En los últimos años, el precio de la electricidad en España ha alcanzado niveles sin precedentes, lo que ha generado preocupación en millones de hogares y empresas. Lo que antes parecía una factura eléctrica manejable, ahora representa uno de los gastos más importantes del presupuesto mensual. La pregunta que muchos se hacen es: ¿Por qué no para de subir la factura de la luz en España? Las razones son múltiples, pero principalmente están relacionadas con factores internacionales, la estructura del mercado energético y las políticas medioambientales. A continuación, explicaremos las principales causas y de qué depende el precio de la electricidad para comprender este fenómeno y cómo podemos afrontar este desafío.
De qué depende el precio de la luz
El precio de la luz no responde a un único factor, sino que está condicionado por diversas variables que interactúan entre sí. Entre los más destacados están los costes del gas natural y de las emisiones de CO2, la demanda energética en momentos puntuales y la influencia de las energías renovables. Otros elementos clave son las regulaciones gubernamentales, la estructura de oferta y demanda en el mercado y los factores geopolíticos, como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. A continuación, analizamos estos factores con más detalle y cómo afectan el precio final que pagamos cada mes.
1. Aumento del precio del gas natural
El gas natural es una de las fuentes más utilizadas para la generación de electricidad a través de los ciclos combinados. Cuando el precio del gas en los mercados internacionales sube, el precio de la luz lo hace también. La causa principal de este encarecimiento es la interrupción del suministro desde Rusia debido al conflicto con Ucrania, lo que ha provocado que Europa, incluida España, dependa de otros proveedores más caros como Argelia. Como resultado, el gas ha llegado a superar los 200 euros por MWh en algunos momentos del año pasado.
2. Impacto del mercado eléctrico marginalista
El sistema de fijación de precios de la electricidad en España sigue el modelo marginalista, en el que la tecnología más cara que entra en funcionamiento para cubrir la demanda es la que establece el precio final. Esto significa que aunque gran parte de la electricidad se produzca con energías renovables, es el precio del gas, que es más caro, el que termina marcando el coste que pagan los consumidores. En otras palabras, aunque una mayor proporción de la electricidad provenga de fuentes baratas como la eólica o la solar, si la demanda requiere acudir a los ciclos combinados, el coste desembolso será mucho más elevado.
3. Subida del coste de las emisiones de CO2
Para combatir el cambio climático, la Unión Europea ha implementado un esquema de derechos de emisión de CO2. Las plantas que dependen de combustibles fósiles como el gas o el carbón tienen que pagar por cada tonelada de dióxido de carbono que emiten. Estos derechos se han encarecido en los últimos años, y el coste ha superado los 90 euros por tonelada. Al igual que con el gas, este incremento repercute directamente en las facturas de los consumidores.
4. Mayor demanda de electricidad
La demanda de electricidad es otro factor crucial. Durante olas de calor o de frío, cuando el uso de aires acondicionados o calefacción aumenta, las distribuidoras deben generar más electricidad para cubrir la demanda, lo que empuja los precios al alza. Este fenómeno se observa principalmente en las horas pico, donde el consumo de electricidad es mayor, lo que puede traducirse en costes más altos.
Por qué no para de subir la factura de la luz en España
La suma de todos estos factores ha generado una tormenta perfecta en la subida del precio de la luz. A continuación, analizamos los factores específicos que han hecho que la factura de la luz siga subiendo en los últimos años.
- El conflicto entre Rusia y Ucrania ha jugado un papel fundamental, disparando los precios del gas natural y, en consecuencia, elevando el precio de la electricidad. Esto ha generado aumentos históricos en el precio del MWh en el mercado mayorista español, llegando a alcanzar picos de 400 €/MWh.
- El incremento del consumo energético durante fenómenos climáticos extremos también influye. Por ejemplo, durante el invierno, el uso de la calefacción eléctrica crece exponencialmente, lo que eleva la demanda y, en consecuencia, el precio de la electricidad.
- La reducción en la producción de energías renovables en ciertos meses, debido a la falta de viento o sol, también contribuye al alza de los precios. Las renovables son más baratas, pero cuando no se generan suficientes, se debe recurrir a energías más caras y contaminantes.
- Las tasas por emisiones de CO2 pagan los grandes emisores como las plantas de gas y carbón. El aumento de estas tasas, como parte de la política europea para reducir las emisiones, ha contribuido al incremento de los costes de producción de electricidad.
Regulaciones del Gobierno para mitigar el impacto
Para frenar el impacto de la subida de la electricidad en los hogares y las empresas, el Gobierno español ha implementado una serie de medidas desde junio de 2021, siendo la más conocida el tope del precio del gas, también conocido como la excepción ibérica. Esta medida limita el precio del gas utilizado para generar electricidad a entre 40 y 50 euros por MWh, con el objetivo de reducir la sobredependencia de los ciclos combinados. Además, el gobierno ha aprobado una reducción del IVA al 5% para los consumidores domésticos y la creación de nuevas categorías del bono social eléctrico.
El bono social eléctrico ha sido uno de los pilares fundamentales en esta estrategia, ofreciendo descuentos de hasta el 65% a los consumidores considerados vulnerables, y hasta el 80% para aquellos en situación de vulnerabilidad severa. Este bono también se ha ampliado a nuevas categorías de hogares con bajos ingresos, favoreciendo así a más familias que puedan ser consideradas vulnerables a nivel energético.
A estas iniciativas se suman otras políticas para mejorar la eficiencia energética del país a largo plazo, como las políticas de fomento del autoconsumo y las subvenciones para la instalación de energía fotovoltaica.
Otras medidas para abaratar la factura de la luz
Además de las medidas estructurales para evitar subidas masivas en el corto plazo, los consumidores también pueden implementar una serie de estrategias para reducir su consumo eléctrico y, por tanto, su factura. Algunas de las más efectivas incluyen:
- Mejorar la eficiencia energética: Optar por electrodomésticos eficientes con certificación energética clase A puede reducir considerablemente el consumo.
- Instalación de sistemas fotovoltaicos: El autoconsumo a través de placas solares es una de las alternativas más sostenibles y económicas, ya que permite generar tu propia energía y reducir la dependencia de las grandes eléctricas.
- Optimización de los horarios de consumo: Utilizar electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas en las horas valle (de madrugada o fines de semana) puede marcar la diferencia en la factura final.
Es evidente que la subida de la factura de la luz en España responde a una combinación de factores internacionales, nacionales y estructurales del mercado eléctrico que afectan tanto a consumidores domésticos como a empresas. Sin embargo, con las medidas correctas y una mayor apuesta por las energías renovables, es posible mitigar este impacto en el futuro cercano.