvin.

Partes de un termómetro de laboratorio

Los termómetros de laboratorio analógicos, están formados por una tubo de vidrio donde se muestran las mediciones que nos ofrece. En su interior, encontramos un capilar por donde circula el líquido utilizado para realizar la medición (galio / galinstan o alcohol coloreado). Finalmente, encontramos el bulbo, la parte inferior del termómetro donde se encuentra el líquido utilizado para medir.

Los termómetros digitales, como bien indica su denominación, son dispositivos electrónicos que incluye una sonda que puede variar en su longitud donde encontramos el sensor para realizar las mediciones. Este sensor envía una señal eléctrica a la unidad central, que será encargada de interpretarla para ofrecer el dato que estamos buscando.

A diferenciad de los termómetros analógicos, los termómetros digitales están alimentados por una batería, batería que siempre debe estar en buen estado si no queremos realizar mediciones erróneas que puedan llevar al traste nuestro proyecto ya de laboratorio, culinario…

Precisión de los termómetros de laboratorio

Precisión termómetro laboratorio

Si buscas termómetros de laboratorio muy precisos, lo más aconsejable es optar un termómetro digital, aunque debido a su elevado coste, es probable que se salga de nuestros bolsillos, siempre y cuando estemos considerando un modelo de calidad con las certificaciones que nos aseguran un correcto funcionamiento y unas mediciones precisas.

Este tipo de termómetros son siempre lo más rápidos, sin embargo, no son aconsejables cuando tenemos que realizar una medición a un objeto muy caliente o muy frío, sobre todo si el cable de medición es extremadamente corto.

En estos casos, la mejor opción es optar por un termómetro de laboratorio de vidrio, termómetros que en la mayoría de casos, superan los 30 cm de largo por lo que evitamos el riesgo de acerca demasiado la mano al objeto que queremos medir.

¿Qué características debe tener un termómetro de laboratorio?

Las características de estos termómetros no distan mucho de las de otros termómetros. Solo que deben ser seguros y fiables para trabajar con ellos en un ambiente de laboratorio. Por lo general, lo que los científicos buscan es un termómetro que sea fiable (no se desvíe mucho de la temperatura real), robusto (para que aguante las condiciones del experimento), estable (no oscile demasiado en sus mediciones por las condiciones ambientales del experimento), y con una buena sensibilidad (que pueda ser sensible a cambios muy leves de temperatura).

Cuidados del termómetro de laboratorio

Si tienes varios termómetros de laboratorio, deberías etiquetarlos y tenerlos bien identificados por sus características. Una vez los tengas catalogados, los cuidados que debes tener con ellos dependerá en gran medida del tipo de experimentos que hagas.

Por ejemplo, si los sumerges en algún tipo de químico o solución, es importante que mantengas una buena política de lavado. Es probable que luego lo reutilices para otra solución, y si esos químicos reaccionan, los restos podrían hacerlo y echar por alto tu experimento o contaminar la nueva muestra, obteniendo unos resultados indeseados.

En el caso de que sea digital, asegurate que es lavable. En caso de no serlo, solo debes limpiar la sonda que has usado en el experimento. Lo normal es limpiarla con alcohol isopropílico o agua y jabón. Una vez limpio, guarda el termómetro en un estuche protector y un lugar seguro. No deberían estar en contacto directo con la luz solar. Y si tienes niños, asegurate de mantener las baterías fuera de su alcance…

Si lo vas a someter a temperaturas extremas, asegurate que dichas temperaturas están dentro del rango que soporta el termómetro que has adquirido, de lo contrario podría no resistir o no hacer medidas correctas.

Otro caso es si lo vas a usar dentro de agitadores u otro tipo de aparatos donde se pueda golpear y romperse. En estos casos debes sujetar adecuadamente el termómetro y protegerlo de forma correcta para que no se rompa, especialmente si es de galinstan o mercurio, ya que se podría romper y salir el líquido, mezclándose con la solución o elemento de tu experimento y causar un accidente.

Calibrar un termómetro de laboratorio

Cómo calibrar un termómetro para laboratorio

Como he comentado en el apartado anterior, los termómetros de laboratorio, tanto los digitales como los analógicos, son muy precisos, siempre y cuando hayan sido fabricados por empresas que han sido certificadas previamente por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).

No es lo mismo obtener una medición errónea de temperatura en un experimento casero, que un medición errónea en un experimento, ya que si esta es errónea, todo el proyecto puede irse al traste y tener que comenzar desde el principio.

A la hora de comprar un termómetro de laboratorio, debemos tener en cuenta las certificaciones del fabricante, si queremos que las mediciones sean lo más fieles a la realidad con un margen de error mínimo, margen de error que en el caso de tratarse de un experimento de laboratorio, debemos informar en los resultados.

Cada termómetro de laboratorio debe incluir los márgenes de error permitidos, márgenes de error que van de los 0,5º C, hasta los 2º C además de 1º C. Estos márgenes de error deben incluirse en los resultados del experimento.

Si el termómetro siempre lo vamos a utilizar para realizar mediciones en condiciones normales, no es necesario hacer una calibración del mismo cada cierto tiempo. Si por el contrario, este se ve sometido a temperaturas inadecuadas durante largos períodos de tiempo, debemos considerar calibrar el termómetro una vez al año.

Cómo calibrar un termómetro

Existen dos métodos para calibrar los termómetros: por comparación y por puntos fijos.

Calibración por comparación consiste en comparar la lectura del termómetro a calibrar con la lectura de un termómetro cuyas características son conocidas. Este método de calibración se basa en la Ley de Zeroth. La Ley de Zeroth afirma que si dos sistemas se encuentran en equilibrio término, cada uno de ellos teniendo la misma temperatura que un tercer sistema, los dos sistemas tienen la misma temperatura entre si.

Calibración por puntos fijos. La calibración por puntos fijos se realiza utilizando puntos fijos de temperatura, como puede ser el caso del agua de hielo, ya que el hielo se funde los 0ºC y se congela a la misma temperatura.


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