Olade alerta de un crecimiento enorme de las energías limpias en Latinoamérica

  • La regiĂłn ya obtiene alrededor del 70 % de su matriz de fuentes renovables.
  • Pese al avance, solo aporta cerca del 5 % de la generaciĂłn limpia mundial.
  • Gran potencial sin explotar en solar, eĂłlica e hidroelĂ©ctrica; la hidráulica podrĂ­a triplicarse.
  • Retos clave: minerĂ­a verde, movilidad sostenible, hidrĂłgeno y mayor integraciĂłn energĂ©tica.

Energías limpias en Latinoamérica

América Latina y el Caribe encaran un momento decisivo en su transición energética: según la Organización Latinoamericana de Energía, el avance de las energías limpias es calificado como “enorme” y con recorrido de largo aliento. La fotografía actual sitúa a la región como una de las más adelantadas del planeta en descarbonización.

De acuerdo con datos de la Olade, cerca del 70 % de la matriz energética regional procede ya de fuentes renovables. Aun así, la producción limpia latinoamericana equivale a apenas un 5 % de la generación mundial, un contraste que abre espacio para nuevos proyectos y para fortalecer la resiliencia energética y la cooperación entre países. Estas reflexiones se compartieron durante la clausura de la Semana de la Energía en Chile.

Potencial y cifras clave del despliegue renovable

Transición energética en la región

El aprovechamiento de la solar y la eólica apenas roza el 1–2 % de su potencial en la zona, pese a contar con enclaves excepcionales. En el desierto de Atacama y el altiplano andino se registran algunas de las radiaciones más altas del mundo, mientras que los vientos de la Patagonia chilena y argentina ofrecen condiciones idóneas para parques de gran escala.

Incluso la hidroeléctrica podría multiplicarse por tres si se acompaña de inversión, planificación territorial y criterios de sostenibilidad. Para la Olade, esto abre una ventana para innovación tecnológica y financiación, además de una coordinación más estrecha de las políticas públicas y de la estabilidad de la red.

MinerĂ­a verde y nuevas cadenas de valor

La transición energética latinoamericana está estrechamente vinculada a su papel minero: la región aporta en torno al 25 % de los minerales críticos para tecnologías limpias como baterías o redes eléctricas. Al mismo tiempo, la minería es intensiva en energía y puede representar hasta el 30 % del consumo eléctrico en países como Chile o Perú. En este contexto, el aporte de minerales críticos resulta clave para las cadenas de valor de las tecnologías limpias.

De ahí el impulso a una “minería verde” abastecida con renovables, capaz de recortar emisiones y de fortalecer encadenamientos productivos. Este enfoque permitiría aportar valor a los recursos antes de exportarlos, con más empleo cualificado y capacidades tecnológicas dentro de la región.

Movilidad sostenible, un frente decisivo

El transporte concentra alrededor del 35 % de las emisiones globales de carbono, por lo que descarbonizar el sistema de movilidad es ineludible. Chile ha logrado situarse entre los referentes del transporte público eléctrico, aunque el gran reto está en la extensión al ámbito interurbano y la adopción masiva de vehículos cero emisiones.

La región, sin llegar a los ritmos asiáticos, está recortando distancia en electrificación y digitalización del transporte. Este empuje puede dinamizar baterías, infraestructura de recarga y sistemas inteligentes, siempre que se acompañe de marcos regulatorios claros y estabilidad inversora.

HidrĂłgeno verde e integraciĂłn regional

La Olade ha renovado el mandato de su secretario general por tres años, con prioridades que pasan por la integración energética en infraestructura eléctrica y gasífera, así como en normas y regulación. Una mayor coordinación permitiría intercambiar excedentes, reforzar la seguridad de suministro y abaratar la transición.

En paralelo, el hidrógeno verde sigue en fase inicial: las expectativas de tener una demanda muy consolidada hacia 2025 no se han materializado por los costes frente a los combustibles fósiles. Aun así, Latinoamérica y el Caribe conservan un fuerte atractivo para la inversión, con la vista puesta en que la próxima década vea proyectos más maduros y competitivos.

El panorama que dibuja la Olade combina liderazgo regional en renovables con un margen de mejora notable: más solar y eólica donde existen recursos excepcionales, impulso a la hidroeléctrica sostenible, minería descarbonizada, movilidad eléctrica y una agenda de integración e hidrógeno que, bien encaminada, puede afianzar a la región como actor clave en la transición global.

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