Cuando hablamos de ecosistemas en la naturaleza dañados por la actividad humana o por cualquier otro factor, es mejor intentar conservarlo a querer restaurarlo. Los ecosistemas tienen un frágil equilibrio entre especies animales y vegetales, y por lo general, una vez roto ese equilibrio por fragmentación de ecosistema u otro motivo, la restauración se hace muy compleja.
Los científicos y conservacionistas intentan dar soluciones cada vez más eficientes para poder salvar a los ecosistemas más frágiles y más importantes para el ser humano. En este caso, se trata de los arrecifes de coral. Se ha demostrado que los planes de conservación para estos arrecifes si consiguen salvarlos de las distintas amenazas que les acechan.
Esto se ha presentado en varios proyectos en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, que se celebra en Hawai. Reinaldo Estrada es un investigador cubano que ha trabajado en la restauración de arrecifes de coral. Entre otras cosas, ha destacado la función tan importante que tienen éstos:
“Los arrecifes coralinos forman barrera frente a la costa de las zonas tropicales protegiéndolas del impacto de tormentas y otros fenómenos extremos; albergan la “despensa” de pescado del planeta; limpian el agua del océano y constituyen una fuente importante de ingresos turísticos”
La mayoría de ecosistemas ofrecen los servicios ecosistémicos a los seres humanos. La ONG The Nature Conservancy, ha estimado que los servicios ecosistémicos que producen los arrecifes de coral generan unos beneficios económicos de 365.000 millones de dólares al año. Sin embargo, estos ecosistemas se ha considerado por muchos expertos como los más dañados y deteriorados de todo el planeta debido a su alta sensibilidad a cualquier alteración del equilibrio. Una de las consecuencias de las alteraciones que puede sufrir estos ecosistemas es el aumento de temperatura causado por el cambio climático o la acidificación del océano por la absorción de CO2 emitido por las actividades del hombre.
A estos factores hay que añadir otros como la proliferación de especies invasoras o la sobreexplotación pesquera. Estas técnicas de extracción pesqueras, algunas muy nocivas para la superficie, han acabado con el 27% de los arrecifes de coral del planeta. Este porcentaje llegará al 60% en 30 años si no se toman medidas para evitarlo.
Rold Salm, científico experto de los arrecifes de coral, explica cómo estos factores pueden afectar negativamente a los arrecifes:
«Esas amenazas “hacen enfermar el coral” -un organismo fascinante mezcla de animal y planta- “que manifiesta sus dolencias mediante un blanqueamiento de sus ramas, que de no detenerse a tiempo, le causa la muerte”
Ante esta situación, ¿cómo podemos restaurar un arrecife de coral? Un buen ejemplo de que los planes de conservación es la mejor medicina para poder «curar» a un arrecife de coral es proteger su equilibrio. Como se ha nombrado antes, siempre que hablamos de mantener el buen estado de los ecosistemas, es mejor tratarlo con planes de conservación para que no se deteriore su funcionalidad antes de intentar restaurarlo cuando ya esté en malas condiciones. Siempre es mejor prevenir el desastre que intentar curarlo.
Debido a las lluvias cada vez más torrenciales que dan lugar en Hawai, se arrastran muchos sedimentos al mar. A esto le sumamos el aumento de temperatura producido por el cambio climático para que se de las condiciones ideales para que un alga invasora se pueda extender cada vez más. Esta alga, afecta negativamente a las especies que viven de estos arrecifes, como las tortugas marinas, mantas gigantes, tiburones martillo o delfines.
Para poder acabar con esta amenaza, la ONG The Nature Conservancy, comenzó un plan de recuperación en el 2012. El plan se basaba en que un equipo de biólogos marinos se sumergían varias veces por semana para arrancar del arrecife estas algas invasoras que estaban afectando negativamente a los corales. Las extraían a través de unos aspiradores gigantes que las recolectaba y las depositaba en tierra. Gracias a esta técnica se podía solventar el 90% del problema, ya que no se puede extraer todas las algas.
¿Qué hace con el 10% restante? Pues los científicos crían en sus laboratorios un erizo depredador de este tipo de alga con el fin de que acaben con el resto de las algas. Después de cuatro años, las fotografías que se han realizado sobre este arrecife de coral muestran la mejora de la salud del ecosistema. El blanqueamiento ocurrido en estos últimos años es menor gracias a que la amenaza está reducida.