Las fuentes alternativas de energía se están convirtiendo en algo imprescindible para que el medio ambiente tenga el protagonismo que se merece, y eso que solamente estamos ante el principio de algo que debe ser mayor en cuanto esfuerzos y objetivos.
Siemens publicó hace poco la evaluación detallada del balance de emisiones de CO2 de sus aerogeneradores con alguna cifra que otra donde destaca el tiempo de retorno energético de un aerogenerador terrestre se cifra en 4,5 meses. Estos datos llegan desde el control al detalle del rendimiento medioambiental de sus aerogeneradores y que los publica en los llamados como ‘declaraciones medioambientales de producto’.
El cálculo del tiempo de retorno energético constituye uno de los elementos fundamentales del ACV. Representa el periodo durante el que debería funcionar un parque eólico para generar una cantidad de energía equivalente a la que va a consumir a lo largo de su ciclo de vida. En un parque eólico terrestre con una velocidad media de viento de 8,5 metros por segundo, el tiempo de retorno energético de una turbina de Siemens (modelo SWT-3.2-113) es de cuatro meses y medio.
Este cálculo parte de la base de un proyecto de 20 turbinas eólicas que incluye una línea de conexión a la red de 13 kilómetros de longitud, y para efectuarlo se han tomado especialmente en consideración factores como el consumo de materiales, costes de fabricación, instalación, explotación y mantenimiento, así como el desmantelamiento y el procesado al final del ciclo de vida.
Basándose en un proyecto con 80 turbinas D6 de Siemens, en el transcurso de su vida útil prevista, el parque genera 53 millones de megavatios hora y permite ahorrar 45 millones de toneladas de CO2. Una cantidad equivalente al CO2 absorbido por un bosque de 1286 km2 durante 25 años.
Esta cifra corresponde a unas emisiones de tan solo 7 g/kWh que contrasta con los 865 g/kWh emitidos de media global en la generación de energía a partir de combustible fósiles.