La energía eólica marina ha consolidado su posición como tecnología fundamental en la transición energética global, con cifras récord en capacidad instalada, nuevas oportunidades de negocio y una agenda repleta de retos regulatorios, sociales y técnicos. El desarrollo de estos proyectos no solo se impulsa por objetivos climáticos, sino también por la ambición de países y empresas de liderar un mercado en plena expansión.
El avance ha sido notable en mercados tradicionales y emergentes, aunque el ritmo en algunos países, como España, sigue condicionado por la normativa y los procesos administrativos. Mientras tanto, la colaboración internacional, la innovación y la integración de distintos sectores socioeconómicos se convierten en factores clave para lograr un despliegue sostenible y equilibrado.
Expansión global: cifras y protagonistas de la eólica marina
Según las últimas estimaciones, la capacidad eólica marina mundial ha pasado de 74,7 GW a 85,2 GW en apenas doce meses, lo que equivale a un crecimiento del 14%. Esta ampliación anual permite generar electricidad suficiente para abastecer a millones de hogares, y responde a inversiones tanto públicas como privadas en diferentes regiones. China y Reino Unido se mantienen como los líderes mundiales, sumando 42,9 GW y 15,6 GW respectivamente, seguidos por Alemania (9 GW), Países Bajos (5,4 GW) y Taiwán (3 GW). Países como Dinamarca, Indonesia, Chile y otros recién llegados están abriendo sus propios mercados, diversificando la cadena de suministro internacional.
En estos momentos, más de 27 GW adicionales de potencia están en construcción, con previsiones de superar la barrera de los 100 GW operativos globales a corto plazo. A medio plazo, la cartera mundial podría acercarse a los 244 GW en 2030, según distintos informes del sector.
Situación en España: avances regulatorios y desafíos
En el contexto español, la reciente aprobación de un marco normativo para la eólica marina ha generado expectativas en el sector, aunque también cierta frustración por la lentitud de los procesos y la falta de fechas claras para las subastas clave. El nuevo sistema de concurrencia competitiva prevé la adjudicación simultánea de derechos económicos, acceso a la red eléctrica y uso del dominio público marítimo. El objetivo gubernamental es instalar entre 1 y 3 GW de eólica marina para 2030, pero aún existen incertidumbres sobre el calendario y la capacidad de ejecución en la práctica.
Empresarios y especialistas del sector, como representantes de Fene Qair, GRI Renewable y Navantia Seanergies, han reiterado que, pese al potencial industrial y la cadena de valor instalada en España, la competencia internacional es fuerte. Además, han puesto sobre la mesa la necesidad de que los puertos nacionales estén preparados para asumir el desafío de ensamblar y transportar plataformas de mayor tamaño y complejidad, ya que las nuevas soluciones flotantes superan en dimensión y peso a los prototipos iniciales.
El ritmo de despliegue actual, aunque creciente, todavía no permite alcanzar las metas del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que aspira a duplicar la capacidad eólica instalada en el país antes de que finalice la década. Para acelerar este proceso, resulta fundamental la coordinación entre administraciones, empresas y comunidades autónomas, así como la disposición a incorporar aprendizajes internacionales y adaptarse a la evolución tecnológica.
Diálogo social y aceptación: la clave para un desarrollo ordenado
La aceptación social de la energía eólica marina se considera uno de los retos más importantes en España y en otros países donde el despliegue avanza. Diversas entidades, como la Fundación Renovables, han puesto sobre la mesa la importancia de impulsar guías y buenas prácticas que faciliten el diálogo con sectores afectados, especialmente la pesca, el turismo y las comunidades locales. El reciente documento publicado desde esta Fundación destaca cuatro ejes principales para una transición energética justa: incentivos y mejoras económicas para las comunidades, atención a las necesidades del sector pesquero, integración paisajística y protección de la biodiversidad marina.
En la misma línea, organismos científicos como el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM) han celebrado foros y coloquios nacionales para facilitar el intercambio de ideas entre pescadores, técnicos y representantes del Gobierno, subrayando la necesidad de integrar las inquietudes sectoriales en la planificación de los parques eólicos marinos. Los expertos coinciden en que la investigación multidisciplinar y la comunicación transparente son indispensables para que la eólica marina sea compatible con la protección del medio marino y el empleo en otros sectores tradicionales.
Innovación, cadena de suministro y oportunidades industriales
El auge de la eólica marina también impulsa la innovación tecnológica y abre el camino a nuevas oportunidades de exportación e industrialización. Ejemplos como el logro de la Corporación PTSC en Vietnam, que ha fabricado y exportado cimentaciones de gran escala para proyectos internacionales, o el interés de empresas como Qair en hubs estratégicos en puertos españoles como PortCastelló, ilustran la creciente internacionalización de la cadena de valor. Los desafíos técnicos, como el diseño de plataformas semisumergibles más grandes y eficientes, la mejora de los tiempos de ensamblaje o la adaptación de infraestructuras portuarias, colocan al sector en la vanguardia de la ingeniería marítima y la logística industrial.
Por otro lado, la colaboración entre compañías, centros de investigación y administraciones permite que se compartan buenas prácticas y estándares internacionales, facilitando la inserción en mercados nuevos y el fortalecimiento de la industria nacional.
El sector de la energía eólica marina se encuentra en un momento decisivo, con grandes expectativas de crecimiento, retos regulatorios aún por resolver y una necesidad creciente de integración social y ambiental. El equilibrio entre la rapidez en la ejecución de proyectos y la búsqueda de soluciones consensuadas será determinante para consolidar esta tecnología como motor de la transición energética y la generación de empleo local. El panorama global muestra un mercado dinámico donde la competencia es alta, pero también lo son las oportunidades, tanto para los países con experiencia como para los recién llegados.